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Horno de una fábrica de cementos andaluza

Horno de una fábrica de cementos andaluzaEuropa Press

Economía UE

Los principales sindicatos europeos dan la voz de alarma por el colapso industrial comunitario

El precio de la energía ha provocado cierres masivos de fábricas y empresas desde el inicio de la guerra de Ucrania

Las principales organizaciones sindicales europeas han expresado su «profunda inquietud» ante el gran declive industrial en la Unión Europea, señalando que los precios altos continuados de la energía continúan afectando gravemente a un pilar esencial de la economía del bloque.

Los datos publicados por Eurostat este pasado lunes demuestran una caída del 0,2% en la producción industrial mensual de la UE en noviembre del año pasado, marcando el tercer descenso consecutivo. En cuanto a la producción industrial interanual, esta disminuyó un 5,8% en noviembre, después de una caída del 5,4% en octubre.

La Confederación Europea de Sindicatos destaca que estas cifras son indicativas de problemas a largo plazo en inversiones cruciales en edificios y equipos. Los malos datos también los achacan a la falta de inversión en infraestructuras clave.

En particular, la producción mensual de bienes, como edificios, maquinaria y equipos, experimentó una disminución del 0,8% en toda la UE en noviembre, tras caer un 0,7% en octubre. En comparación con el mismo mes de 2022, la producción de bienes también registró una reducción del 8,7% en noviembre.

Las consecuencias de la falta de inversión pueden ser dramáticas para la economía europea. Entre ellas, el cierre de fábricas y la pérdida de empleos en sectores clave, especialmente aquellos que consumen mucha energía como las industrias del aluminio, fertilizantes y productos químicos. A los problemas de los costes se les suman los problemas derivados por las limitaciones de producción para cumplir con los requisitos de las políticas verdes europeas.

IndustriALL Europe -representa a unos siete millones de trabajadores europeos- también expresó su preocupación, señalando que su organización lleva tiempo advirtiendo sobre el declive industrial y la amenaza de la desindustrialización en Europa. Señalan como escollo para la inversión y el desarrollo industrial, precisamente, las actuales políticas de la UE, aunque lo achacan a las reglas fiscales recientemente acordadas y no tanto a los objetivos climáticos.

Ambos sindicatos instaron a los responsables políticos europeos a introducir regulaciones fiscales más flexibles para fomentar la inversión y sugirieron que los futuros subsidios industriales estatales (nacionales y europeos) deberían vincularse a la creación de empleos de alta calidad. Lo que no indican es que estos empleos son los relacionados con la industria verde que son, por otro lado, los que mayores salarios obtienen dentro del sector industrial.

Consideran que el problema mayoritario es la desindustrialización, en particular en el sector energético. La pérdida de producción significa pérdida de empleos. Atribuyeron el declive industrial a la crisis energética desencadenada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 y a desafíos adicionales, como la falta de mano de obra cualificada, infraestructura insuficiente y políticas industriales con las que es complicado competir en China y Estados Unidos.

España se mantiene

Diez son los países de la zona euro que han terminado el mes de noviembre con valores positivos. El país que mayor crecimiento ha experimentado es Dinamarca con un 9,1 %, seguido de Eslovenia (3,7 %), Portugal (3,4 %), Estonia (2,7 %), Croacia (2,6 %), Malta (1,8 %), España (1,1 %), Irlanda (0,9%), Francia (0,5 %) y Luxemburgo (0,2 %).

En sentido contrario, los diez con mayores caídas en la producción son Grecia con -4,1 %, Eslovaquia (-4 %), Bélgica (-3.8 %), Bulgaria (-3,2 %), Hungría (-2,3 %), Italia (–1,5 %), República Checa (-1,4 %), Polonia (-0,9 %), Letonia (-0,8 %) y Lituania (-0,7 %).

Respecto al mismo período del año anterior, España se mantiene en la senda positiva con 1,1 %, pese a que sigue siendo líder europeo en paro en diciembre con 2.865.000 desempleados oficiales, a los que se podrían sumar los cerca de medio millón de fijos discontinuos.

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