La deuda de la Seguridad Social se ha disparado un 233 % desde la llegada de Sánchez

El ingente endeudamiento experimentado durante la pasada legislatura tiene en la Seguridad Social una de las principales preocupaciones para las finanzas de nuestro país. En el mes de noviembre, la revalorización de las pensiones supuso un aumento de la deuda de este organismo de más de 10.000 millones, un 9,4 % más para dejar el agujero en los 116.172 millones de euros.

Bruselas lleva años llamando la atención a los responsables económicos del Gobierno por el preocupante endeudamiento de los últimos años, situado en el 109,8 % del PIB en el tercer trimestre de 2023.

El Ejecutivo, en un ejercicio de optimismo financiero, estima un descenso paulatino del 106,3 % en 2024, 105,4 % en 2025 y 104,4 % en 2026. Y eso contando con unas ingenuas expectativas de crecimiento de PIB para esos años ya han sido revisados a la baja por prácticamente todas las instituciones financieras.

Pero volviendo al asunto de la Seguridad Social, el Banco de España explica en su nota que el incremento de noviembre corresponde a los préstamos concedidos por le Estado a la Tesorería General para financiar su desequilibrio presupuestario.

Las prestaciones contributivas hace relativamente poco tiempo que dejaron de financiarse a través de las cotizaciones sociales, por lo que la Administración ha tenido que complementarlas con aportaciones directas.

El déficit real de la Seguridad Social está ocho veces por encima de lo que dice el Gobierno

La cuestión es a cuánto asciende ese déficit. Según los datos oficiales, la Seguridad Social registró un superávit de 6.032 millones en diciembre de 2021 y un déficit de 5.986 millones en 2022, pero escarbando en los datos de la IGAE se demuestra que, en ese periodo, el déficit real era de 31.966 y 44.561 millones respectivamente. Una diferencia atribuible a las transferencias con las que periódicamente Hacienda compensa el descuadre.

La quiebra del sistema no es nueva ni atribuible a Sánchez, desde luego, pero nadie ha incrementado la deuda del sistema como el madrileño. Desde su llegada al Gobierno, en junio de 2018, el pasivo ha aumentado un 233 %, y la reforma liderada por José Luis Escrivá no ha conseguido siquiera garantizar la viabilidad. De hecho, Fedea advirtió en un informe que el gasto en pensiones se disparará hasta el 18 % del PIB en 2050 y que serán necesarias «medidas adicionales» para compensar ese incremento de gasto.

Hucha de las pensiones

Sánchez, sin embargo, hace caso omiso a las advertencias e incluso ha prometido que su reforma recuperará y ampliará la hucha de las pensiones por encima de los 130.000 millones a través de las cotizaciones adicionales del Mecanismo de Equidad Intergeneracional.

Esta hucha, cuyo verdadero nombre es el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, fue creado por Aznar con los excedentes que el superávit aportaba a la institución. Como explica José María Rotellar, «se trataba de un verdadero ahorro al provenir del excedente». Y aquí es donde el presidente hace la trampa.

Desde 2010, el fondo dejó de recibir ingresos como consecuencia de la crisis financiera al tiempo que los sucesivos gobiernos lo fueron vaciando a través de disposiciones hasta dejarlo bajo mínimos. La idea de Sánchez es volver a llenarla con el MEI al tiempo que el Estado sigue asumiendo el déficit de la Seguridad Social. Es decir, que ahorrará endeudándose.