Pánico en el sector y precios de récord: así entra en vigor la ley de vivienda
Este viernes ya se aplicará la norma que permite topar los precios del alquiler y las inmobiliarias ya advierten de la 'fuga' de propietarios
Este viernes entra en vigor la nueva ley de vivienda y sus efectos ya se están notando negativamente en el mercado. Las agencias inmobiliarias han advertido de una 'fuga' de propietarios de alquiler como vivienda habitual, especialmente en las grandes ciudades, hacia otras modalidades como residencia.
Pocas veces una ley había provocado tanto pánico en el sector. Aunque la competencia de vivienda es de las comunidades –y el Gobierno así lo reconoce en el texto– y muchas de ellas ya han advertido que no se ceñirán a los criterios del Ejecutivo respecto al tope del alquiler o la declaración de zona tensionada, miles de propietarios están subiendo el valor de los arrendamientos por miedo a perder dinero mientras que otros están retirándose a otras modalidades, como el alquiler turístico, de habitaciones o de temporada.
Con un precio de los alquileres disparado –se come ya el 43 % del salario medio según un estudio de Fotocasa e Infojobs– cada vez menos personas están dispuestas a arrendar una vivienda, como muestra el informe de Fotocasa Radiografía del mercado de la vivienda 2022-2023. Este documento muestra que la situación es especialmente trágica entre la gente joven: si en agosto del pasado año un 34 % de los jóvenes entre 18 y 24 años tenía pensado alquilar una vivienda, este porcentaje ha disminuido al 27 %.
Para María Matos, directora de Estudios de Fotocasa, «la crisis de precios también hace que se rebaje la demanda al expulsar del mercado a las rentas más bajas». «La oferta sigue reduciéndose lo que agranda el desequilibrio en el mercado», asegura.
A diferencia del mercado de compraventa que los expertos creen que se recuperará, en el caso del alquiler se tema una caída sin precedentes por la nueva ley. «Existe mucha incertidumbre entre los pequeños arrendadores, que son la mayoría», señala José María Alfaro, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias. «Las prisas electorales han dado luz verde a una ley que, lejos de atajar de raíz el grave problema que existe en España con el alquiler de vivienda, lo agravará».
No es para menos. El sector está advirtiendo de los efectos perniciosos que tendrá la nueva ley desde que se conoció el anteproyecto. «Si ya es difícil encontrar una vivienda para alquilar a un precio razonable, esta ley dará la puntilla», comenta José Ramón Zurdo, director general de la Agencia Negociadora del Alquiler (ANA).
«El acceso a una vivienda será todavía más complicado y una auténtica misión imposible en las llamadas zonas de mercado tensionado. Va a hacer que vuelva a florecer la economía sumergida y las operaciones de alquiler con dos precios: el 'B' por adelantado y el 'A' reflejado en el contrato», agrega.
Luego está el componente político. Esta ley alentará a los inquilinos a votar en contra de aquellas comunidades y ayuntamientos que ya han manifestado que no la aplicarán como las regiones gobernadas por el PP o por el País Vasco, donde el PNV ve una clara intromisión de competencias.
Grandes tenedores
Zurdo también critica el uso ideológico de la figura de los grandes tenedores, que disminuye de diez a cinco, cuando el grueso del mercado de alquiler –más de un 90 %– lo componen pequeños arrendadores y no los «fondos buitres» que denunciaban los sindicatos, favorables a la intervención de precios.
«Ahora se cambia el concepto de gran tenedor aumentando de forma artificial el número de estos y poder justificar las medidas intervencionistas. Si seguimos en esa línea, va a llegar un momento en el que, efectivamente, el 90 % del mercado del alquiler esté compuesto por grandes tenedores de viviendas», concluye el director general de la ANA.