Entrevista
La economía social, apuesta de futuro: «Fija población al territorio y contribuye a la vertebración social»
Castilla y León ha incrementado un 55 % el presupuesto destinado a esta partida y ultima la aprobación de un plan estratégico para su fomento, destaca Emma Fernández, Directora General de Economía Social y Autónomos
Una apuesta de futuro que ayuda a la vertebración social. La Junta de Castilla y León ha situado como prioridad el fomento de la economía social y ultima la aprobación del primer Plan Estratégico de Fomento de la Economía Social. En este sentido, ha incrementado el presupuesto destinado a esta partida en más de un 55 % y aboga por el impulso del cooperativismo como uno de sus pilares.
«Fomenta la participación de la comunidad, fija población al territorio y contribuye a la vertebración social y económica de nuestro país», destaca para El Debate Emma Fernández Rodríguez, Directora General de Economía Social y Autónomos, días antes de la entrega, el próximo 17 de noviembre, de los galardones a los ganadores de la XIV edición de los Premios al Cooperativismo y la Economía Social de Castilla y León. Unos premios que han recaído este año en la Sociedad Cooperativa General Agropecuaria; Panacea Cooperative Reseach; Comparte León S. L. y Florentino Mangas Blanco.
—¿En qué puntos pone el foco la Junta de Castilla y León para impulsar la Economía Social?
—La Consejería de Industria, Comercio y Empleo de la Junta de Castilla y León ha elaborado el primer Plan Estratégico de Fomento de la Economía Social 2023-2025 que será próximamente aprobado por el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León.
El Plan tiene tres objetivos estratégicos, desplegados en 26 medidas. Cada uno de esos objetivos serían los focos específicos de atención por parte de la Junta para el impulso de la economía social.
El primero es de carácter divulgativo, porque es necesario promover y dar a conocer al gran público las bondades de las fórmulas de la economía social.
El segundo sería de fomentar y favorecer la incorporación a la vida laboral de las personas con discapacidad y aquellas en situación o riesgo de exclusión social.
El emprendimiento colectivo tiene una indudable contribución a la generación de empleo estable y duradero
Y, finalmente, el tercero tiene que ver con la promoción del emprendimiento colectivo a través de las empresas de participación de la economía social, como son las cooperativas y las sociedades laborales, tanto por su indudable contribución a la generación de empleo estable y duradero, como porque son empresas muy arraigadas en el territorio y pueden contribuir enormemente a la retención de talento, a su atracción y a la innovación en el medio rural.
Junto a estos objetivos estratégicos, debemos destacar las principales novedades que presenta el Plan, como es el impulso de una Cátedra de Economía Social en Castilla y León, que ya fue creada en abril de este año.
También se incorporan nuevas líneas de ayudas al sector, como la línea de fomento del tránsito desde el mercado protegido al mercado ordinario de trabajo para personas con discapacidad y para personas en situación de exclusión o en riesgo de exclusión; o la línea de financiación parcial de las inversiones generadoras de empleo en empresas de inserción. Asimismo, me gustaría destacar el incentivo a actuaciones de difusión de la economía social por parte de su tejido asociativo.
Pero no hemos esperado a que el Plan viese la luz y ya hemos comenzado a trabajar este mismo año sobre aspectos específicos del mismo. De hecho, los desarrollos del Plan que se están llevando a cabo este año han supuesto un incremento del presupuesto destinado a la Economía Social de más de un 55% con respecto al del año anterior.
— ¿Qué margen hay para el cooperativismo en la economía actual?
—El cooperativismo es uno de los primeros y más antiguos pilares de la economía social. Basado en la colaboración igualitaria entre los socios, promueve la participación democrática y la distribución justa de beneficios, a la par que aumenta la eficiencia, reduce los costes y refuerza la competitividad.
Pero el principal rasgo del cooperativismo es que fomenta las sinergias y la economía de escala en el territorio en el que se asienta y opera. Por eso mismo, se encuentra fuertemente comprometido con dicho territorio. Además, su propia naturaleza y estructura hace que sus empresas no se deslocalicen, ni el empleo que generan ni la actividad económica que desarrollan, actuando como potentes motores económicos de su entorno.
El cooperativismo fomenta la participación de la comunidad, fija población al territorio y contribuye a la vertebración social y económica
De esta forma, el cooperativismo fomenta la participación de la comunidad, fija población al territorio y contribuye a la vertebración social y económica de nuestro país.
En Castilla y León el modelo cooperativo representa una importantísima herramienta para afrontar el reto demográfico de nuestros municipios rurales, muy especialmente en el sector agroalimentario, que ya aglutina cerca del 50% de las cooperativas registradas en Castilla y León.
Por otro lado, presenta grandes ventajas respecto a otros modelos de emprendimiento por su mayor resistencia en épocas de crisis, tal y como se puso en evidencia tras la crisis del 2008. Si el modelo del comercio tradicional se hubiera comportado entonces como el cooperativo, en España se podrían haber salvado más de un millón de empleos.
Igualmente, hay que resaltar el hecho de que las cooperativas son empresas con mucha menor mortalidad que la PYME tradicional. Casi el 50% de las empresas cooperativas siguen existiendo después de cinco años de trayectoria, siendo este dato muy superior al de las mercantiles tradicionales.
Muchos estudios económicos comparativos concluyen que los países que han mostrado una mayor robustez social y económica, con menor destrucción de empleo y caída de PIB en las crisis de 2008 y del Covid-19, han sido aquellos con una mayor presencia en su economía de fórmulas de economía social.
Así que, sí, debemos concluir que hay mucho margen para el cooperativismo en la economía actual. Especialmente en Castilla y León.
—¿Puede configurarse la economía social como una alternativa para frenar la despoblación de la «España vaciada»?
—Las empresas de la economía social constituyen con frecuencia el único tejido empresarial existente en amplias zonas del medio rural. Como ya he dicho, son empresas comprometidas con el desarrollo local, por lo que no se deslocalizan, configurándose como la principal fuente de creación de capacidades emprendedoras en zonas rurales. Esto incide directamente en el mantenimiento de empleo y de población en esas zonas.
La economía social es un aliado esencial para combatir los efectos de la «España vaciada»
Precisamente por este motivo, la economía social es un aliado esencial para combatir los efectos de la «España vaciada». En su informe sobre este asunto, la Confederación Empresarial Española de la Economía Social, reivindica la economía social como el principal actor empresarial en municipios de menos de 40.000 habitantes (con el 60.2% de las empresas y el 54,6% de las personas trabajadoras).
La distribución sectorial de las empresas de economía social muestra una mayor dispersión que el resto de las empresas, lo cual favorece también la diversificación de la economía rural. Al disponer, mediante la creación de empleo y emprendimiento colectivo, de población con edades intermedias, colabora en el mantenimiento y creación de servicios prioritarios como son los sociales y educativos, contribuyendo por ello a frenar la despoblación e incentivando la fijación de población en el medio rural.
La economía social se configura, por tanto, como una excelente alternativa para fijar población al territorio en Castilla y León. Incluso podríamos añadir que no es una alternativa, sino una realidad que debemos apoyar decididamente desde las administraciones públicas.
—Desde el punto de vista laboral, ¿puede ofrecer la Economía Social mejores oportunidades al trabajador?¿Abre la puerta a una mayor inclusión?
—Fomentar el empleo inclusivo y ofrecer mejores oportunidades al trabajador es, para las entidades de economía social, un mandato legal, que deriva además del principio de primacía de las personas sobre el capital.
La propia Organización Internacional del Trabajo adoptó en el verano del 2022 una resolución que destaca la contribución de la economía social y solidaria a la consecución del trabajo decente, la economía inclusiva y la mejora de los niveles de vida para todos.
Especialmente destacable es la labor que desempeñan las empresas del mercado protegido para la inserción laboral de personas con discapacidad y de personas en situación de exclusión social o riesgo de exclusión social. Estamos hablando de los centros especiales de empleo, en el primer caso, y de las empresas de inserción, en el segundo. Se trata de entidades que son en muchos casos, la única oportunidad laboral para determinados colectivos, especialmente los más vulnerables.
La Junta de Castilla y León apoya especialmente la generación de empleo en estos centros a través de diferentes líneas de ayuda. En los últimos 10 años el número de centros especiales de empleo se ha duplicado. Y todavía mayor ha sido el empleo generado por estos centros que actualmente dan empleo a más de 6.000 personas con discapacidad. Similar es la tendencia de crecimiento de las empresas de inserción, que actualmente emplean a más de 200 trabajadores en inserción.
De esta forma, vemos claramente como la economía social no solo ofrece mejores oportunidades al trabajador, sino que fomenta la inclusión como principio rector de sus políticas de empleo. Ofrece a las personas más vulnerables la posibilidad de realizarse mediante la actividad productiva, trabajando para realizarse y sentirse útil como persona.
—¿Qué papel juegan los autónomos?
—Los trabajadores autónomos desempeñan un papel crucial en la economía social al impulsar la innovación, generar empleo y contribuir al desarrollo económico local. Su flexibilidad y capacidad para adaptarse fomenta la diversidad y sostenibilidad del tejido empresarial.
Los autónomos desempeñan un papel crucial en la economía social
Solo pondré un ejemplo de cómo los trabajadores autónomos pueden participar en las fórmulas económicas y empresariales de la economía social, las sociedades laborales, que son una forma interesante de emprendimiento colectivo. En estas, los socios trabajadores participan activamente en la gestión y toma de decisiones, lo que puede fortalecer el sentido de pertenencia y la motivación en el equipo, lo que redunda en un ambiente laboral más colaborativo y estable.