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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.Alberto Ortega / Europa Press

Calviño se juega su intento en el Banco Europeo de Inversiones a una victoria de Sánchez el 23-J

El papel de Úrsula von der Leyen también será clave, pues la Comisión Europea ejerce una importante labor de lobby previa a la elección del candidato a la presidencia de la entidad

El futuro de la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se ha convertido en parte del debate de la actualidad. La posibilidad de que desembarque en la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) solo se concibe si Pedro Sánchez gana las elecciones. Si el vencedor es el PP, lo más lógico es que el candidato sea Román Escolano, que ya trabaja en la entidad.

Calviño parece bien posicionada para obtener el puesto, pero no está previsto que se le postule con el Gobierno en funciones. La ministra tendrá que esperar al resultado de las elecciones, y si no gana Sánchez, no tiene nada que hacer.

La ministra tiene más peso político que Margrethe Vestager, la vicepresidenta de la Comisión Europea, a quien el Financial Times situaba ayer como la favorita para la presidencia. Calviño ha sido vicepresidenta económica, directora general de Presupuestos de la Comisión Europea y cuenta a favor con la relación estrecha que tienen Pedro Sánchez y Úrsula von der Leyen, que podría ser un apoyo para la causa.

La presidenta de la Comisión Europea, que se someterá a elecciones el año que viene, se apoya desde hace tiempo en los socialistas pese a ser ella del Partido Popular Europeo. Necesita sus votos para mantener el gobierno de coalición en la institución, y a cambio aprueba los desembolsos de fondos europeos al Gobierno de España y habla bien de nuestro país.

Como consecuencia de este pacto y de su actitud obediente, Sánchez goza de una buena imagen en Europa que puede servir a Calviño para obtener su puesto. Von der Leyen ha necesitado los votos de los socialistas y probablemente siga necesitándolos, pues la tendencia en países europeos como Italia o Suecia es que la derecha crece, mientras bajan los votos de los socialistas y populares a nivel europeo.

La presidencia del BEI es elegida por su Consejo de Gobernadores, que integran los ministros de Economía y Finanzas de los veintisiete países que componen la Unión Europea. Su decisión se basa en una evaluación previa que previsiblemente realizará el comité asesor durante el verano sobre la idoneidad de los candidatos. La Comisión Europea, que preside Von der Leyen, efectúa una labor previa de lobby muy importante y poco imparcial que afecta a la preparación del proceso, a aunar criterios y a la idoneidad o conveniencia de los candidatos. Calviño tiene esta circunstancia a su favor, y en su contra, que ninguno de los ministros más influyentes es socialista: Lindner (Alemania) y Le Maire (Francia) son liberales como Vestager, y Giorgetti (Italia) forma parte del gobierno de derechas de Meloni.

Hasta ahora se han presentado cuatro candidatos a la presidencia del BEI: uno por parte de Dinamarca (Vestager), otro por parte de Italia (Daniele Franco), otro de Suecia (Thomas Ostros) y otro de Polonia (Teresa Czerwiska). España ha dicho que presentará candidato, pero no ha dicho a quién para que no afecte a las elecciones.

La presidencia quedará libre el 1 de enero, aunque la decisión sobre quién debe ocuparla debe tomarse este otoño. Calviño no tiene la ventaja de ser mujer para convertirse en la primera presidenta en la historia de esta institución clave para la financiación de la UE, pero manejará sus bazas hasta el final. Si Sánchez gana las elecciones y decide presentarla, el consejo informal del Ecofin del 15 de septiembre sería probablemente el momento oportuno. Hasta ahora Calviño ha aspirado sin éxito a la presidencia del Eurogrupo y a la dirección del Fondo Monetario Internacional.

Si Calviño no es la elegida, España se quedará con la vicepresidencia del BEI, una de las once, en la que está previsto que un candidato de nuestro país sustituya en octubre al portugués Ricardo Mourinho, según un acuerdo que hay entre ambos países. Sería un cargo menor para la actual ministra, de modo que lo normal será que lo ocupe otra persona.

El Banco Europeo de Inversiones, con sede en Luxemburgo, tiene un gran interés estratégico: España recibe cada año de él en torno a 10.000 millones en préstamos.

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