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Comunidades como Cataluña o Galicia reclaman sus propios trenes de Cercanías

Comunidades como Cataluña o Galicia reclaman sus propios trenes de CercaníasPaula Andrade

Crear 'mini Renfes' autonómicas, el temor de los sindicatos tras la segregación de las Cercanías catalanas

Una vez abierta la espita del mercadeo político, la medida abre la puerta a desmembrar tanto Renfe como Adif en diferentes empresas regionales

El plan de Pedro Sánchez y ERC para segregar las Rodalies, las Cercanías catalanas ha encontrado en los sindicatos ferroviarios una oposición frontal. Tanto el sindicato de maquinistas, Semaf, de maquinistas, como las ramas ferroviarias de UGT y CCOO han cargado contra el plan, que, en su opinión, «carece en absoluto de rigor».

Más allá de las dudas sobre la viabilidad técnica de un traspaso integral que complete el parcial llevado a cabo en 2009, con la cesión, ahora sí, de vías y estaciones férreas, los sindicatos temen que, una vez abierta la espita del mercadeo político, la medida abra la puerta a desmembrar tanto Renfe como Adif en diferentes empresas regionales.

Especialmente en aquellas autonomías, como Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Andalucía o Madrid, donde existen núcleos propios de Cercanías. Un club al que, si hay investidura, también podría pertenecer Galicia, dado que el pacto de PSOE con BNG incluye la creación de una red entre Vigo y Pontevedra, y en La Coruña.

«Es uno de los riesgos que se corre, que cunda el ejemplo y que el resto de comunidades autónomas pidan sus propias empresas», aseguraba ayer Rafael Escudero, portavoz del Sindicato Ferroviario. «Dos empresas se fraccionarían en 17 y las condiciones de trabajo y el empleo de 30.000 trabajadores se pondrán en cuestión».

De ahí que los llamados a la huelga, los próximos 24 y 30 de noviembre y 1, 4 y 5 de diciembre, sean no solo los 4.000 empleados de Renfe y Adif en Cataluña (2.500 en la primera y 1.500 en la segunda) sino los 30.000 empleados de ambas compañías en toda España. Unas protestas, convocadas justo antes del puente de la Constitución, en las que los sindicatos confían en que la asistencia sea masiva.

«El traspaso de las infraestructuras apenas ocupa línea y media (en el acuerdo de PSOE y ERC) pero genera una incertidumbre absoluta», en palabras de Pedro Aller, vicesecretario general de UGT. «No hay ningún documento técnico», asegura, sobre un acuerdo que se ha planteado desde el terreno político y ahora se intentará encajar en el técnico. «Debería haber sido al revés».

Locomotoras nuevas

Para los sindicatos llueve sobre mojado, dado que llevan desde principios de octubre chocando contra Transportes y sobre todo con Raül Blanco. El plan del presidente de Renfe y ex secretario general de Industria de privatizar la filial de Mercancías fue lo que primero que enervó a las centrales, que no ven beneficio en traspasar un negocio en el que Renfe es líder. Más aún tras la reciente inversión de 122 millones de euros en locomotoras, que pasarían a manos privadas si finalmente se ejecuta la privatización.

En ambos casos, tanto en el traspaso de Mercancías como el de Rodalies en Cataluña, los sindicatos se oponen a que los trabajadores afectados queden fuera del paraguas de los convenios colectivos de Renfe y Adif. De ahí que ayer situaran como línea roja que no se traspase personal a una nueva compañía, en el marco de una operación que consideran política pero «prácticamente inviable a nivel técnico».

Los sindicatos consideran la cesión integral pactada con la Generalitat «prácticamente inviable»

Especialmente si no se modifica antes la ley del sector ferroviario, que incluye las líneas compartidas con trenes de mercancías o sobre las que circulen trenes entre comunidades autónomas –como es el caso de Rodalies– bajo el paraguas competencial exclusivo del Estado. «Supondría una modificación de la legislación vigente además de los problemas técnicos que pudiera generar», según Pepa Páez, secretaria general de ferroviarios de CCOO.

Rodalies, la marca comercial de Cercanías en Cataluña, cuenta con 10 líneas diferentes que operan en las cuatro provincias de la comunidad autónoma, además de siete líneas de media distancia y regional que conectan las provincias catalanas. Por el momento solo se traspasarán las vías de las líneas R1, R2 y R3 si finalmente prospera el acuerdo y Pedro Sánchez es investido en los próximos días. Algo que se realizaría mediante una empresa de gestión conjunta Estado - Generalitat denominada Rodalies Catalunya.

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