El Gobierno reconoce riesgo de apagones si se cierran los ciclos combinados
El parque actual de generación de ciclo combinado no puede recuperar sus costes fijos, por lo que gran parte de este parque acabaría siendo retirado de la operación y funcionamiento
El Ministerio para la Transición Ecológica ha enviado a la Comisión Europea un Plan de Implementación en el que reconoce abiertamente el riesgo de apagones ante la falta de rentabilidad de los ciclos combinados –que acabarán siendo retirados del funcionamiento–, de interconexiones y de almacenamiento.
El Ministerio ha iniciado los trámites para la puesta en marcha de un mecanismo de pagos por capacidad en el sistema eléctrico que implicará una serie de ayudas a las centrales de ciclo combinado para que sigan operativas pese a la fuerte caída de ingresos que ya les está provocando la mayor presencia de energías renovables.
Como se señala en el documento, España cuenta en la actualidad con algo más de 121 gigavatios (GW) de potencia instalada a nivel nacional. Se distribuye entre diferentes tecnologías, pero la producción renovable juega un papel cada vez más predominante (actualmente, el 23,2 % de esta generación corresponde a tecnología eólica, en torno al 11,3 % a hidráulica convencional y bombeo y más del 14,4 % a tecnología fotovoltaica).
Este parque de generación se enfrenta a un proceso de transformación sin precedentes guiado por las directrices establecidas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que está actualmente en revisión. El objetivo es alcanzar el 81 % de energías renovables en la generación eléctrica en 2030, algo que irá acompañado del desmantelamiento gradual y programado de determinadas tecnologías de producción eléctrica.
La mayor disponibilidad de recursos renovables permitirá desplazar de los procesos marginales de casación a las tecnologías emisoras con mayores costes de explotación, lo que en última instancia redunda en una reducción de los precios de la electricidad. No obstante, las tecnologías de respaldo seguirán desempeñando un papel crucial en el proceso de descarbonización de la economía. De hecho, dichas centrales serán esenciales para contrarrestar el carácter intermitente inherente a algunas de las tecnologías renovables más predominantes (eólica y fotovoltaica).
Por ejemplo, el proceso de planificación prevé el mantenimiento de los aproximadamente 27 GW de centrales de ciclo combinado actualmente en funcionamiento para 2030. Esta tecnología, junto con otras (principalmente el despliegue del almacenamiento en su sentido más amplio), es necesaria para garantizar un adecuado nivel de seguridad de suministro, dado el carácter gestionable de estas instalaciones. Aportan robustez y flexibilidad al sistema eléctrico en su conjunto.
Muchas de estas instalaciones tienen en la actualidad un factor de carga (capacidad de producción de energía) reducido, lo que las sitúa en una posición comprometida desde el punto de vista de su viabilidad económica. Sin embargo, teniendo en cuenta el mencionado proceso de integración renovable, es previsible que la situación de estas instalaciones empeore: solo entrarán en funcionamiento en determinadas épocas del año, cuando no haya disponibilidad de recursos renovables.
España presenta además una serie de características endógenas, entre las que destaca un bajo nivel de interconexiones con el continente europeo, lo que limita la capacidad de aprovechar las ventajas de firmeza que puede proporcionar la generación situada más allá de la frontera.
En este contexto, es posible afirmar que existe una preocupación de suficiencia que se pone de manifiesto no solo mediante el análisis cualitativo anterior, sino también en el estudio de suficiencia de recursos nacionales elaborado por ENTSO-E (la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad).
Este análisis permite concluir que la disponibilidad real de recursos de generación es insuficiente para cubrir las necesidades de suministro eléctrico en España en condiciones óptimas. El parque actual de generación de ciclo combinado no puede recuperar sus costes fijos, por lo que gran parte de este parque acabaría siendo retirado de la operación y funcionamiento, algo que inevitablemente conduciría a un problema de suficiencia.
Por este motivo, según se refleja en el informe, mientras permanezcan latentes determinadas características estructurales del sistema eléctrico, resulta imprescindible articular instrumentos regulatorios que salvaguarden la disponibilidad de los ciclos combinados.
Para ello se han iniciado los trámites para la puesta en marcha de un mecanismo de pagos por capacidad en el sistema eléctrico peninsular español. Supondrá una serie de ayudas a las centrales de ciclo combinado para que sigan operativas pese a la fuerte caída de ingresos que ya les está provocando la mayor presencia de energías renovables.
La Unión Europea ha abierto un proceso de consulta pública sobre este Mercado de Capacidad que permanecerá abierto a comentarios hasta el próximo 22 de diciembre.