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Ricardo Fernández (Destinia), en la redacción de El DebatePaula Argüelles

Entrevista

Ricardo Fernández (Destinia): «La guerra en Gaza está redirigiendo turistas a España, sobre todo a Canarias»

Asegura que 2023 será un año «histórico» para el turismo y avisa de que si no se diversifica la oferta volverán los mensajes en contra del sector

Ricardo Fernández es, desde 2019, el director general de Destinia. La agencia de viajes on line, nacida como start-up en Madrid en 2001, facturó el año pasado 190 millones de euros. Prevé alcanzar este año los 230, tras volver a cumplir su objetivo de crecer anualmente por encima de los dos dígitos.

En conversación con El Debate, Fernández constata el buen momento del turismo en nuestro país, que apunta a batir en 2023 el récord histórico de 2019. También resalta que la empresa, que ya tiene a 250 empleados en nómina, ha optado en los últimos años, en especial a raíz de la pandemia, por abrirse a nuevos mercados, cogiendo carrerilla en Portugal, Francia, Alemania y Reino Unido.

–¿En qué cifras cerrará el año Destinia?

–El año pasado cerramos con una facturación de 190 millones de euros, nuestro récord histórico. Este año nuestro objetivo era alcanzar 220 millones y, salvo hecatombe, superaremos los 230. Hemos cumplido nuestro objetivo de seguir creciendo a dos dígitos. En cuanto a mercados, antes de la pandemia España era el 60 %. Este año cerrará en un 35 %. Nuestro segundo mercado son Portugal y Francia, con un 7 % cada uno. Luego Alemania y Reino Unido, con un 6 %, y Estados Unidos, con un 5 %. Vendemos en un total de 95 países.

–A raíz del Covid, por tanto, la apuesta fue la internacionalización

–No nos quedó más remedio. En el momento en el que no se podía cruzar fronteras lo que intentamos fue buscar mercados que tuvieran mucho turismo interno. Estados Unidos fue el que mejor aguantó. Eso nos obligó a ir allí. Era estratégico para nosotros tener menos dependencia de España, seguir creciendo aquí, pero depender menos.

Ricardo Fernández, durante la entrevistaPaula Argüelles

–2023 apunta a ser un año histórico para el turismo español

–Va a ser un año récord, histórico. Con los datos del INE a 30 de septiembre estamos solamente un 0,6 % por debajo de 2019, que fue el anterior mejor año de la historia. Por desgracia va a ser mejor, y digo por desgracia porque se está viendo mucho redireccionamiento de turista internacional que iba a ir al norte de África y que por el conflicto entre Israel y la Franja de Gaza se está redirigiendo, en muchos casos a las Islas Canarias.

2023 va a ser un año récord, histórico

–¿Se está notando, por tanto, sobre todo en Canarias?

–En Canarias se está notando. Se están incrementando los precios y las ocupaciones. Va a ser un año récord. Cada cuatro o cinco años Canarias se beneficia, por desgracia, de conflictos que acaban ocurriendo. España no deja de ser un destino con una infraestructura y una seguridad muy por encima de la media. Al final estas cosas siempre le favorecen.

–¿En qué ha cambiado el sector turístico a raíz de la pandemia?

–Ha cambiado el comportamiento del cliente. Es cierto que lo hizo mucho más al principio de lo que finalmente lo está haciendo ahora. Ha habido una preponderancia de las tarifas 100 % reembolsables, de reservas con menos período de antelación, de último minuto. Aunque todo esto está volviendo a ser más parecido a lo que teníamos en 2019. Sobre todo han cambiado las empresas. Muchas se han endeudado mucho durante la pandemia y ahora están sufriendo más, porque el sector lo pasó tremendamente mal. Ahora se están concentrando hoteles, e intermediarios, pero no ha habido un cambio radical a nivel de producto. Lo que había entonces es lo que se sigue vendiendo. Quizá ahora es más relevante el vuelo más hotel.

El comportamiento del cliente ha cambiado a raíz de la pandemia

–En 2019 había críticas al exceso de turismo, en Barcelona o en Baleares. ¿Volverán las pintadas de «Tourist go home»?

–Con la pandemia se han diversificado en parte los destinos. El 80 % de los viajeros no viajan a los mismos sitios, como antes. Se está empezando a viajar más a segundas, terceras ciudades, más destinos culturales o gastronómicos. Hace que haya más empresas locales y genera efecto llamada para más viajeros. Queremos firmemente un turismo sostenible. No quiere decir que la gente deje de viajar, sino que a lo mejor no pueden venir los mismos 85 millones de personas a España a los mismos 20 destinos. Tenemos que tener más destinos. Si no pasa eso, seguro que volverán las ideas del turismo, porque al final hay destinos como Baleares, como Barcelona o Málaga, que tienen una presión muy grande sobre la gente que vive allí en determinados momentos del año. Si no somos capaces de tomar esta oportunidad para diversificar nuestra oferta pues la gente volverá seguramente a quejarse.

¿Siguen siendo una amenaza para España destinos del Este de Europa?

–Croacia o Albania son destinos muy potentes. Turquía, Túnez o Marruecos ahora están sufriendo más por el contexto geopolítico, Pero la realidad es que España tiene un destino fabuloso, tiene unas infraestructuras, una seguridad, una sanidad, una planta a los que hemos invertido mucho durante la pandemia, que es espectacular. Y eso se está notando en que España está subiendo el precio medio. El año pasado tuvimos crecimientos en el precio medio por persona y noche por encima del 22 o 23 %. Y eso es precisamente porque el hotelero español ha hecho y el destino lo ha hecho muy bien. Madrid, por ejemplo, está en niveles récord y no han dejado de llegar hoteles de cinco estrellas. Gran Vía ahora mismo es uno de los reclamos turísticos por excelencia de España y España lo está haciendo muy bien, pero sigue habiendo competencia. Croacia y Alemania, sobre todo Albania, este año han sido destinos que han funcionado muy bien y todavía el problema con ellos suele ser la conectividad, que no es suficiente como para que realmente puedan competir de tú a tú con destinos más tradicionales como España.

La Gran Vía es ahora mismo uno de los reclamos turísticos por excelencia de España

¿Qué busca el turista extranjero en España?

–La calidad de la actividad es brutal, la conectividad es fantástica, las infraestructuras, la sanidad, la seguridad y aparte de eso, digamos que es el mínimo, digamos, para ya considerar un destino. La oferta gastronómica cada vez es mejor, como la oferta cultural o la oferta de ocio, por ejemplo. Madrid es una ciudad que tiene muchísima oferta cultural y gastronómica, tiene una oferta de ocio que es comparable a cualquier de las grandes ciudades europeas. Y eso, todo junto, hace que cada vez España sea más relevante como destino para más personas.

¿Y qué le falta?

–Nos falta conectividad con el continente asiático. Si se compara España con Italia, la conectividad que tenemos de las grandes ciudades españolas con Asia es ínfima comparada con la que tiene Milán o Roma y eso hace que tenga un flujo de coreanos, de japoneses, de chinos que España no tiene y que le va a costar poco a poco ir consiguiendo.

La conectividad de las grandes ciudades españolas con Asia es ínfima si se compara con la de Milán o Roma

Este año se suceden las quejas por los viajes del Imserso. ¿Podrán participar en el futuro las agencias digitales?

–Los clientes que empezaron digitales con nosotros son clientes que ya tienen más de 55 años. Ya podrían ser, en cierta manera turismo senior. Y es gente que en muchos casos tiene mayor poder adquisitivo, ha perdido menos renta durante la pandemia y tiene muchas ganas de viajar. Es una oportunidad brutal que no todo el mundo está sabiendo atacar. El Imserso es un programa extraordinario que no existe en el resto de Europa y que permite viajar en unas condiciones fantásticas. Pero tenemos que tener un encaje entre entre la planta alojativa y los destinos y las empresas que lo comercializan. Hace 20 años, por ejemplo, para los hoteleros en Benidorm el Imserso era la única manera de que pudieran estar abiertos toda la temporada. Ahora mismo Benidorm está en precios medios por noche y personal récord. No necesita en muchos casos del Imserso. Lo que tenemos que hacer es encontrar ese, digamos, ese encaje, ese pacto que haga que todos los eslabones ganen.

¿Podría haber nacido Destinia hoy?

–Podría, pero sería muy difícil, si no imposible, hacer lo que hace. Empezamos con 3.000 euros y cerraremos este año con 230 millones sin haber tenido detrás jamás fondos, inversión extranjera o apalancamiento, en un contexto en el que había una oportunidad muy buena para emprender. Es muy complicado atacar un un negocio como el nuestro, tan intensivo en marketing, desde cero, sin acudir a una ronda de financiación, sin depender de de fondos de venture capital. El contexto ahora es muy diferente y creo que eso hace que muchos proyectos nazcan ya muertos, dado que están más preocupados en crecer a toda costa que en la rentabilidad. Nosotros siempre hemos sido rentables, salvo en la pandemia.