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Eduardo de Rivas
Eduardo de Rivas

El precio que podría pagar España a cambio del apoyo de Francia a Calviño

En Bruselas nada se consigue gratis, todas las negociaciones son un intercambio de cromos en el que unos ceden aquí y otros allá

Madrid Actualizada 04:30

Ilustración Nadia Calviño Emmanuel Macron

El Debate / EFE

Era un secreto a voces en las últimas fechas y este viernes se terminó de confirmar: Nadia Calviño será la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones después de lograr el apoyo mayoritario de los países de la Unión Europea. No era una tarea fácil, motivo por el cual Sánchez se la encomendó a una pieza clave de su Gobierno como es Calviño. Y la gallega ha salido victoriosa, aunque ahora falta por ver el precio que va a pagar España a cambio del nuevo puesto de la vicepresidenta.

En Bruselas ya conocían de sobra la cara de Calviño, una baza que quería jugar la delegación española a la hora de las negociaciones. Bien valorada durante su estancia en las instituciones europeas, algunos veían con buenos ojos su vuelta al redil. Pero para conseguirlo tenía que vencer a un hueso duro de roer como la vicepresidenta de la Comisión Europea Margrethe Vestager. Y sin poder contar con el apoyo de Italia, que contaba con su propio candidato.

Entraba en juego entonces el papel imprescindible de Francia y Alemania. Para conseguir la presidencia del BEI hay que contar con la aprobación de un porcentaje bastante alto del PIB europeo, por lo que es tarea casi imposible sin París, Roma o Berlín.

Mientras Vestager se tomaba una excedencia en Bruselas para hacer campaña, Calviño continuaba con sus labores en el Gobierno español, intentando ganarse principalmente el apoyo de Macron. En el Elíseo habían dejado claro que secundarían solo la candidatura de alguien que fomentara el uso de la energía nuclear, algo que choca de frente con el trabajo de Calviño y siembra la duda sobre qué le ha ofrecido Moncloa a Macron a cambio.

En Bruselas nada se consigue gratis, todas las negociaciones son un intercambio de cromos en el que unos ceden aquí y otros allá, por lo que hay que dar por hecho que el apoyo de Francia a Calviño no le va a salir gratis a España.

El Gobierno tendrá que prescindir de algunas batallas y todo apunta que la primera que se dejará de luchar será la sede de la nueva Autoridad Europea contra el Blanqueo de Capitales. Madrid está en la pugna, pero también otras como París, Frankfurt, Roma, Bruselas, Viena, Riga, Vilna o Dublín. No es descabellado que Macron haya apoyado a Calviño a cambio de que Sánchez deje de lado a Almeida, pese a que se podía haber utilizado la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea para afianzar la candidatura.

Otro factor a tener en cuenta el Mundial de 2030 que se disputará en España, Portugal y Marruecos. En un horizonte cercano hay que adjudicar la sede de la final y en esa contienda ha entrado Macron apostando por Casablanca, como ya se ha publicado en este periódico. Francia se vería beneficiada por una final en Marruecos por la influencia que tiene en África, por lo que tampoco hay que descartar que ese escenario se haya producido. Sánchez ha podido renunciar a la final a cambio del apoyo galo a Calviño, dando por hecho, además, que dentro de siete años no será él quien esté de presidente.

Pero estas no serían las únicas cesiones. Moncloa ya dejó de lado el pasado verano a Margarita Delgado en su lucha por la presidencia del Consejo de Supervisión del BCE. Aunque era la favorita del Parlamento Europeo, perdió peso cuando se anunció la candidatura de Calviño al BEI. Como era casi imposible que un mismo país dirigiera dos instituciones económicas, Sánchez apostó por Calviño. El objetivo principal del Gobierno era colocar a la vicepresidenta y se consiguió. Habrá que ver aún a qué precio.

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