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El anatoicismo consiste en generar más deuda sobre intereses

El anatoicismo consiste en generar más deuda sobre intereses

Deuda nueva y renovada: 2.800 millones más en intereses

A 30 de junio, la Administración General del Estado ya ha emitido deuda por valor de 66.600 millones

Mostraba hace unos días que el mitómano que preside este Gobierno está llevando a la quiebra a este país con el desconocimiento de la UE, a la que tiene complemente engañada.

El 31 de marzo, la Intervención General del Estado publicó en su web un informe que se había enviado a la UE, que se llama Reporting of Government Deficits and Debt Levels, en el que informaba que este año el déficit total va a ser de 54.458 millones y la deuda consolidada, de acuerdo con el Protocolo de Déficit Europeo, llegará a 1.577.134 millones. Partiendo que en el cierre de 2022 era de 1.502.543, implica que el incremento va a ser, al final del año, de 74.591 millones.

La realidad es que, a 30 de junio, la Administración General del Estado ya ha emitido deuda por valor de 66.600 millones, sin consolidar con la de las Comunidades y las Corporaciones Locales, lo cual hará que esta deuda se acerque mucho más a los 70.000 millones a cierre del primer semestre.

Esto hace que el Gobierno, a mitad de año, ha necesitado endeudarse en un 94 % sobre lo que tenía previsto a lo largo del año, así que la papeleta para los nuevos que lleguen va a ser tremendamente difícil de sostener.

Como todo efecto de este tipo, la nueva deuda tiene un efecto colateral que son los intereses. Pero lo que no nos cuenta nadie en el Gobierno es que, además de lo que se está endeudando –por la incapacidad de cuadrar las cifras de ingresos y gastos–, este año hay que renovar deuda que vence por un valor de 185.349 millones de euros, de los cuales a 30 de junio se han renovado 82.428 millones.

Lo que tampoco cuentan es que tanto la deuda nueva como la que hay que renovar ya se está financiando a tipos de interés que varía del 3,297 % en las letras a 3 meses en el mes de junio al 3,981 % en las obligaciones a más de 20 años y menos de 50 años.

Todo esto implica que este año nos va a tocar pagar 2.779 millones de euros por toda la deuda nueva, más la renovación de la antigua. Parece como si 2.779 millones de euros más no fuese nada, pero fue lo que tuvo que bajar Rajoy por presión de la UE en 2012. Si además digo que después de este año y hasta que se amortice esta deuda nuestro país va a tener que pagar 21.568 millones de euros, lo mismo ya nos empezamos a preocupar.

Esta cifra es la que comprometió el mitómano, para temas de igualdad. Es el doble de regalar 20.000 euros a los jóvenes de 23 años que se le ha ocurrido a «Yoli», en la campaña para captar votos.

Podemos seguir prometiendo, hasta meter los votos en las urnas, pero es importante saber que este año pagaremos casi 2.800 millones más de interés y en los próximos años seguiremos pagando hasta 21.500 millones más, solo porque nuestros gobernantes se gastan más de lo que ingresan.

La deuda nueva más la deuda amortizada mes a mes hasta llegar a los 149.054 millones de euros. Los meses en que el Tesoro ha tenido que acudir a pedir más dinero para pagar amortización de deuda y para pedir nueva deuda fue en febrero, que tuvimos que negociar 38.032 millones de euros nuevos, seguido de junio, que se tuvo que endeudar en 31.507 millones netos.

A través de esta tabla, podemos ver lo que supone los pagos mensuales, de la deuda del mes más la acumulada hasta llegar a la estimación de lo que vamos a pagar hasta junio por esta deuda y sabiendo que las letras, salvo las de 12 meses, no van a tener casi influencia, llegamos a que en el primer semestre tendremos que pagar 1.418 millones más y que en el año 2.779 millones.

Ya sé que hay muchos políticos que dicen que la deuda nunca se paga y cada día hay más personas convencidas de esta frase, porque los estados no hacen otra cosa que endeudarse más. El problema viene cuando los mercados que te tienen que prestar el dinero, empiezan a pensar que tu país va a tener problemas para devolver la deuda prestada. Lo primero que pasa, antes de dejar de prestarte dinero, es que tus tipos de interés van subiendo paulatinamente y, por lo tanto, endeudarte cada día te cuesta mucho más dinero por los intereses.

Acabamos de ver el ejemplo. El siguiente evento, es cuando ya consideran que, aunque los tipos de interés sean muy altos y se esté sacando una rentabilidad extraordinaria, empiezan los temores de que no vas, ni siquiera, a poder pagar los intereses y mucho menos la deuda y al vencimiento. En lugar de prestarte dinero muy caro, te exigen la devolución de este y no puedes pagar, eso se llama entrar en default.

El caso más famoso fue Argentina cuando en 2001 no pudo pagar su amortización de la deuda y la banca se vio obligada a montar «el corralito», que les pregunten a los argentinos como lo pasaron en aquellos años y las consecuencias que tuvo para la sociedad.

Otro caso fue el de Grecia que, para evitar el default, la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional, conocidos en aquellos momentos como «la troika», tuvieron que intervenir la economía griega y las consecuencias para los griegos fueron tremendas.

Nos faltan por renovar en los próximos 6 meses 103.000 millones para llegar a los 185.000, más toda la deuda nueva. Si entre los dos conceptos volvemos a renovar 150.000 millones, quiere decir que a mismos tipos de interés habremos generado 5.500 millones más intereses para 2024 y 43.000 millones para los mismos años.

¿Cuánto tiempo creen que podemos aguantar así? No nos olvidemos que la deuda vence y hay que renovarla, que hace menos de un año nos la compraba el BCE, pero que ahora hay que salir a los mercados. Este año vamos a cerrar con una deuda consolidada de 1,6 billones de euros y que fácilmente nos tocará renegociar el año que viene 200.000 millones a tipos mucho más altos. La situación en la que van a encontrar las finanzas públicas cuando lleguen al gobierno, si es que llegan, van a ser catastróficas. El que avisa no es traidor.

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