Fundado en 1910

El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, busca rentabilizar su dineroLu Tolstova

La semana económica

Oughourlian: el inversor que quiere recuperar en Indra el dinero que pierde en Prisa

El principal accionista de los propietarios de El País y la SER da un nuevo golpe en la mesa buscando su rentabilidad

El inversor francés de raíces armenias y libanesas ha estado de actualidad esta semana por elevar al 7,2 % la participación de su fondo (Amber Capital) en Indra y por reorganizar el consejo de administración del Grupo Prisa, propietario entre otros de El País y la Cadena SER, del que es de largo el principal accionista.

En Moncloa andan inquietos con el futuro de Prisa. La mala situación económica del grupo ha forzado al Gobierno a permitir que Vivendi aumentara su participación en la compañía hasta el 11,7 %, pero su supuesta ideología más cercana a la derecha les incita a tomar sus precauciones de cara al futuro, y en este sentido ha ido la reorganización del consejo puesta en marcha por Joseph Oughourlian. El exsecretario de Estado de Comunicación con Zapatero, Miguel Barroso, considerado el ideólogo del grupo, ha renovado su puesto en el consejo, y el abogado colombiano Fernando Carrillo, hasta ahora director adjunto de Prisa Media en Iberoamérica y muy próximo a Oughourlian, también tendrá su sillón, y podría ser su relevo en la presidencia, según decía Hispanidad, para que él pueda ocuparse de los múltiples frentes que tiene abiertos. El francés también ha puesto en el consejo a otra persona afín: Isabel Sánchez.

Oughourlian está perdiendo mucho dinero en Prisa, e Indra puede ser la vía para recuperarlo. No le va a temblar el pulso en intentarlo, porque si bien es verdad que tiene fama de afable en el trato, también la posee de gestor frío y ejecutivo, muy concentrado en sus objetivos. Dicen que es un auténtico killer, y de hecho no tuvo ningún problema en despedir a Juan Luis Cebrián, el exdirector de El País y exconsejero delegado del grupo, considerado por muchos una institución en la entidad.

La gran pregunta es cuánto tiempo durará Oughourlian en el Grupo Prisa, y como es un inversor, dependerá de las posibilidades que tenga de rentabilizar su dinero.

Su conexión con el Ejecutivo actual le ha servido para entrar en Indra e ir ganando poder en la toma de decisiones. El aumento de su participación hasta el 7,2 % le ha llevado a insistir en su interés por tener un representante en el consejo de administración de la compañía, algo que consiguió finalmente el jueves. Pablo Jiménez de Parga, secretario del consejo de administración de Prisa, le dará voz en el consejo de Indra.

Con él tratará de sacar más partido a su presencia en la compañía, que recibirá una inversión creciente como consecuencia del aumento de presupuesto europeo en defensa exigido por la OTAN.

Este jugoso aumento del presupuesto se está viendo como un buen botín para los accionistas que están entrando y los que ya estaban. A la SEPI (principal accionista con el 25 %), Amber y SAPA (tiene el 5 %) se ha unido recientemente Escribano, una empresa de Coslada muy puntera a nivel mundial en tecnología de defensa que de momento ha comprado el 3 %, pero tiene como objetivo llegar al 10 %.

El negocio de Indra iba como un cohete con el equipo directivo anterior, liderado por Fernando Abril Martorell como presidente e Ignacio Mataix y Cristina Ruiz como consejeros delegados, pero ya no queda ninguno de ellos.

Ahora los resultados también van bien, pero la compañía está experimentando muchos cambios que habrá que ver cómo le afectan a largo plazo. El consejo de administración se ha ampliado a dieciséis miembros para incluir al representante de Oughourlian y otros dos independientes necesarios para mantener el equilibrio entre independientes y accionistas requerido por la CNMV. El organismo regulador lo exige como prueba de que no hay una acción concertada entre los principales accionistas. Si se probara esa acción concertada, deberían lanzar una OPA sobre el 100 % de la compañía, algo en principio impensable, ya que les obligaría a comprar nada menos que el 60 % que no poseen.

Con el nuevo consejo de administración funcionando en breve, habrá que ver cómo enfocan Oughourlian y los demás accionistas el futuro de la compañía. Al francés parece que no le importaría mucho trocearla, vendiendo el negocio tecnológico (Minsait) y quedándose con el de defensa. También es partidario, como los principales accionistas, de comprar una participación importante en ITP, el fabricante vasco de motores de avión. Los accionistas principales están de acuerdo, pero a los independientes que fueron nombrados en octubre tras la salida abrupta y polémica de los anteriores, les ha cogido de improviso y no lo ven claro.

Da la impresión de que los principales accionistas quieren moverse rápido, quizá para sacar tajada de la inversión que viene en defensa antes de que con un posible cambio de Gobierno se sustituya a los consejeros de la SEPI, por ejemplo. El problema es que está por ver cómo afectaría a la viabilidad de la compañía la venta de su división tecnológica o la compra de ITP. Por otra parte no parece que tanto cambio en la estructura directiva favorezca la estabilidad y seguridad que buscan los inversores extranjeros.

En medio de este lío político que afecta a las dos empresas, Oughourlian tratará de ver cómo rentabiliza su inversión. En la actualidad la participación del 7,2 % de Amber en Indra vale más que su 29 % en Prisa: 143 millones de euros frente a 110. El francés ha dicho que ha invertido 300 millones en Prisa.

Su relación con el Gobierno está teniendo altos y bajos según la conveniencia de ambos. Ahora al Ejecutivo de Sánchez le interesa llevarse bien con él para que apoye el nombramiento del nuevo consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, y haya una cierta estabilidad en la compañía. A Oughourlian le interesa llevarse bien con el Gobierno para que le deje buscar alianzas empresariales que le permitan recuperar su inversión. El francés puede presionar con sus medios si es necesario. Mientras tanto, en Prisa ha quedado un accionariado en el que entre Oughourlian por amplia mayoría, Vivendi y el magnate mexicano Carlos Slim dominan con holgura el accionariado de la compañía. Habrá que ver si su idea es que el grupo siga con la misma ideología o, como piensan algunos, puede haber algún cambio si en enero hay otro presidente del Gobierno.