Serrano decreta el «secreto de Estado» sobre el voto por correo
Los sindicatos temen por la situación y el desarrollo del proceso, mientras que la empresa dice que el reparto está funcionando con normalidad
El presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, decidió que a partir del 22 de junio la información sobre el voto por correo sería un «secreto de Estado». Hasta entonces había reuniones periódicas (comités de seguimiento) en los que se veía cómo avanzaba el número de solicitudes y qué oficinas había que reforzar por la amplitud de la demanda, pero, desde ese día, la difusión de información se ha restringido.
Fuentes internas afirman que Serrano solo se fía de cuatro o cinco personas de su máxima confianza con las que comparte los datos. Tanto a ellos como a todos los directivos les ha impelido a no filtrar datos del voto por correo ni a la prensa ni a los sindicatos. El problema es que hay jefes con responsabilidad operativa que se han quedado fuera, y ya no saben cómo evoluciona el proceso. «Una prueba de este caos es que quien habla en los medios de comunicación sobre lo supuestamente bien que va el voto por correo es José Luis Alonso Nistal, que es el director adjunto de Operaciones. El director de Operaciones no habla porque es uno de los tres directivos que hace seis meses envió la SEPI, el principal accionista, para reconducir el desaguisado que hay en la compañía y que le llevará a perder 1.000 millones este año. Serrano no se fía de ellos», afirman fuentes internas a este diario.
Desde Correos señalan que el proceso del voto por correo se está desarrollando con normalidad y en los plazos previstos, si bien admiten que en Madrid se ha producido un retraso de tres días por la impugnación que llevó a cabo un partido político. Esta circunstancia ha producido una demora en el reparto que aseguran que ya se ha subsanado. En el resto de España afirman que el proceso se ha desarrollado con normalidad.
El voto por correo va a adquirir en estas elecciones unas dimensiones históricas. Algunas fuentes apuntan que llegará hasta los 2,2 millones de solicitudes, una cifra que nunca se había alcanzado. El 22 de junio se habían registrado 1,4 millones. Correos publicará los datos definitivos el 13 de julio, día de cierre del plazo de solicitud del voto por correo.
Esta mayor demanda implica una contratación adicional de trabajadores que en principio se cifró en 12.000, y que Correos afirma que serán más.
Desde los sindicatos, sin embargo, lamentan que sea mucho personal para contratar en poco tiempo, y que este hecho se traduzca en situaciones inconvenientes. «Hace unos días me decían de una oficina que les habían enviado ocho personas y solo una sabía utilizar el ordenador. ¿Qué iba a hacer con los siete que no saben?», señala un sindicalista.
Pese a las dificultades, desde los sindicatos están seguros de que la plantilla de Correos responderá bien por su orgullo profesional. La compañía siempre ha funcionado como un reloj, pero la gestión de los últimos años ha hecho dudar a algunos sobre su capacidad actual.