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El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá.

El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá.EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Análisis económico

Escrivá sigue de «interino» y la Seguridad Social sube su déficit hasta los 34.539 millones

Hay que trabajar y tener voluntad de bajar el gasto público con mejoras claras de la productividad

Me encantan lo cabreos de José Luis Escrivá, porque coge el teléfono y es capaz de meterle una bronca a los tertulianos de la Brújula de la Economía, para defender estudios que, como siempre, nadie sabe quiénes son los expertos o ni siquiera si los hay.

El ministro sigue de «interino» porque, a parte de saber que sabemos que se enfada mucho, también sabemos que a la hora de la verdad no hace nada por arreglar la situación.

Hemos visto, en un artículo anterior, que este ministro, el sólo y sin ayuda de nadie, ha conseguido endeudar en 71.000 millones de euros a la Seguridad Social desde que llegó al gobierno hace 5 años. Pero no suficiente con ello, ha tenido que mandar, año tras año, unas cantidades, por transferencias corriente, que ya suman la escalofriante cifra de 178.132 millones, que son 12 veces la deuda que vamos a «condonar» a Cataluña, pero además de necesitar 249.415 millones, fue generando déficits por valor de 70.150 millones.

Este ministro, desde que llegó con la aureola de ser un gran profesional, lo único que ha demostrado es que es un auténtico bluf

Y todo porque no le ha dado la gana remangarse y ponerse a estudiar en serio, no una reforma de las pensiones, que también, pero si a menos una reforma del Órgano en sí y de sus funciones.

Pero como digo, para hacer cosas hay que pensar y luego trabajar. Lo primero no se si lo ejercita, más de allá de cuando chilla y se enfada y de lo segundo, me parece que confunde como mucha gente, que no es lo mismo estar que trabajar.

Ir al trabajo van muchos millones de personas y muchos de ellos trabajan, entre otras cosas porque les gusta lo que hacen o son responsables con sus empresas, pero ir al ministerio, sentarse en un despacho y dar órdenes no significa trabajar.

Este ministro, desde que llegó con la aureola de ser un gran profesional, lo único que ha demostrado es que es un auténtico bluf, que no ha aportado nada a este país más allá de generar 71.000 millones de deuda, 178.000 millones de traspasos para cubrir incompetencias de gestión y otros 70.000 millones de déficit.

Hoy, y por si acaso me lee, le voy a hacer una propuesta de lo que tiene que hacer con este organismo y que no quiebre a la vuelta de unos años, en los que este gobierno pretende perpetuarse.

Le voy a hacer una propuesta de lo que tiene que hacer con este organismo y que no quiebre a la vuelta de unos años

Para ello vamos a ver en que se gasta el dinero la Seguridad Social.

La Seguridad Social se gastó en total 149.251 millones de euros en los 9 primeros meses del año, que son 13.431 millones más que en 2022, lo que supone una subida del 9,9%.

Si dividimos los gastos de este organismo entre sus gastos de actividad y sus gastos necesarios para el funcionamiento, nos encontramos que para funcionar este año han necesitado incrementar sus gastos en un 49,3 % y subirlos en 1.452 millones por transferencias de capital, que habría que revisar la necesidad de estas.

La Seguridad Social se gastó en total 149.251 millones de euros en los 9 primeros meses del año

Ha subido los gastos de personal en un 9,2 % y los gastos corrientes en un 8,4%, lo cual quiere decir que, en lugar de digitalizar trabajos y procesos, hemos metido más personal que es lo más fácil de hacer. Pensar cuesta, gastar es fácil, luego habría que mirar con lupa todo este incremento del gasto.

Está claro que estas partidas de funcionamiento son susceptibles de reducir a casi la mitad si se pusiera en marcha un plan de digitalización de este organismo.

Pero el gran problema es que la Seguridad Social se hace cargo de las pensiones contributivas, la incapacidad laboral, los nacimientos, tiene otros subsidios, tiene además las pensiones no contributivas, el Ingreso Mínimo Vital y otros temas varios.

Y todo esto le lleva a generar un déficit de 34.539 millones de euros, a cierre de septiembre, un 9,9%, que solo se solventa con dinero enviado desde Hacienda para poder pagar todo este festival de gasto.

Las pensiones contributivas son a lo que realmente se debería dedicar la Seguridad Social

Las pensiones contributivas son a lo que realmente se debería dedicar la Seguridad Social y bastante tiene con el incremento del 10,8% de las mismas y los 11.171 millones de más pagados por este concepto en 9 meses.

El resto, que suma 30.228 millones de euros en 9 meses, no deberían ser responsabilidad de este Organismo, nunca deberían de haber aceptado nuevas funciones como el Ingreso Mínimo Vital que debería de haber ido al Ministerio de Seguridad Social o al de Trabajo, lo mismo que el pago por incapacidad temporal, que no debería de estar aquí sino en el ministerio de Trabajo.

Lo mismo sucede con el tema de las pensiones no contributivas y el tema de nacimientos.

De aquí al 2030 se jubila uno de los porcentajes más importantes de los empleados públicos nunca visto

Con esto, que debería de haber sido hecho durante estos 5 años y controlando los gastos de funcionamiento, estaríamos hablando de un déficit de menos de 2.000 millones de euros, que quitarían un problema de encima a las pensiones.

El problema lo trasladaríamos a la Administración General del Estado, que necesita de una reforma evidente, de una reducción de al menos 8 ministerios y un análisis presupuestario base 0, viendo de verdad que se necesita en cada una de las áreas de actividad.

Pero la realidad es que, como hacemos las cosas como siempre, en lugar de adaptarnos a la actualidad, a la capacidad de computación en la nube, a la capacidad de digitalizar a mucho más bajo coste que hace años, a la utilización de robots de Inteligencia Artificial, que hagan funciones repetitivas, con un objetivo clarísimo, reducir el gasto de personal del 25% del total del gasto público a un 17% como el que tiene Alemania.

Este año 2023 vamos a estar muy cerca de los 670.000 millones de euros de gasto consolidado

Y tenemos una oportunidad por delante. De aquí al 2030 se jubila uno de los porcentajes más importantes de los empleados públicos nunca visto, es el momento, no se necesitan despidos, se necesita mejorar la productividad de la Administración Pública para no tener que gastarnos esta barbaridad de dinero en procesos obsoletos y del siglo XX.

Este año 2023 vamos a estar muy cerca de los 670.000 millones de euros de gasto consolidado, 637.000 millones en 2022, lo cual quiere decir que de gastos de personal vamos a pagar 167.500 millones. Si pudiésemos pasar del 25 % al 17 % de golpe nos ahorraríamos 53.000 millones de gasto.

Pongamos un plan en marcha para en 6 años llegar a esa productividad sustituyendo empleados públicos por procesos que mejoren nuestros sistemas de información.

Querer es poder, pero para ello hay que trabajar y sobre todo tener voluntad de bajar el gasto público con mejoras claras de la productividad.

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