Un tercio de la inversión extranjera de la que presume Sánchez procede de Luxemburgo
El Ejecutivo siempre se remite al país de origen de los inversores y no desde donde se produce el movimiento
La relación de Luxemburgo con nuestro país va más allá de los habituales partidos de clasificación para la Eurocopa. De este pequeño estado, con una población similar a Navarra, procedieron un tercio de las inversiones que se realizaron en España en los últimos cinco años gracias a la baja tributación.
En el Gran Ducado las empresas pagan un impuesto sobre actividades económicas del 3 % y de patrimonio del 0,5 %, por lo que es el destino favorito de los grandes –y pequeños– fondos de inversión. No en vano, los últimos datos del Banco de España informan de más de 110.000 fondos en país de 640.000 habitantes.
Precisamente de estos fondos procede la mayor parte de inversión extranjera en España, que en los últimos cinco años ha representado el 33,8 % del total. En lo que llevamos de año, la financiación procedente de este país asciende a los 7.447,6 millones de euros y todo apunta a que se superará a la del año anterior (11.793 millones). De hecho, esta inversión no ha dejado de crecer y en el año 2018 se alcanzó un récord de 16.680 millones de euros.
Los fondos de Reino Unido (12,3 %), Francia (11,5 %) y País Bajos (8,7 %), completan la lista de inversores en nuestro país. No obstante, esta cifra tiene truco ya que se trata del país inmediato de la inversión, donde reside el titular directo.
Si se analiza la inversión por el origen de los inversores –conocido como «país último»–, la gran parte del dinero procede de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania y Suiza. Esto se explica porque las grandes multinacionales estadounidenses eligen Luxemburgo como sede de operaciones de sus inversiones en Europa.
Paraísos fiscales
Los ejemplos de Luxemburgo y Países Bajos, paraísos fiscales en la práctica, llevan años bajo la lupa de las autoridades comunitarias, incapaces de intervenir al no estar armonizado el sistema fiscal europeo. Para los distintos estados, no obstante, se trata de una importante vía de financiación para las empresas españoles a pesar de la merma que supone para las haciendas estatales y los efectos que tiene sobre algunos sectores. Christoph Trautvetter, coordinador de la Red de Justicia Fiscal, señalaba en un informe sobre la ingeniería fiscal a través de las sociedades radicadas en Luxemburgo que las prácticas empresariales están provocando importantes aumentos del precio de la vivienda de las capitales europeas, ya que el sector inmobiliario es uno de los preferidos por los fondos.
Moncloa solo publica los datos del país de origen de los inversores y no hace mención alguna de Luxemburgo
En el caso de España, la situación es paradójica. El Gobierno saca pecho por haber logrado atraer inversión extranjera procedente de países de bajo régimen fiscal, al mismo tiempo que aprueba unos impuestos a una banca que sí tributa en nuestro país que perjudican –como ha señalado en varias ocasiones la patronal– la financiación a las empresas. Y luego vienen las pataletas cuando Ferrovial decide trasladar su sede social.
El pasado mes de junio, el ministro de Industria, Héctor Gómez, apuntaba a que la política económica del Gobierno estaba siendo clave para generar confianza en el sector. «Seguridad jurídica y crecimiento económico que reflejan el buen momento que vive España y el deseo de invertir en nuestro país, con la industria como principal sector receptor de inversiones», añadía. Eso sí, en la presentación de estos informes, Moncloa solo publica los datos del país de origen de los inversores y no hace mención alguna de Luxemburgo.