Vestager lima asperezas con Macron para evitar que vote a Calviño para el BEI
La tensión de la danesa con el Elíseo explotó tras la elección de una americana como alto cargo de la UE
Margrethe Vestager está en campaña y para eso pidió una excedencia como vicepresidenta de la Comisión Europea. La danesa quiere ser la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones y para ello está tratando de ganarse todos los apoyos posibles para hacer frente a la candidatura de Nadia Calviño, su gran rival para el puesto.
Según el Gobierno español, la opción de la gallega es la más «sólida» para el futuro de la institución, pero Vestager cuenta con el aval de su gran experiencia en un transatlántico como la Comisión Europea. Ha demostrado grandes capacidades desde que en 2014 llegó a su puesto en Bruselas, aunque sus últimas decisiones hayan sido cuestionadas.
Es precisamente ese el problema al que se enfrenta la danesa a la hora de poner en marcha su campaña. Es plenamente consciente y por eso trata de limar asperezas con los que más le han criticado. Uno de los más incisivos fue Emmanuel Macron, que cargó contra ella y contra Ursula von der Leyen por el nombramiento de una americana para un puesto de gran importancia en la UE.
Francia fue la gran oposición de que Fiona Scott Morton ocupara un puesto en Competitividad y decidiese el futuro de grandes compañías estadounidenses como Amazon o Microsoft. Tuvo que renunciar al cargo y el Elíseo ganó una pequeña batalla contra la Comisión en la que Vestager era quien daba la cara.
Ahora la danesa tiene el duro trabajo de convencer a Macron de que lo ocurrido no es indicativo sobre el resto de su trayectoria y para eso puede jugar la carta de que pertenecen al mismo partido, Renew Europe. Contar con el apoyo de Francia es casi conditio sine qua non para llegar a cualquier puesto importante dentro de la Unión Europea, por lo que lo que opine el presidente galo es mucho más importante de lo que parece.
No es un mero voto más y, por ahora, parece que pertenece a Calviño. Hay voces en Francia que entienden que Vestager hacía oposición sobre algunas empresas galas, como al bloquear la fusión de Alstom y con la alemana Siemens, y aunque el Ministerio de Economía no ha dicho aún a quién votará, sí ha indicado que prefieren a alguien que apoye el desarrollo de proyectos nucleares dentro de la UE, algo por lo que Vestager no es proclive.
Calviño también es reticente a las energías nucleares, por lo que si Francia finalmente acaba apoyando a la española lo haría a cambio de algo e imponiendo ciertas condiciones. Macron no va a salir perdiendo en esta historia porque tiene la sartén cogida por el mango.