La política económica de Madrid frena la deuda de España
No es fruto de la casualidad, sino de la aplicación de una política económica liberal basada en el gasto limitado y eficiente, bajos impuestos, flexibilidad y agilidad económica, generación de un entorno de confianza y menor déficit y deuda desde hace más de quince años
La Comunidad de Madrid vuelve a frenar el crecimiento de la deuda del conjunto de España en relación al PIB. Esto no es fruto de la casualidad, sino de la aplicación de una política económica liberal, basada en el gasto limitado y eficiente, bajos impuestos, flexibilidad y agilidad económica, generación de un entorno de confianza y menor déficit y deuda desde hace más de quince años.
Y es que, como he dicho en reiteradas ocasiones, no hay una única política económica posible. Hay una, intervencionista, basada en una mayor intromisión en la economía, gasto público creciente, déficit alto, deuda elevada y subida de impuestos, además de una ausencia total de reformas. La otra, liberal, basada en la austeridad y reducción del gasto, la estabilidad presupuestaria, la reducción ordenada y selectiva de impuestos y la eliminación de trabas que libera renta para la economía productiva, genera un marco de confianza y credibilidad y dinamiza la actividad económica y el empleo.
Es legítimo optar por una o por otra, pero sabiendo siempre que cada una de ellas dará diferentes resultados, porque distintas políticas dan distintos resultados. Así, desde el punto de vista regional, nos encontramos con unas regiones, que Cataluña, Valencia o Andalucía en la época socialista optaron por la política intervencionista, frente a Madrid, que optó por una política liberal.
Especialmente desde 2003, con Esperanza Aguirre al frente, Madrid comenzó a aplicar una política económica basada en el liberalismo clásico, con gasto reducido y eficiente e impuestos bajos. Así, por ejemplo, Madrid redujo el IRPF, de manera que cuenta con un tipo máximo 5 puntos inferior al de Cataluña, mantiene la exención al 100 % en el impuesto de Patrimonio –exención que Sánchez quiere ahora eliminar por la puerta de atrás, con un impuesto de patrimonio bis que, a todas luces, parece invadir competencias autonómicas– y la bonificación al 99 % en Sucesiones y Donaciones para los familiares más cercanos, mientras que Cataluña repuso Patrimonio y Sucesiones y Donaciones y va a aplicar nuevas subidas en el IRPF.
Esa política de Madrid, que sigue aplicando la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de respeto permanente a la estabilidad presupuestaria, ha permitido que haya sido una de las regiones que mejor ha cumplido, en media, con el objetivo de saldo presupuestario. La estabilidad presupuestaria no es más que el cumplimiento de un compromiso que tiene que tener la economía del sector público con sus cuentas, donde los gastos no deben superar a los ingresos y la deuda debe ir reduciéndose. Compromiso que, además, se refuerza al serlo también del conjunto de España con la Unión Europea, y que aunque haya quedado suspendido en estos cuatro ejercicios –también, para 2023–, tras la pandemia, no debe desviarnos de la ortodoxia que implica su cumplimiento. Ortodoxia a la que hay que volver de manera urgente en todas las administraciones públicas.
El déficit presupuestario es un grave desequilibrio que genera muchos perjuicios a la economía española y que endeuda de manera importante a las generaciones futuras, hecho que Buchanan llegó a tachar de «inmoralidad». Además, como dejó claro Ricardo en su «equivalencia ricardiana», los agentes descuentan ese endeudamiento futuro y se retraen en el presente en el consumo y la inversión. Por ello, los intervencionistas tratan de ocultarlo con la generación de todo tipo de ilusión fiscal.
En dicho ámbito de estabilidad presupuestaria, a partir de esa política de gasto austero y eficiente y de impuestos bajos, el liberal-conservadurismo apuesta por el cumplimiento de la estabilidad presupuestaria, con el propósito de conseguir reducir el endeudamiento.
De esa manera, podemos comprobar cómo Madrid ha sido la región que mejor ha cumplido con la estabilidad presupuestaria desde el inicio de la anterior crisis y hasta el último ejercicio.
De esta forma, en ese período, Madrid ha tenido en media –junto con Canarias–, un déficit inferior al 1 %, pese a ser una de las regiones peor financiadas por el Sistema de Financiación Autonómica (SFA), que le obliga a hacer un esfuerzo mayor que al resto de regiones, además de ejercer la mayor solidaridad de España, que permite, así, que las regiones menos prósperas puedan financiar sus servicios esenciales. Ese déficit medio de Madrid en ese período ha sido el menor de todas las CCAA, casi un punto menos que la media regional, 1,3 puntos menos que Cataluña y 4 puntos menos que el conjunto de España.
Esa política de cumplimiento de la estabilidad presupuestaria se traduce en un menor nivel de endeudamiento también con la reciente publicación de los datos de deuda de lasa AAPP correspondientes al IITR-2023 por parte del Banco de España, siendo Madrid la región con menor incremento de deuda en ese período, 8 puntos del PIB, frente a los 16,5 de la media regional, los 22,4 puntos de Cataluña, los 25,6 de Castilla-La Mancha, los 30,8 de Valencia y los 71,5 puntos del conjunto de España.
Y si lo analizamos en un período más amplio, desde 2003, momento en el que en Madrid se inicia la adopción de las políticas de mayor libertad económica, el resultado también es muy significativo, al incrementarse la deuda en Madrid en 7,4 puntos frente al aumento de 25,2 puntos en Cataluña (casi cuatro veces más que en Madrid), y 17,1 puntos en la media regional.
Pero lo más importante de todo es el freno a la deuda de España que consigue Madrid con sus políticas de menor endeudamiento. De esta manera, si la deuda del conjunto de AAPP es del 111,2 % del PIB según los datos del IITR-2023 del Banco de España, si quitamos tanto la deuda de la Comunidad de Madrid como su PIB, el cociente entre la deuda del resto de España y el PIB del resto de España pasaría a ser del 134,8 % del PIB. Es decir, la austeridad y eficiencia de Madrid frena el endeudamiento del conjunto de España en 23,6 puntos porcentuales del PIB.
Distintas políticas dan distintos resultados. Por eso es esencial que Madrid siga en ese camino de impuestos bajos y reformas profundas, sin olvidar la necesidad de reducir de manera importante el gasto para estar mejor preparada ante cualquier coyuntura económica. Con todo ello, podrá seguir marcando el camino económico a seguir.
José María Rotellar es profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y director de su Observatorio Económico.