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La mina de litio de Montalegre ha destapado un caso de corrupción en Portugal

El tesoro ‘gallego’ de «oro blanco» que ha acabado con el presidente de Portugal

La concesión de una mina de litio por 50 años, sin prospección previa, levantó las sospechas de la Fiscalía

Montalegre es un municipio portugués a 9 kilómetros de la frontera con Orense y a 20 de Verín. Aquí se encuentra una mina de litio que ha conmocionado Portugal en los últimos días. Las pesquisas de la Fiscalía han obligado a que el primer ministro, el socialista António Costa, dimitiera después de que la Policía registrara su residencia oficial.

Todo parte de una investigación por un caso de corrupción y tráfico de influencias que afecta al sector del hidrógeno y el litio en la localidad de Montalegre. El litio es apodado por los expertos como «oro blanco», por su creciente papel en la producción de baterías para industria tecnológica y los vehículos eléctricos, entre otros usos.

El epicentro del caso de corrupción es la concesión a la empresa Lusorecursos –filial de la australiana Dakota– de la explotación de la mina de litio en Montalegre, en un proceso en el que, según los investigadores, se habría visto favorecida por Costa. Además de esta mina, la concesión incluía la construcción de una refinería en Mina do Romano, a 80 kilómetros al sur de Montalegre y de otra mina a cielo abierto en Covas do Barroso, a 37 kilómetros al sur de la primera, cuya explotación estaba en manos de la británica Savannah Resources y que, según la prensa lusa, no formaría parte de la investigación.

En 2019 se llevaron a cabo los procesos de adjudicación de explotación de la mina por un periodo de 50 años

Las alarmas saltaron en la Fiscalía en 2019. Fue entonces cuando se llevaron a cabo los procesos de adjudicación de explotación de la mina por un periodo de 50 años sin prospección previa, además había un informe negativo de la ONU y varios procedimientos judiciales abiertos por denuncias de organizaciones medioambientales.

Un mineral esencial

El auge de los vehículos eléctricos y teléfonos móviles, han convertido el litio, esencial para su desarrollo en un material estratégico para el avance tecnológico que garantice el proceso de descarbonización para la economía y el cumplimiento de los objetivos en la lucha contra el cambio climático. Esta circunstancia ha convertido a España y a Portugal en países estratégicos para que Europa logre la independencia en el suministro de esta materia prima.

Portugal planea explotar sus recursos mineros en alianza con España. De hecho, los de Montalegre y Boticas no son los únicos proyectos transfronterizos. Hay planes para explotar de forma conjunta con Galicia, Castilla y León y Extremadura. De hecho, el norte de Portugal y el sur de Galicia albergan el mayor yacimiento de litio en Europa, informa la Cámara Oficial Minera de Galicia.
En ese contexto, su explotación se hace ineludible, pese a los posibles impactos medioambientales y sociales que entrañan la extracción del mineral de donde se obtiene el litio.

Las minas de la región de Alto Barroso, en Portugal, aspiran a convertir al país vecino en el mayor productor de litio. Galicia también ha comenzado a explorar sus recursos en las provincias de Orense y Pontevedra, pero los proyectos lusos son mucho más ambiciosos.

Exigencia medioambiental

La Agencia Portuguesa de Medioambiente (APA) aprobó la puesta en marcha de estas minas y de un Complejo Minero anexo para procesar las extracciones con un «nivel alto de exigencia ambiental», según un comunicado de la agencia.

A la espera de que la Fiscalía aclare las acusaciones, la Policía ha detenido al jefe de gabinete de António Costa, Vítor Escária, al asesor del primer ministro, Lacerda Machado, y al alcalde de Sines, el también socialista Nuno Mascarenhas.

La mina de Barroso podría generar 1.200 millones de beneficios y 1.300 puestos de trabajo indirectos

Había muchas expectativas en la mina de Barroso que ahora quedan en aire. Según la Cámara de Mineros de Galicia, generará «1.200 millones de euros en exportaciones. Además de aportar una contribución de 437 millones al PIB luso». Respecto al empleo, asegura que «se crearán alrededor de 500 puestos de trabajo directos (300 durante la fase de construcción y 215 en la fase de operación)». Sin embargo, un informe de la Universidad de Minho prevé que «el efecto multiplicador» lleve a la creación de 1.300 puestos indirectos.

La inversión prevista de 650 millones de euros se iba a realizar entre 2025 y 2027, pero ahora todo queda supeditado a que la justicia dilucide qué trama había alrededor de esta mina de litio de la que, al parecer, se quisieron beneficiar varios políticos cuando no ha empezado a ser explotada.

La explotación de los yacimientos lusos, como de los gallegos, se ha encontrado con una fuerte oposición social en Galicia. Grupos ecologistas se han mostrado contrarios a las minas portuguesas y a las gallegas –concentradas en los concellos de Beariz, Cotobade, Avión y Forcarei– por los perjuicios medioambientales y sociales.