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Vista del Ecofin de hoy viernes sobre la solvencia económica de la UE hasta 2027FRANCOIS LENOIR

Maratón económico en el Consejo Europeo

Ecofin: Alemania y otros socios europeos se niegan a contribuir con un extra al presupuesto comunitario

En la reunión de los ministros de finanzas de los 27 sólo se ha mostrado unanimidad de cara a continuar con el apoyo a Ucrania

La reunión del Ecofin presidida por la vicepresidenta española de Asuntos Económicos Nadia Calviño -y la primera bajo la presidencia europea española- han abordado este viernes por primera vez la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP) para el periodo 2021-2027.

Este marco es el presupuesto a largo plazo de la Unión Europea cuyo objetivo es crear situaciones económicas estables estipulando los límites generales de gasto a través del estudio de las finanzas (ingresos y gastos) y la disciplina presupuestaria de la institución y de los Estados miembros. Este campo enlaza con la reunión del Eurogrupo del pasado jueves en el que acordaron limitar los presupuestos en los años por venir tras una etapa de expansión fiscal marcada por la pandemia y la guerra de Ucrania. Traducción: vienen recortes. El vicepresidente de Ecofin, el lituano Valdis Dombrovskis, sobre el presupuesto europeo ha asegurado que «en los últimos años los recursos disponibles han sufrido mucho estrés».

El MFP incluye el paquete de ayuda a Ucrania, el refuerzo para la atención de la inmigración (15.000 millones), la creación de una plataforma de inversiones estratégicas dentro y fuera del continente (10.000 millones) y la reserva de otros 19.000 millones para el aumento de los costes de financiación por la subida de intereses. Entre el presupuesto a largo plazo y los fondos «Next Generation UE» se ponen sobre la mesa un total de 2,02 billones de euros.

El Ecofin ha dado luz verde a otros 50.000 millones de euros para los próximos cuatro años, de los cuales 33.000 millones serán en forma de créditos. «[Ucrania] es un país que no sólo está luchando por su seguridad sino que también está defendiendo los valores europeos», sentenció Calviño en declaraciones a la prensa momentos antes del inicio de la reunión de ministros de Finanzas de la Unión.

Esta nueva medida de apoyo económico se suma a las anteriores. Desde el inicio de la guerra, la UE y sus Estados miembros han puesto sobre la mesa más de 77.000 millones de euros. Del total, 38.300 millones de euros han sido en concepto de ayuda económica; 17.000 millones en ayuda a refugiados en suelo europeo; 21.160 millones de euros en ayuda militar y 670 millones en el Mecanismo de Protección Civil de la Unión.

Otras prioridades

Dos de los temas sobre la mesa que son de gran calado para el futuro europeo son la reforma de la Unión Aduanera propuesta el pasado 17 de mayo por la Comisión Europea y la fiscalidad global de las multinacionales. Esta reforma, según aseguran fuentes internacionales, sería la más ambiciosa y global desde la creación del sistema de aduanas común en 1968.

La propuesta responde a una realidad geoeconómica y geopolítica. Los volúmenes comerciales no paran de crecer -especialmente el electrónico-, un número creciente de normativas para entrar en el mercado europeo y la reconfiguración del orden mundial a raíz de la guerra de Ucrania, el bloqueo a los productos rusos y la tensión creciente con China.

Para adaptarse a los nuevos tiempos, la Unión Europea se valdrá de la inteligencia artificial y ahondará en los procesos de digitalización de las instituciones comunitarias. El análisis de datos en tiempo real reduciría, por ejemplo, el tiempo necesario para dar el visto bueno a importaciones o exportaciones y recortaría de manera notoria los trámites burocráticos. Según ha afirmado el comisario Paolo Gentinoli, la aplicación será gradual hasta 2032 y ha subrayado también que «no están fusionando las aduanas nacionales y creando un único organismo» como sí ha ocurrido con Frontex, el servicio de defensa fronteriza común.

Varios países prefieren no aportar extras

A la cabeza de los Estados miembros ‘rebeldes’ a la hora de realizar aportaciones extra al presupuesto comunitario hasta 2027 se encuentra Alemania. Christian Linder, el ministro de Finanzas alemán, admitió esta mañana que «no deben esperarse grandes contribuciones de los Estados miembros a la vista de la tensa situación financiera que tenemos en casa». Si no ha mostrado reticencias para aprobar la ayuda a Ucrania es porque era «una necesidad especial que no era previsible».

La posición polémica -pero realista, por otro lado- teutona es compartida por otros socios, como Países Bajos o los nórdicos, que apuestan por redirigir fondos y evitar nuevas contribuciones. La decisión de los noreuropeos está respaldada por su adhesión a la OTAN ya que implica un aumento de gasto en defensa con nuevas inversiones en material, estructuras, costes de integración y operabilidad, etc.

A pesar de las diferentes opiniones, el consenso sobre lo básico es total. «La presidencia hará todo lo posible para conseguir un buen equilibrio entre todas las partes afectadas», ha asegurado Calviño.