Solo el 45 % de los afiliados a la Seguridad Social tiene contrato indefinido a tiempo completo

Me preguntaban el otro día por qué escribo tan poco sobre el empleo y la afiliación a la Seguridad Social y le respondía, a la persona que me preguntaba sobre este tema que, José Luis Fernández, jefe del gabinete de estudios de USO, saca todos los meses un documento impresionante sobre el tema del paro donde explica perfectamente cómo se está comportando este asunto, y además está Daniel Lacalle, que lo tiene como uno de sus temas preferidos y con sus artículos e informes creo que es más que suficiente para estar informado.

Pero la persona con la que estaba hablando me hizo una pregunta que no supe contestarle y que, aprovechando que recientemente han salido datos de afiliación media del mes de agosto y afiliación el ultimo día del mes, voy a intentar responderle.

La pregunta era: ¿cuántos trabajadores tienen un contrato indefinido a jornada completa? Y me decía: «Me importa el número, pero sobre todo me interesa el porcentaje de gente que está trabajando las 40 horas semanales con un contrato indefinido tradicional».

Así que busqué en los datos que publica la Seguridad Social, la estadística de afiliados a Seguridad Social el último día de cada mes y me fui a la pestaña del mes de agosto del informe.

En dicho informe están todos los contratos indefinidos a jornada completa, a jornada parcial y los fijos discontinuos. También están los temporales con jornada completa y parcial y los contratos en formación y prácticas, así como otros.

Tengo ya todos los datos volcados y voy a tratar de explicar lo que sucede con los contratos indefinidos que trabajan a jornada completa. Lo voy a hacer porque el dato es tan preocupante que no sé cómo no me había enterado, y no sé siquiera si lo sabe mucha gente, o solo soy yo el despistado.

Si antes de sacar los datos hubiese tratado de improvisar, me habría calzado un trompazo igual que el del presidente cuando dijo que la economía iba como una moto.

No podía imaginarme que la media de los ocho primeros meses de este año esté en una cifra inferior al 45 %.

Sí: no me he vuelto loco. He repasado varias veces los datos totales de afiliación a la Seguridad Social y los de jornada completa.

Veamos por qué digo que no me he vuelto loco:

La afiliación a la Seguridad Social termina en enero del 2023 en 20 millones. Va subiendo mes a mes, sin parar, hasta llegar a mayo de 2023 con 20,7 millones de afiliados. En junio hay una parada sustancial y cae en 118.000 personas la afiliación, para recuperarse en julio sumando 86.000 afiliados más y, como es tradicional en agosto, se pega un bofetón, que no por esperado, deja de ser muy importante, bajando en casi 254.000 personas la afiliación, quedando en 20.430.272, que significa que hemos retrocedido a una cifra entre marzo y abril, quedando la afiliación media al último día del mes en 20,5 millones.

Aquí empieza la campanada. Terminamos en enero de este año con 8.964.900 trabajadores que tienen un contrato indefinido a jornada completa contra 20 millones de afiliados. Significa que el contrato que nos debe medir la calidad del empleo solo suponía un 44,8 % del total de los afiliados a la SS.

Lo malo es el movimiento que se produce en los meses de abril y mayo: este tipo de contrato baja su porcentaje a niveles del 44,4 %/44,5 %, lo que significa que en la nueva contratación están creciendo más rápido los contratos a tiempo parcial o los fijos discontinuos o los contratos temporales.

Si yo estuviese en el Gobierno, con estas cifras, en lugar de estar viajando a ver a un prófugo, estaría pensando en cómo paliar una crisis, porque si con 20.430.272 solo tengo seguros 9.270.771, y entre estos están todos los empleados públicos de todas las administraciones, y con este dato estoy en el porcentaje más alto de contratos indefinidos sobre afiliación pues llegamos a un 45,4%, qué pasará mañana si empieza una crisis como ya se está diciendo.

Pero está claro que con tener fijos discontinuos que, estén parados o no, no cuentan como parados, ya el Gobierno está tranquilo, pero a mí me ha entrado un escalofrío.

Si a esta cifra le quitamos los empleados públicos nos queda un empleo de 5,8 millones de contratos «jamón» que suponen solo de un 28,2 % de empleo de los que parece más difícil de prescindir, porque, si vienen mal dadas, primero me quitaré los fijos discontinuos, seguiré con los temporales y acabaré los contratos fijos a jornada parcial.

No me he puesto a mirar series anteriores para saber si esto siempre ha sido así, pero desde luego hoy la situación es muy preocupante, y lo más preocupante de todo es que desde el Gobierno están tan tranquilos, como si realmente solo hubiese 2,7 millones de parados y el 80 % de los trabajadores tuviese un contrato que les garantizase una continuidad en su puesto de trabajo.

Pues ya lo saben: a partir de ahora, solo el 45 %, incluido en esos datos los funcionarios y laborales de las administraciones públicas, pueden tener una ligera tranquilidad en sus puestos de trabajo.