La dejadez del amigo de Sánchez convierte oficinas de Correos en pocilgas
La compañía invierte en aviones o pantallas de televisión, pero descuida la limpieza de los lugares donde trabajan sus empleados
La empresa Limpiezas J. Córdoba se encarga desde febrero de este año del cuidado de las oficinas y centros de distribución de Correos, pero los empleados no parecen estar muy satisfechos. Desde Orense nos envían fotos como las que ven: sus lugares de trabajo se han convertido en auténticas pocilgas por la falta de cuidado de la empresa que preside Juan Manuel Serrano, ex jefe de gabinete y amigo de Pedro Sánchez.
«Limpiezas J. Córdoba ya tenía denuncias por impagos y retrasos en lugares como Córdoba, Alicante… Aun así, como Correos puso en el pliegue de contratación una cantidad insuficiente para realizar el servicio de limpieza en los centros, no se presentó nadie, y se lo dieron a esta empresa deudora sin constatar si cumplía con los requisitos de cualquier contratación pública. Se ha solicitado a Correos cuatro veces el contrato con la empresa de limpieza y no quiere entregarlo», explica Javier González Carballo, delegado en Orense del sindicato Confederación General de Trabajadores (CGT).
Las malas prácticas de la compañía no tardaron en repetirse: las empleadas no cobraron en junio, en julio sí lo hicieron por las elecciones, y en agosto volvieron a las andadas y las trabajadoras se pusieron en huelga: «Desde entonces están sin limpiar las oficinas de Correos», explica González.
Correos ha rescindido el contrato de la empresa en septiembre, pero ha vuelto a sacar una plica insuficiente: «Nadie quiere hacerse cargo del servicio de limpieza ni de las deudas de la anterior empresa con las trabajadoras. Esto ha derivado en que se pongan infinidad de denuncias en Sanidad e Inspección de Trabajo, pero ambos se hacen lo suecos. El viernes 10 tuvimos un paro de dos horas en Orense para llenar la Inspección de Trabajo de denuncias de compañeros de Correos para que se decrete la paralización de la actividad por riesgo higiénico-sanitario. Dan asco los baños y las dependencias en general», explica González.
Hay dinero para otras cosas: pantallas, vehículos eléctricos…
Mientras tanto, el sindicalista lamenta que se utiliza el dinero de Correos «en televisiones para las carterías que no hacen nada más que poner noticias de la empresa», «en vehículos eléctricos que no tienes dónde recargarlos, o en triciclos que son totalmente inútiles para el trabajo en zonas de reparto como las de Orense».
Deplora que su utilice el dinero de Correos «en gratificaciones para las jefaturas por cumplir con unas evaluaciones en desempeño en las que no es valorable la contratación de personal» y en «promocionar eventos y photocalls cuando una empresa como Correos, con su infraestructura, no necesita nada más que cumplir con sus plazos para que confíen de nuevo en ella quienes dejaron de hacerlo».
En cualquier caso, «lo más escandaloso» para él es que «una empresa privada (Correos Express) se aproveche de todos los trabajadores de Correos y de sus instalaciones para trabajar más barato, siendo dos empresas diferenciadas, con cuentas diferenciadas, y creando una competencia desleal a la sociedad estatal. Correos Express es un gran agujero negro económico para la sociedad encargada del Servicio Postal Universal (SPU). Correos y Telégrafos es un servicio público, y como tal, no tiene que ser rentable, pero los gestores actuales tampoco quieren que sea un servicio eficiente y bien considerado por la ciudadanía».
Gestión «malísima» de Serrano
Javier González califica la gestión de Serrano de «malísima», al igual que la de sus predecesores. «No ha existido un presidente de Correos que se haya preocupado del servicio y de la plantilla», afirma, aunque otros sindicalistas, como el de UGT Pepe Sayagüés, creen que la gestión de Feijóo fue positiva. «El que no ha comprado aviones, quería repartir con drones. Otros presentaron sellos con la catedral equivocada, le quitaron los puntos al logo y pagaron 200.000 euros para arreglarlo, se han hecho contratos de cientos de miles de euros por reestructuraciones de contratos que son vergonzosos… Podemos llenar un libro con cientos de hojas con los atracos que se han realizado a la sociedad estatal», señala González.
«Nos da la sensación de que algunas decisiones se toman después de una buena comilona y con algún chupito de más: ¿alguien puede entender que se amplíen las zonas de reparto mientras se paralizan las entregas por falta de personal, se ordene priorizar la entrega de paquetería a Correos Express, que trabaja en contra de la sociedad estatal, se vendan edificios de Correos para tapar agujeros de mala gestión…? Queremos un servicio público eficiente con personal suficiente y sin gestores que quieran hundirlo como viene ocurriendo desde hace veinte años, pero de modo más acelerado desde el año 2011», concluye González.