Fundado en 1910
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante la presentación del acuerdo

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante la presentación del acuerdoEFE

El otro problema de la productividad española más allá de la jornada laboral que agravará el pacto PSOE - Sumar

La configuración del tejido empresarial español nos separa de Alemania

La reducción de la jornada laboral acordada por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz ha despertado un encendido debate entre trabajadores y empresarios. Recortar la jornada a 37,5 horas por ley o vía convenio colectivo a todos los trabajadores amenaza con dañar aún más la ya de por sí baja productividad española. «Destrozará la competitividad de la economía española porque nuestra productividad no está funcionando bien», en palabras de Javier Campo, presidente de Aecoc, la patronal del gran consumo.

Para medir la productividad organismos como Eurostat dividen el PIB de una economía entre las horas trabajadas. Es frecuente denominarla «el ingrediente mágico», dado que cuanto mejor sea el resultado, el país registrará una mayor prosperidad económica. «Sin embargo, la productividad no es un ingrediente, sino un resultado, y hablamos poco de su naturaleza y sus fundamentos», según Javier García Arenas, economista sénior de CaixaBank Research, que en un reciente informe analizaba por qué es tan baja en nuestro país.

De acuerdo con sus cálculos, la productividad aparente del trabajo de España creció entre 2014 y 2022 un 0,3 %, lejos del 0,9 % del conjunto de la Unión Europea. En 2022, el PIB nominal por hora trabajada en España era un 76 % de la media de la eurozona y apenas el 63 % de Alemania. Y, más preocupante aún: «Esta brecha apenas se ha reducido en las últimas dos décadas, dado que, en el año 2000, el PIB por hora trabajada español era un 74 % del valor registrado en la eurozona y el 61 % del de Alemania», según el análisis del experto.

La productividad española es apenas el 63 % de la de Alemania, y el 76 % de la europea

La jornada media es ya de 37,8 horas en España, pero con fuertes disparidades entre sectores. Además, las horas trabajadas han tocado mínimos, tras caer un 7 % desde 2018, como ya contó El Debate. «La jornada laboral está muy vinculada con la productividad. Si no tocamos la productividad y trabajamos menos, ganaremos menos. Si lo que queremos es trabajar menos y ganar lo mismo, no queda otra que ganar en productividad», aseguró el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en la reciente presentación de resultados trimestrales de la entidad.

Ahora bien, aunque relevante, la jornada laboral no es el único factor importante. También influye, por ejemplo, el nivel educativo de los trabajadores, así como su cualificación técnica. Y hay otro factor clave, recogido en el informe de García Arenas, al que el propio Gortázar aprovechó para hacer referencia: el reducido tamaño de las empresas españolas. El 99 % de nuestras compañías es una pyme o una microempresa. En España, alrededor del 35 % de la ocupación está en empresas de más de 50 empleados, una proporción que se sitúa en el 66 % en Alemania. Y estas empresas de menor tamaño registran una productividad muy inferior a las grandes compañías.

Según diversos estudios, las grandes empresas tienen una mayor propensión a invertir en activos intangibles, que sirven de catalizador del aumento de la productividad. Por ejemplo, modelos de gestión y de eficiencia organizacional, el marketing, el valor de la marca, las bases de datos, la formación específica desarrollada internamente o el software. En economías altamente desarrolladas y cerca de la frontera tecnológica, estos aspectos son aún más determinantes en el crecimiento de la productividad, según el análisis de García Arenas.

«Los trabajadores alemanes son un 28 % más productivos que los españoles. Entonces pueden ganar un 28 % más y vivir un 28 % mejor», aseguraba Gortázar. Según el banquero, ese aumento de la productividad está íntimamente relacionado con el tamaño medio de las empresas. Alemania tiene un 19 % de empresas de 0 a 9 empleados. En el caso de España es el 36 %, prácticamente el doble.

Pequeñas empresas

«Ese tipo de empresas son menos de la mitad de productivas que las grandes. Es necesario que el tamaño medio de la empresa española sea mayor», argumentaba.

El banquero sacó a colación el tema a cuenta del impuesto a la banca, cuya prórroga a perpetuidad era otro de los puntos clave del pacto PSOE – Sumar. Dicho tributo grava a las entidades bancarias en función de sus ingresos, penalizando a las que facturan más de 800 millones de euros al año. «¿Qué sentido tiene esa discriminación? En dos tercios de las provincias en las que competimos los principales rivales están exentos de pagarlo, porque no lo pagan cajas rurales y pequeñas entidades. De nuevo competimos con ellos en situación de desventaja», aseguraba Gortázar al ser preguntado sobre el tributo.

A este respecto cabe recordar que también el diseño del nuevo Impuesto de Sociedades pactado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, que como el de la banca gravará los ingresos, penalizará más a las grandes compañías, según los datos de recaudación de la Agencia Tributaria. «Si penalizamos a las grandes empresas de nuevo nos pegamos un tiro en el pie. No podemos discriminar a las grandes empresas por ser grandes. Si no, no vamos a solucionar un problema tan importante como es la productividad», insistía Gortázar.

comentarios
tracking