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Las dudas crecen en torno a cómo irá nuestra economía en 2024Lu Tolstova

La semana económica  Más señales de alarma: la incertidumbre planea sobre la economía española en 2024

De BBVA Research al Banco de España, siguen apareciendo instituciones que rebajan nuestra previsión de crecimiento

Durante las últimas semanas ha habido diferentes organismos que han rebajado las previsiones de crecimiento de la economía española para el año que viene. La Comisión Europea lo hizo el 11 de septiembre, el Banco de España y la Cámara de Comercio de España se unieron a la tesis una semana después y BBVA Research también lo ha confirmado esta semana.

La evolución de los tipos de interés y sus consecuencias sobre las hipotecas, el consumo y la inversión; la subida del precio del petróleo, y con ello el incremento del coste de la gasolina y otros carburantes, o la desaceleración en Europa y el consiguiente riesgo de que se frenen las exportaciones están entre los principales argumentos empleados por quienes hablan de una menor actividad de nuestra economía en 2024. En el caso de los tipos de interés, el retardo con el que se notan los efectos de la política monetaria hará que su dureza se perciba con más intensidad en la economía y los bolsillos de los ciudadanos durante 2024.

El director de BBVA Research, Jorge Sicilia, comentaba que no revisaban a la baja el crecimiento de España para 2023, «pero 2024 es otra historia». Desde el Banco de España avisan del debilitamiento en el que ha entrado la economía española desde verano.

Las señales son de alerta, o al menos de intranquilidad, con un entorno incierto fuera de España y una problemática dentro de nuestro país que en buena medida se basa en la falta de transparencia en torno a las cifras: desde las del paro a las de la viabilidad de las pensiones, pasando por las del ingreso mínimo vital, y cada vez más. Si no hay claridad en las cifras, es difícil establecer un plan de acción coherente para que el país salga adelante.

Recorte del gasto

A todo ello se suma que previsiblemente la Comisión Europea pedirá al próximo Gobierno español un recorte en el gasto, dado que en principio el próximo curso volverán los límites de deuda y déficit que exige Europa y de los que estamos muy alejados (en el caso de la deuda, tenemos casi el doble: 111 % sobre el PIB frente al 60 % que en teoría se exige).

En este contexto vuelve a plantearse si por fin podrían ayudar los fondos europeos Next Generation. A estas alturas de la película, hay mucho escepticismo en torno a ellos, y con razón, dado que su ejecución real apenas llega a un 10 % de lo previsto. Aun así, expertos como los catedráticos Santiago Carbó y Rafael Pampillón se resistían esta semana en nuestro podcast El Debate de la Economía a que estos fondos sean una oportunidad perdida. Su papel en la transformación de nuestra economía y en la llegada de unos puestos de trabajo de mayor valor añadido que mejoraran la productividad y los salarios podría ser muy relevante, pero de momento no es el caso.

«El sistema de pensiones está muy desequilibrado y tiene poco futuro cuando se jubilen los baby boomers»

Esa reforma estructural está pendiente, como lo está la de las pensiones. «El sistema está muy desequilibrado y tiene poco futuro cuando se jubilen los baby boomers», indicaba en nuestro podcast Rafael Pampillón.

Y qué decir del mercado laboral, con un SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) que solo es capaz de gestionar el 2 % de las colocaciones. Los gobiernos siguen sin ser capaces de idear un sistema educativo y de gestión laboral en España que case oferta y demanda de empleo. En el caso del Gobierno actual, se prefiere disparar la oferta de empleo público para maquillar las cifras.

La semana económica se ha visto además salpicada por otras noticias que no conviene perder de vista. La producción industrial, un indicador importante, ha vuelto a caer, en esta ocasión un 3,6 %, y encadena tres meses seguidos en negativo. La confianza del consumidor español en su situación actual y en sus expectativas de futuro se ha desplomado 17,2 puntos en septiembre.

No parecen datos como para pensar que España va como una moto. Al menos BBVA Research piensa que la recuperación de la economía española puede continuar gracias a la fortaleza de la posición financiera de los hogares y las empresas, a la normalización prevista de la actividad industrial, al apoyo de los fondos europeos y al aumento de la población en edad de trabajar. En los próximos meses veremos si sus investigadores tienen razón o son demasiado optimistas.

Economistas como Carbó, Pampillón y otros muchos reconocen estar preocupados. Entre ellos están quienes forman parte del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria, que dirige el economista José María Rotellar. Su previsión de crecimiento para España en 2024 es del 0,9 %, por debajo del 1,8 % que esperan el Banco de España y BBVA Research, y ello se debe los efectos de la política monetaria, el regreso de los límites europeos de deuda y déficit, la pérdida de poder adquisitivo de los hogares y el debilitamiento del sector exterior.