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José Manuel Cansino

India y España: diferentes reacciones comerciales que llegan a su bolsillo

Nuestro país sigue preso de un problema de autoestima individual derivado de la falta de autoestima colectiva

El día de Navidad el Gobierno indio informaba del despliegue de los buques de guerra INS Mormugao, INS Kochi e INS Kolkata en el Mar Arábigo para –afirmaba textualmente– «mantener una presencia disuasoria» en la zona junto con un avión de patrulla de largo alcance. La decisión militar de la India era la respuesta al ataque contra un barco mercante. Se trataba de un carguero de bandera liberiana, pero operado por una firma japonesa –con la mayoría de tripulantes de nacionalidad india– atacado cuando se encontraba a unas 200 millas de India. Un ataque que el Departamento de Defensa de EEUU atribuyó a Teherán. Era la segunda acción atribuida al gobierno iraní que suponía una irradiación del conflicto entre Israel y Hamás al comercio marítimo que transita desde Asia a Europa y Turquía por el Canal de Suez. Un comercio que representa el 10 % del total mundial.

Efectivamente, era la segunda acción atribuida a Irán tras los ataques perpetrados por las guerrillas hutíes contra barcos que cruzaban el Mar Rojo con destino a Israel. Como es sabido las milicias hutíes constituyen un grupo rebelde frente al gobierno de Yemen, fuertemente armadas gracias al apoyo iraní. Desde su posición geográfica actúan en el golfo de Adén que hacia el noroeste –dirección Canal de Suez–, está conectado con el mar Rojo a través del estrecho de Bab el-Mandeb.

La reacción de las navieras ha sido desviar el tráfico comercial entre Asia y Europa circunnavegando África por el cabo de Buena Esperanza. Esto, en la práctica, significa que para un viaje entre España y el sudeste asiático, el tiempo medio se amplía de una media de entre 35 y 40 días hasta los 60 días.

Para las navieras lo anterior supone una caída en la rotación de las mercancías transportadas por sus buques lo que se traslada al precio de transporte de los contenedores. Por ejemplo, Luis Parodi, consejero delegado de la empresa Global Green Europa, señala que antes de estos ataques del mes de diciembre pasado, el precio de un contenedor que transitaba desde España a China era de unos 650 euros. El precio subió hasta los 1.700 tras los ataques hutíes para luego bajar un poco hasta los 1.400 euros, aproximadamente.

España tiene una pequeña participación militar en la zona para disuadir las acciones de piratería. Unas acciones que impactaron directamente en los intereses españoles como ocurrió con el secuestro del barco Alakrana obra de piratas somalíes. El secuestro se produjo el 3 de octubre de 2009 a 413 millas de las costas del sur de Somalia. El Alakrana es un barco atunero congelador propiedad de la empresa Echebaster Fleet, con sede en el municipio vizcaíno de Bermeo. Deliberadamente no llevaba bandera española como ocurre con algunos barcos influidos por posiciones secesionistas una vez salen a alta mar. A pesar de ello en su auxilio acudió la fragata Canarias, que zarpó el 10 de agosto de Rota (Cádiz) para incorporarse a la Operación Atalanta junto con otras fuerzas europeas.

A diferencia de la India, en el mundo hispano en general y en España particularmente, adolecemos de un problema de autoestima individual que está directamente derivada de la falta de autoestima colectiva. Lo señala con acierto el investigador e hispanista Alberto Gil Ibáñez quien insiste en pugnar en la batalla del lenguaje y de las ideas. Una reivindicación aparentemente remota pero que, al final, se traduce en reacciones muy diferentes entre países ante la misma amenaza a los intereses comerciales.

En la misma línea que Gil Ibáñez escribía recientemente el sociólogo y periodista, Gustavo Morales citando a George Lakoff que el poder de nombrar tiene implicaciones morales y emocionales cuando se construye un discurso articulado con un lenguaje eficaz: «Si te limitas a argumentar en contra, pierdes tú, porque refuerzas su marco». Eso le ocurre a España; precisamente la nación que rompió con el descubrimiento del Nuevo Mundo la hegemonía comercial China imperante hasta el siglo XV. Sin España, el papel de Occidente en la Historia de la Humanidad hubiera sido marginal.

La realidad es la que muestran las diferentes reacciones ante los ataques en el Mar Rojo. España ha decidido no participar en la protección de sus intereses comerciales y la India sí. En India, el Índice Compuesto de Salida Nikkei India se situó en diciembre en 57,4 puntos. Este indicador es un promedio ponderado del Índice de Salida de Manufactura y del Índice de Actividad Empresarial de Servicios, y rastrea las tendencias empresariales en la actividad del sector privado. La agencia Trading Economics aclara que está basado en datos recolectados de un panel representativo de alrededor de 800 empresas. El índice rastrea variables como ventas, nuevos pedidos, empleo, inventarios y precios. Cuando se registra un valor superior a 50 indica expansión en la actividad empresarial, mientras que por debajo de 50 indica que generalmente está disminuyendo. India exhibe su expansión. España sigue presa de un problema de autoestima individual derivado de la falta de autoestima colectiva.

  • José Manuel Cansino es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, profesor de San Telmo Business School y académico de la Universidad Autónoma de Chile / @jmcansino