El mensaje de Sánchez con Carlos Cuerpo y el gran reto del nuevo ministro de Economía
El presidente apuesta por un perfil técnico sin estridencias para un puesto clave a la hora de negociar tanto con Bruselas como de vender España a los inversores extranjeros
«Rigor técnico y guante de seda, como le gusta decir a Nadia». Carlos Cuerpo, el nuevo ministro de Economía, Comercio y Empresa, se afanó ayer en transmitir un mensaje de continuidad al frente de la cartera. Un mensaje que también va implícito en el currículum del propio Cuerpo, técnico economista del Estado desde 2008 y figura clave en negociaciones trascendentales del Ejecutivo en Bruselas.
Continuidad, repitió Cuerpo, tanto en su primer discurso, nada más tomar posesión, como en los corrillos con periodistas. Una palabra que caló en las grandes fuentes de información para inversores internacionales, como Bloomberg o Reuters, que incluso la llevó a su titular.
Y es que, en contraposición con las estridencias de los muchos socios de Pedro Sánchez, de Bildu a Sumar, que han enervado a no pocos sectores empresariales en las últimas semanas, el presidente ha apostado por un perfil técnico sin estridencias para un puesto clave a la hora de negociar con Bruselas y de vender España a los inversores extranjeros, gestionando una cartera que la propia Calviño ha definido como «el Rolls Royce de la Administración española».
Todo ello en un momento en el que la inversión extranjera atraviesa un fuerte recorte –del 23 % hasta septiembre, según los últimos datos de Comercio– y la imagen de nuestro país afronta serios problemas por los sucesivos varapalos en tribunales extranjeros por los impagos por las renovables, como resalta el economista José Ramón Riera. Unos impagos además que han motivado incluso el embargo de bienes estatales y amenazan, como ya contó este periódico, al mismo Falcon del presidente del Gobierno.
En su toma de posesión el nuevo ministro resaltó sus vínculos con la ministra saliente, de cuyo equipo ha formado parte fundamental, negociando, por ejemplo, las nuevas reglas fiscales en Bruselas. También acompañándola en los últimos roadshow en busca de inversores o incluso representando a España en reuniones como la del G20 en Brasil hace apenas dos semanas.
De extracción humilde –aprovechó su discurso para recordar a su abuelo, porteador de arena y pinche en una mina de wolframio en Extremadura–, perfil técnico y reconocidas habilidades negociadoras, Cuerpo carece de experiencia conocida fuera de la administración pública.
Su gran reto, además de acelerar la cuestionada ejecución de los fondos europeos, será gestionar la implantación de las nuevas reglas fiscales. Como número tres de Calviño él mismo ha participado en su negociación en Bruselas, y obligarán a nuestro país a reducir su déficit un 0,5 % anual –mientras permanezca por encima del 3 %– y un punto porcentual su deuda.
Cuerpo deberá gestionar la economía sin tener acceso a la barra libre que hasta ahora sí había tenido Calviño
En definitiva, Cuerpo deberá gestionar la economía sin tener acceso a la barra libre que hasta ahora sí había tenido Calviño, con las reglas fiscales suspendidas desde 2020 a raíz de la pandemia. «Vamos a continuar con la senda descendente de deuda y déficit y hacerlo de forma decidida continuando con este impulso transformador de la economía», aseguraba ayer el nuevo ministro, que reconocía que las nuevas reglas fiscales «nos van a marcar el camino en los próximos años».
Recorte competencial
El nuevo organigrama, sin embargo, destina a Cuerpo un papel en segundo plano en comparación con los poderes de Calviño, pese a que encabezará la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, donde se discuten las políticas económicas del Ejecutivo.
No solo porque no hereda su vicepresidencia, que recae en la ministra de Hacienda, María Jesús Montero -que se erige en gran contrapeso socialista a la líder de Sumar y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz- sino porque gestionará una cartera desdibujada en comparación con la que hasta ahora ostentaba Calviño. Y es que José Manuel Escrivá, ministro de Transformación Digital, competencia que hasta noviembre gestionaba también Calviño, se lleva la pedrea de Función Pública, desprendido de Hacienda para dejar así manos libres a Montero para negociar las grandes batallas ideológicas de la legislatura en el terreno económico.
«A mí compañero Carlos le deseo la misma complicidad de la que he tenido con Nadia», aseguraba ayer Montero, que mandaba a la ya ex ministra y ex vicepresidenta un pequeño recado ante su marcha al BEI. «A Calvino, toda la suerte, que nos va a venir bien con las adendas del plan de recuperación».