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Pedro Sánchez conversa con Ursula von der Leyen.EFE

España es el país que más tarda en ejecutar los fondos estructurales

A finales de septiembre de 2023, solo había desembolsado el 63 % de lo previsto, la tasa más baja de los estados miembros

España es el país que más lentamente invierte la inversión prevista de los fondos europeos en proyectos. A finales de septiembre del pasado año, había desembolsado 47.315 millones de los 75.096,2 previstos, la tasa de gasto más baja de todos los estados miembros.

Según el último informe de la Comisión Europea sobre el nivel de gasto, solo Portugal había invertido el 100 % en ese periodo, pero el caso español, con un 63 %, nos coloca a la cola por delante de Italia (70 % de ejecución), Dinamarca (73 %) y Eslovaquia (76 %). La media europea, por su parte, se sitúa en el 85 %.

Precisamente, hace unos días conocíamos a través de Cinco Días que el retraso en el despliegue de los fondos europeos supone una retribución de más del 3,5 % para Gobierno y CCAA. Los datos de la IGAE, de hecho, revelan que el Ejecutivo solo había satisfecho el 43,5 % de las obligaciones reconocidas sobre los créditos a 30 de noviembre.

Para el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, «todo va según lo previsto» en el sentido de que «no se trata tanto de que los fondos lleguen este trimestre, el siguiente o el anterior, sino que se trata de un plan a medio plazo».

En su último informe, el Banco de España ya advirtió hace unas semanas que las inversiones vinculadas a fondos europeos contemplan un importante retraso ya que «la evolución de las adjudicaciones ha mostrado un dinamismo menor de lo esperado». La institución que todavía dirige Hernández de Cos señalaba que el impacto de dichos fondos no se materializará hasta los años 2025 y 2026 frente a la senda proyectada en septiembre, que apuntaba a un efecto máximo en el PIB de 2024.

Nueva edición en 2026

A pesar de los retrasos, Pedro Sánchez no tuvo reparos durante el foro Spain Investors Day a la hora de anunciar su intención de «dar batalla» en Bruselas para que los fondos europeos tengan una segunda edición a partir de 2026 «para abordar la transformación digital y la transición ecológica».

«Es verdad, y lo he escuchado en muchas ocasiones, que todos queremos que se agilicen, que se aceleren. También es cierto que la Administración pública está haciendo un esfuerzo extraordinario con unos fondos que no existían hace un poco más de tres años», añadió entonces.