Calviño, la inversión y el paro
Hay una manera que le sugiero a las dos vicepresidentes del Gobierno, Nadia y Yoli, para resolver el problema del paro, se dejan de publicar estadísticas y ya no hay paro
Leo, con estupor, el resumen de las declaraciones hechas por la ministra de Economía en el XXVIII encuentro de economía en S´Ágaró, que ha publicado El Economista.es, a dónde envió un vídeo con unas declaraciones que no tienen desperdicio alguno.
Y cito textualmente: «Uno de los principales objetivos de la legislatura es conseguir el pleno empleo, y todas las inversiones y reformas que ha puesto en marcha el gobierno en los últimos años deben de permitir alcanzar esta meta».
Pero antes de hablar de inversiones, quiero mencionar el informe que acaba de publicar BBVA Research y FEDEA en el que en la página 19 del informe, muestra la evolución del paro registrado y el paro efectivo, desde que se inició la reforma laboral.
El informe es demoledor, porque define como paro efectivo, el paro registrado más los demandantes de empleo con relación laboral e indican que la diferencia entre lo que dice el gobierno y la realidad es que hay 638.000 parados más y que el paro llego a 3,387 millones en el mes de septiembre.
Hay una manera que le sugiero a las dos vicepresidentes del Gobierno, Nadia y Yoli, para resolver el problema del paro, se dejan de publicar estadísticas y ya no hay paro. Esto es lo mismo que la que decía que la culpa del paro la tienen los empresarios, se cierran las empresas y resulto el problema.
Pero volvamos a las inversiones, que es algo muy fácil de medir si tenemos los datos y, como de momento, los datos los sigue publicando el Ministerio de Hacienda los tenemos y podemos ver la cantidad que se ha invertido en los últimos años desde que está Nadia, que parece que puede que no salga el BEI, y por ello ha decidido, de momento sentar sus posaderas en la silla de su ministerio.
En los últimos 6 años el presupuesto de inversiones ha sido de 54.709 millones, que eso supone 9.000 millones de euros al año, lo que implica que prácticamente nunca hemos llegado a invertir desde la Administración Central del Estado ni siquiera el 1 %.
O visto desde el ángulo del gasto, lo que eso quiere decir es que siempre hemos dedicado al gasto el 99 % de presupuesto.
Todos sabemos que lo que crea valor en una sociedad no es el gasto corriente sino las inversiones: las carreteras, las autopistas, los aeropuertos, los puertos, las líneas de Alta Velocidad o los equipamientos para Sanidad o para Educación.
Hemos invertido una miseria de nuestro presupuesto en término reales, pero encima siempre corriendo y al final, es decir, casi siempre mal.
A cierre del tercer trimestre, el mejor de los años llevábamos el 39,7 % invertido, este año solo hemos llegado al 30,0 %, que es el peor de los años de este gobierno.
Sólo un año, en 2020 y debió de ser por la pandemia, llegamos a un 96,4 % de ejecución de presupuesto. El resto de los años hemos sido incapaces de cumplir con los objetivos y nos hemos quedado en el 90 %.
Desde enero de 2019 hasta el 30 de septiembre de 2023, el Estado ha invertido, en términos económicos, 40.381 millones, que es de pitorreo si pensamos que los Estados Unidos han puesto en marcha obras públicas que están sosteniendo la economía americana por valor de 3 billones de dólares y claro allí el desempleo está en 3,8 % en total y el paro juvenil en un 8,4 %.
Estos 3 billones si se gastan en 3 años supondrá una inversión púbica rondando el 5 % del PIB. España está por debajo del 1 %.
Con esto, no estoy diciendo que estoy a favor del modelo keynesiano del gasto público, pero que un gobierno le dedique menos del 1 % a obras de infraestructuras, demuestra la falta de orientación a la generación de riqueza.
Por lo tanto, si Nadia y Yoli de verdad quieren llevar a España al pleno empleo, ya se pueden poner las pilas y hacer justo lo contrario de lo que hacen.
Si quieren que los empresarios inviertan, que bajen el despido, que favorezcan la contratación de nuevos empleados fijos, que hagan planes que incentiven la contratación de menores de 25, pero también de mayores de 50. Que reduzcan las cotizaciones sociales, que favorezcan la inversión privada y que saquen una ley anti-ocupas y que favorezcan con suelo público la construcción de viviendas.
No es tan difícil, pero como estas ideas van en contra de su pensamiento, prefieren hacer imposible el despido y por lo tanto nadie querrá contratar, facilitan la «okupación», con lo cual nadie quiere invertir en el sector inmobiliario, pretender bajar las horas oficiales de trabajo, cerrarán muchas pymes que están en la frontera de la rentabilidad.
Y como todo es al contrario de lo que hacen los estados que tienen alto volumen de empleo, nosotros seguiremos con altas tasas de desempleo, no con la oficial del 11,8 %, sino con la tasa efectiva de paro del 13,4 %.