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Momento del décimo encuentro de alto nivel sobre comercio entre la UE y China

Momento del décimo encuentro de alto nivel sobre comercio entre la UE y ChinaEFE

Visita comercial

China se niega a revisar su acuerdo con la UE sobre subvenciones a coches eléctricos

El vicepresidente de la Comisión no logra arrancar un acuerdo a Pekín ante lo que considera competencia desleal

Primer varapalo para la Unión Europea ante la negativa de China a revisar las subvenciones para los coches eléctricos importados desde el gigante asiático.

La visita de alto nivel que estos días está llevando a cabo el vicepresidente de la Comisión y comisario de Comercio Valdis Dombrovskis tenía como objetivo acercar posturas, aunque se esperaba que no fuera a dar los resultados esperados.

Dombrovskis anunció su viaje a China después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmara que Bruselas va a abrir una investigación a ese país por los subsidios que concede a sus vehículos eléctricos, bajando su precio «artificialmente».

«Los mercados globales están inundados con vehículos eléctricos chinos más baratos y su precio se mantiene artificialmente bajo gracias a los enormes subsidios estatales», explicó Von der Leyen durante el Discurso sobre el Estado de la Unión.

Ante las críticas vertidas por Pekín ante esta posibilidad, Dombrovskis ha señalado que la UE no busca desacoplarse de China pero sí necesita «protegerse» ante «situaciones en las que se abuse de su apertura».

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Wang Wenbin ha declarado su país se opone «a cualquier forma de proteccionismo comercial» y que las medidas que la Unión Europea pretende adoptar «no favorecen la estabilidad de la cadena de suministro y producción global del sector automovilístico» y «no benefician a ninguna de las partes».

Desde que China ingresó en la Organización Mundial de Comercio en 2001 apadrinada por Estados Unidos, el gigante asiático se ha posicionado como baluarte en la defensa del libre comercio global.

Equilibrar la balanza

El comercio entre ambos alcanzó el año pasado cifras récord de 865.000 millones de euros. La balanza comercial claramente está a favor de China con una diferencia de cerca de 400.000 millones respecto al mercado europeo y es algo que desde Bruselas quieren revertir en la medida de lo posible.

«Nuestra estrategia europea de seguridad económica, publicada recientemente, tiene como objetivo maximizar los beneficios de nuestra apertura y, al mismo tiempo, minimizar nuestra dependencia estratégica y vulnerabilidad. La UE necesita salvaguardas cuando se abusa de su apertura», dijo Dombrovskis en el foro.

Este rediseño de las relaciones geopolíticas y económicas tiene como origen la guerra de Ucrania, y la necesidad de reducir la dependencia de mercados externos para evitar el colapso de las cadenas de suministros, algo que también se vio patente durante la crisis sanitaria de la COVID y en la que China se consolidó como factoría del mundo.

Según Dombrovskis, la UE quiere «trabajar con China para establecer una relación de comercio e inversión más equilibrada», y sugirió a Pekín que tome algunas medidas para alcanzar «un modelo de crecimiento más sostenible». En otras palabras: quiere que la cuota de mercado china en el sector automovilístico crezca aun ritmo inferior al actual para evitar la pérdida de poder europeo.

Según la Comisión, los vehículos chinos tienen una penetración actual del 8 % en el mercado comunitario -que podría duplicarse hasta el 15 % en 2025 de continuar al mismo ritmo- y debido a las subvenciones, cuestan un 20 % más barato que los europeos. Algo semejante está ocurriendo en el mercado de las motocicletas, aunque a un ritmo muy inferior por la competitividad de las empresas japonesas como Yamaha u Honda.

Alemania se muestra preocupada

Dombrovskis expresó que las empresas europeas están «preocupadas por la dirección que tomará China» en el futuro. La capacidad de producción supera a la de cualquier otro país de la UE a título individual.

Los fabricantes alemanes de automóviles temen sufrir represalias si la UE impone aranceles a los vehículos eléctricos chinos, advirtió el pasado viernes el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, en un evento del Consejo Atlántico.

El eje francoalemán en este campo tiene intereses diferentes y eso demuestra la debilidad de la UE a la hora de enfrentarse a retos económicos que implique cuadrar voluntades de los Estados miembros y a la fortaleza del mercado único. El sector automovilístico es uno de los más importantes de la industria europea.

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