El peligro de la política económica de una reedición de Frankenstein
La ralentización es global, pero será especialmente importante y preocupante en España
La política de Sánchez, basada en el gasto público, las subidas de impuestos, el déficit estructural, la deuda exponencial y, sobre todo, la inseguridad jurídica, que ha sido el santo y seña de Sánchez a lo largo de este último quinquenio, ha supuesto un freno importante a la inversión empresarial, tanto a la nacional como a la extranjera.
Esto es fruto de la política económica equivocada del Gobierno, sólo preocupado en su bienestar en lugar de preocuparse por el bienestar de los ciudadanos y de la economía. Con su incremento de gasto, aumento de impuestos, elevación de déficit y deuda e inseguridad jurídica, ahuyenta inversiones y dificulta la actividad económica, perjudicando la creación de puestos de trabajo, dejando muy maltrecha a la economía española, que hace que el horizonte se presente muy difícil.
Todo ello, refleja un escenario económico que cada vez se complica más. La ralentización es global, pero será especialmente importante y preocupante en España. Importante, porque tras el verano se frenará de manera más clara y está expuesta a mayores perturbaciones, como el incremento del coste de financiación y la prima de riesgo por su elevado endeudamiento; y preocupante, porque somos los últimos en haber recuperado los niveles previos a la pandemia, en términos constantes, y vamos camino del estancamiento.
La aceleración del gasto en campaña electoral ha sido un riesgo añadido que hemos sufrido, al haber aprobado importantes cuantías para distintas partidas. ¿Qué podemos esperar si se reedita el pacto conocido como Frankenstein? Nada bueno.
La economía española no aguanta otra legislatura de gobierno Frankenstein, pues es una política económica plagada de bandazos, sin una línea clara, salvo la del oportunismo, la necesidad y el interés propio de Sánchez para resistir en el Gobierno. Esto genera inseguridad jurídica e incertidumbre, acrecentada por el hecho de que no se sabe qué va a pasar con la formación de gobierno, ya que aunque el PP ha ganado, no parece probable que Sánchez deje gobernar a la lista más votada, como era costumbre hasta que llegó él.
Eso puede incrementar la prima de riesgo, debido a la inestabilidad, generar desconfianza y ahuyentar más inversiones, justo lo contrario de lo que necesita España. Todo en un contexto en el que habrá que volver a las reglas fiscales, difícil con un gobierno que sólo sabe gobernar incrementando gasto, déficit y deuda. Horizonte económico poco halagüeño.
- José María Rotellar es profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y director de su Observatorio Económico