El asalto de la SEPI a Telefónica, una tomadura de pelo en tres actos
La puesta en escena –primer acto– tuvo lugar en la copa de Navidad en Moncloa por la mañana. Había muchos temas políticos pero los periodistas económicos, que alguno siempre cae en la copa, preguntaron por varias cosas: la movida de Ferrovial, el impuesto a los bancos y, por supuesto Telefónica. La respuesta de quien podía darla fue el inicio de la farsa: «Estamos preparando algo para antes de fin de año». Y tanto. Como que el Gobierno ya había aprobado en el Consejo de Ministros de esa misma mañana que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el brazo industrial del Estado, comprara un 10 % de Telefónica. Pero la consigna a los ministros fue tajante: ni una palabra hasta que lo suelte Economía. Y allí no abrió nadie el pico. Ni Pilar Alegría en la rueda de prensa posterior. Que para eso es portavoz de nada. Solo «emplazaba» al Partido Popular para que eligiera fecha para la reunión Sánchez-Feijóo. Lo dicho.
El segundo acto –quizá esperaban que las copas hubieran hecho efecto– tuvo lugar pasadas las seis de la tarde, cuando las redacciones empiezan a despoblarse y apenas queda tiempo para la reflexión y meter a toda pastilla la nota que recoge que el Estado se convertía de nuevo en el primer accionista de la operadora. Y un comentario más. La vice económica, Nadia Calviño, «quiere arreglar las cosas antes de marcharse a Europa». ¡Pues si que las está arreglando!
Y el tercer acto de esta tomadura de pelo se celebra a las diez de la noche cuando Telefónica –que lo había anunciado un poco antes– se siente en la obligación de comunicar urbi et orbi «que la Compañía manifiesta que continúa enfocada en la ejecución del Plan Estratégico 2023-2026 (…) para seguir creando valor para sus accionistas». Pues si José María Álvarez-Pallete piensa que va a llegar a 2026 es que está peor de lo que pensábamos.
Y vamos con las preguntas. ¿De dónde va a sacar el Gobierno los 2000 millones para comprar el 10 % de Telefónica? ¿Qué ha fracasado en la negociación con los árabes para que estos no renuncien al 9,9 %: 4,9 del capital con opción a otro 5 % a través de instrumentos financieros convertibles? ¿Va a dar luz verde para que los saudíes completen la toma de este 9,9 %?
Intervencionismo del Gobierno
Lo que se comentaba en los corrillos es que el Gobierno había intentado esa compra del 10 % repartiendo gastos a partes iguales entre BBVA, Caixabank, la SEPI y un cuarto que nunca existió. Pero la cosa no coló, a pesar de las reuniones monclovitas, y de que vendieron a quien podían la «necesaria españolidad de nuestras empresas». A buenas horas.
«Con los dos mil millones de la inversión del Gobierno –que saldrán de nuestros bolsillos, claro– se podría haber pagado el ERE de Telefónica de los mayores de cincuenta años». Me lo decía un ejecutivo de la Compañía metido estos días en las negociaciones con los sindicatos. Pero hoy había recaditos para todos los gustos. Un consejero: «Telefónica se ha disparado un 6 % en Wall Street tras el anuncio de la Sepi». Aunque eso tiene muchas lecturas, y la mayoría poco favorables a los actuales gestores.
Lo único que está claro, es que el intervencionismo del Gobierno en las empresas españolas se ha disparado en esta nueva legislatura. Y no parece que esta intrusión vaya a acabar después de los impuestazos que vienen y van cuando parece.
Y a todo esto, Isidro Fainé acaba de vender 20.000 acciones de Telefónica por casi 74.000 euros. Pues eso: por si acaso… ¡tomen nota!