Cómo el BCE provocó una crisis que hoy está pagando toda la Eurozona
el BCE hizo lo mismo que la Reserva Federal de los Estados Unidos, que fue lo mismo que hace todos los años Argentina: imprimir billetes.
Cuando el Banco Central Europeo fue creado, el 1 de junio de 1998, para preparar la salida del euro al mercado, se le asignaron tres misiones fundamentales. A saber: defender al euro, ser el responsable de la política monetaria de la Eurozona y evitar que la inflación superase el dos por ciento.
Después de la crisis financiera de 2008 y de conseguir salvar al euro, con la actuación de Mario Draghi, además se le asignó la responsabilidad de supervisión bancaria. El objetivo era evitar que volviese a suceder lo que pasó entre 2008 y 2013, que fue la muerte de un porcentaje muy importante de instituciones financieras por la mala gestión desarrollada en las anteriores décadas.
Desde el 15 de octubre de 2013, que se crea este mecanismo, el BCE no ha parado de hacer pruebas de stress a toda la banca de la Eurozona, para garantizar que ante una nueva crisis la Banca pueda aguantar los envites financieros de los mercados.
Este año cuando varios bancos americanos temblaron y se produjo una sensación de crisis financiera, duró muy poco porque los bancos de la Eurozona ni pestañearon ante los problemas de los bancos americanos.
En general, podemos decir que hasta que llegó la crisis de la pandemia y desde el 2014 hubo mucha tranquilidad en el BCE y tiempo para añadir medidas de control y supervisión.
Llega la crisis económica de la pandemia, con un año terrible y el BCE reacciona positivamente para ayudar a los países de la Eurozona y pone en marcha un mecanismo de compra de deuda de los países afectados en la economía para evitar tensiones en los mercados financieros y que se intente especular con la crisis, la pandemia y los países más débiles.
Esta puesta en marcha supone, nada más y nada menos, que la Masa Monetaria en circulación M3, en un solo año se incrementase un 11,5 %, o lo que es lo mismo, que el BCE hizo lo mismo que la Reserva Federal de los Estados Unidos, que fue lo mismo que hace todos los años Argentina, imprimir billetes.
La masa monetaria M3, es la suma de la masa monetaria M1 y M2 y otra cosa. La M1 significa el dinero en efectivo que hay en circulación en el sistema monetario más los depósitos bancarios a la vista, el M2 es el M1 más los depósitos de ahorro y el M3 es el dinero en circulación más los depósitos a la vista, más los depósitos de ahorro, más los depósitos a plazo.
Así tenemos que en diciembre de 2019 había en circulación en el mundo 12,985 billones de euros, un año después, en diciembre de 2020 la cifra era de 14,479 billones, lo que implicó imprimir la nada respetable cifra de 1,493 billones de euros para recibir unos papelitos que ponía deuda de cada país y que estos países utilizaron mejor o peor ese dinero, para intentar salir de la crisis.
Ya vimos que España lo hizo francamente mal, se convirtió en el peor país de la Unión Europea con una caída del PIB el 11,3 % y con una deuda emitida de 113.000 millones a tipo de interés 0% y comprada por el BCE, pero no supimos utilizarla correctamente para evitar el desastre económico en el que sumergió un gobierno sin ideas, paralizado por su propia locura ante la pandemia que explotó en las narices de los españoles encabezando la manifestación del 8 de marzo.
Pero el BCE, que tenía que haber empezado a recoger velas durante 2021, siguió comprando deuda e imprimiendo euros durante todo ese año.
Y aquí conviene hacer un paréntesis sobre el BCE. La reactivación económica no es una de las funciones del BCE y traspasó un umbral que no le correspondía. El BCE no tiene asignado ningún papel en el que deba intervenir para hacer crecer la economía de los países de la eurozona y, por lo tanto, se metió en un charco que no le correspondía.
Y así imprime otros 1,030 billones que saca al mercado y que hace que termine el año 2021 con 15,510 billones de euros en circulación y nos encontramos que en solo dos años hemos impreso y dado a los estados para que se lo gastasen 2,524 billones a cambio de papelitos de que cada estado pagará al vencimiento dicho importe y mientras tanto, todos gastando como si no hubiese un mañana, porque además es barato.
Pero no satisfecho con toda esa política, en lugar de enderezarla y al notar los primeros síntomas de la inflación, parar de comprar deuda de los países, insiste y sostiene prácticamente durante todo el 2022 esta misma política, eso sí, frenando a partir de septiembre del 2022, que es cuando se llega a la máxima cifra de euros en circulación con 16,214 billones y un incremento total de 3,228 billones de euros de más en circulación con respecto a diciembre del 2019, lo que supuso subir la masa monetaria M3 en un 25 %.
A partir de septiembre hay que parar la inflación y la primera medida que se toma es subir los tipos de interés, pero hay que reducir esa masa de dinero. Desde septiembre de 2022 a septiembre de 2023 se bajan solamente 197.204 millones, que ha sido retirados del mercado.
La inflación general en octubre en la Eurozona ha mejorado hasta llegar al 2,9 % y se ha colocado muy bien para entrar en zona de confortabilidad, salvo que la inflación subyacente todavía campa por sus respetos y, por lo tanto, el trabajo no se ha terminado.
Esta es la historia de como un Banco Central para ayudar en lo que no era su misión principal, olvidó su rol y provocó una crisis que hoy está pagando toda la Eurozona que ha decrecido en su PIB en el tercer trimestre de este año un 0, 1%, por todas las duras medidas de tener que poner los tipos de interés en un 4,5 %.
El refranero español es muy listo y cuando dice que zapatero a tus zapatos, si tu obligación es controlar la masa monetaria, la inflación, la defensa del euro y la supervisión bancaria, puedes ayudar en un año como el de la pandemia, pero mantener políticas expansivas de imprimir billetes de euro, sabemos lo que produce y, sino que se lo pregunten a Massa, ministro de economía y finanzas, que ha llevado a Argentina al 140% de inflación imprimiendo pesos cada vez que tenía que pagar algo.