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Análisis económicoJosé Ramón Riera

En noviembre la Administración General del Estado ha tenido una necesidad de financiación de 11.741 millones

Los datos producen mucha preocupación, como repasamos en este artículo

El Banco de España en su informe del día 17, donde además de publicar la Deuda consolidada bajo el Protocolo de Déficit excesivo, ha publicado también la necesidad de financiación de esta.

La necesidad de financiación se refiere al saldo entre los ingresos y gastos de naturaleza no financiera de una administración pública, que se calcula en términos de contabilidad nacional. La contabilidad nacional es un sistema de contabilidad que mide la actividad económica de un país.

En términos prácticos, la necesidad de financiación indica la cantidad de recursos financieros que una administración pública necesita para cubrir sus gastos no financieros.

Por ejemplo, si una administración pública tiene unos ingresos no financieros de 1.000 millones de euros y unos gastos no financieros de 1.200 millones de euros, su necesidad de financiación será de 200 millones de euros.

La Contabilidad Nacional es responsabilidad del Ministerio de Hacienda y, en concreto, de la Intervención General de la Administración del Estado, pero el Banco de España los utiliza para generar el informe de la Deuda consolidada y aporta las hojas Excel que facilitan la explicación de lo que ha pasado en el mes de noviembre, que no ha sido nada bueno en términos de Necesidad de Financiación.

Veamos los datos, que además producen mucha preocupación por otros temas que vamos a ver a continuación.

Con respecto a los recursos, la Contabilidad Nacional, nos dice que han crecido un 9 %, que suponen en el mes 1.421 millones más que en noviembre del 22, donde el IVA crece un 11,6 %, los otros impuestos sobre los productos que no son el IVA suben también un 11,7 %, los ingresos por renta y patrimonio crecen un 10,3 %, los intereses y otras rentas suben un 85,8 % y el resto de los recursos caen un 7,0 %. Por lo tanto los ingresos suben un 9,0 %.

Pero veamos los empleos o gastos. El total de empleos sube un 18,6 % porque las transferencias de capital suben un 45 %, por el incremento de 5.729 millones en esta partida, pero a partir de aquí vienen todas las incógnitas.

¿Cómo es posible que en el mes de noviembre la remuneración de los asalariados caiga un 9,9 %, sobre noviembre de 2022, cuando sabemos que se han creado más de 37.695 puestos, según el Boletín Estadístico de la Función Pública?

¿Cómo es posible que los intereses contabilizados en el mes de noviembre sean un 5,5 % inferiores al 2022, cuando la Administración General del Estado, según los datos del Tesoro Público, se ha endeudado en más de 82.000 millones de euros y que los tipos de interés tanto de letras como de los bonos se han incrementado en más de un 370 %?

Está claro o muy claro que alguien no ha hecho su trabajo, que es pasar los datos a la IGAE, para que esta contabilice y mantenga los libros de la contabilidad nacional al día.

A pesar de que falta mucho dinero de contabilizar tanto en salarios, como en intereses, el resultado es nefasto, porque la necesidad de financiación en el mes de noviembre se ha ido, en un solo mes, a 11.741 millones, que frente a los 8.626 que se necesitaron en 2022, los resultados de este año han empeorado en un 36,1 % que equivale a 3.115 millones más de resultados negativos en noviembre de 2023.

Pero en el mismo informe, el Banco de España nos facilita la situación financiera de caja, que es realmente peor que la Contabilidad Nacional, donde hemos visto la dejadez contable de un gobierno que cambia de opinión cada día, aunque la realidad sea que, dicho en román paladino, nos miente a todas horas.

Desde el punto de vista de la caja vamos a ver que también hay cambios de opinión:

Por un lado vemos que los Ingresos Líquidos suben un 8,3% con un ingreso de 10.071 millones, que suponen 769 millones más que en noviembre del 22, pero en cambio los pagos bajan un 9,6%, se quedan en 22.477 millones y por eso sabemos que se quedaron pendientes de pagar 53.000 millones a cierre de noviembre.

Con otro acto truculento, hemos reducido el déficit de caja en 3.161 millones y lo hemos bajado a 12.405 millones, que sabemos que es totalmente absurdo y que a los únicos que hemos perjudicado han sido a los proveedores y acreedores de la Administración General.

Si miramos los datos por la contabilidad nacional mal.

Si miramos los datos por la situación de caja peor.

Pero para el presidente del Gobierno todo va bien, hasta que cambie de opinión.