De azafata a presidenta de aerolínea, una revolución empresarial tras el milagro en llamas de Japan Airlines
La compañía elige a Mitsuko Tottori como nueva máxima directiva tras el aparatoso siniestro en el que una de sus aeronaves acabó envuelta en un aparatoso incendio
Un nombramiento atípico que abre la puerta a una auténtica revolución en Japón. Japan Airlines ha nombrado por primera vez a una mujer como su próxima presidenta, algo atípico en una sociedad en la que los puestos directivos están copados mayoritariamente por hombres.
Mitsuko Tottori se unió a la aerolínea de bandera como asistente de vuelo en 1985, antes de ascender. Tottori aseguró en su nombramiento que esperaba que su ascenso le diera a otras mujeres el valor para dar el siguiente paso en sus carreras, según recoge la BBC. Tottori sustituirá a Yuji Akasaka como presidenta el 1 de abril. Akasaka reemplazará a Yoshiharu Ueki como presidente, el puesto más alto de la aerolínea.
Los nombramientos se producen semanas después de que un avión de Japan Airlines se estrellara con un avión más pequeño de la guardia costera en el aeropuerto Haneda de Tokio. Una evacuación «milagrosa» aseguró que los 379 pasajeros y la tripulación a bordo del avión sobrevivieran, pero cinco de los seis tripulantes del avión de los guardacostas murieron.
Tottori, que trabajó en puestos de primera línea antes de convertirse en directora de tripulación de cabina en 2015, dijo que daría prioridad a la seguridad. «He pasado la mayor parte de mi carrera en la primera línea de seguridad y servicios al cliente, es decir, la división de asistentes del gabinete», dijo en una conferencia de prensa.
En 2022 las mujeres solo ocupaban 15,5 % de los puestos de los consejos de administración de las grandes empresas japonesas cotizadas en bolsa, o sea la mitad del promedio de los países industrializados miembros de la Organización de Cooperación y de Desarrollo Económico (OCDE) y el más bajo entre los países del G7, según AFP.
Y solo 13,2 % de los puestos de cuadros en Japón son ocupados por mujeres en 2021, la más baja tasa entre los países de la OCDE y muy por debajo del objetivo de al menos 30 % que el gobierno nipón tenía como objetivo para 2020, y que aplazó el año pasado a 2030 para las grandes empresas que cotizan en bolsa.