Yolanda Díaz, la «cara amable» de la izquierda que nos mantiene como líderes del paro en Europa
La ministra mostró su afán de protagonismo poco tiempo después de que Pedro Sánchez anunciara la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio
La vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y líder de la nueva plataforma Sumar tardó menos de media hora en reaccionar al anuncio de Pedro Sánchez sobre la convocatoria de elecciones generales para el próximo 23 de julio. Yolanda Díaz indicaba que en su cuenta de Twitter que asumía «el reto», en una muestra clara de que considera que, a sus 52 años, se encuentra ante su gran oportunidad de escalar hacia la presidencia del Gobierno. La gran duda es qué argumentos tiene que puedan ayudarle a conseguirlo.
Si nos fijamos en el empleo, España mantiene con bochorno el título de ser el país con mayor tasa de paro de la Unión Europea, el doble que la media de los países que la componen. Estudios como los elaborados por Unión Sindical Obrera (USO), basados en las estadísticas oficiales, señalan que con la actual ministra hemos conseguido situarnos al borde de los cuatro millones de parados.
La reforma laboral impulsada por la ministra ha tenido un efecto claro en la falta de conocimiento sobre el número real de parados, debido en especial al crecimiento de la figura de los fijos discontinuos. El Gobierno reconocía por fin a final de marzo en una respuesta parlamentaria que en el mercado laboral español había en ese momento 443.078 fijos discontinuos inactivos.
El mercado laboral español muestra además algunos signos de deterioro preocupantes: el 57,8 % de los contratos indefinidos realizados en abril (últimos datos disponibles), no realizan una jornada de trabajo completa; hay más contratos indefinidos que personas que los han suscrito, prueba de que hay pluriempleo, y hay una rotación que indica que la contratación indefinida está dejando de ser sinónimo de tener y mantener un empleo estable.
Seguimos, además, sin recuperar el número de horas trabajadas previo a la pandemia, algo que indica que, más que crear empleo, se está troceando.
A pesar de este mal dato de productividad, la ministra piensa que hay que poner el foco en el tiempo libre.
Díaz apuesta por trabajar menos cobrando lo mismo y lanzó a principios de este mes la propuesta de que cada joven recibiera 20.000 euros al cumplir los 18 años, un gran estímulo para buscar trabajo y para reducir nuestra tasa de paro entre los menores de 25 años, también líder en Europa, en el entorno del 30 %.
La ministra de Trabajo ha tenido también un revés considerable en su faceta de diálogo social. Fue excluida de la foto del acuerdo de subida de salarios logrado entre los sindicatos y la patronal de los empresarios.
Yolanda Díaz ha sido también portavoz de otras ideas intervencionistas y peregrinas, como la supuesta tibieza del observatorio sobre los márgenes empresariales (tampoco debe de parecerle bien el trabajo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), y su postura a favor de la intervención de los precios de los alimentos, una idea que ya se ha demostrado a lo largo de la historia que no funciona: desaparece la oferta de productos y lo sufren los más vulnerables.
También ha cargado con fuerza contra las empresas, como se pudo ver, entre otros momentos, en su sorprendente intervención en la ONU.
A pesar de estas cuestiones y de otras que faltan, la izquierda confía en la buena valoración que están dando las encuestas a Yolanda Díaz. Ha sido la líder política mejor valorada en las encuestas de mayo del CIS y Sigma Dos, y esperan que su «cara amable» les sirva para mejorar sus resultados.