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España es el país que más gas ruso importa en la UE a pesar de las sanciones y de la guerra

Agravando la situación, España ha aumentado sus compras de gas natural licuado (GNL) ruso respecto al año pasado, lo que contrasta con los intentos de la Unión Europea de reducir su dependencia del gas ruso

España se ha vuelto a colgar una de las medallas que nadie quiere de la Unión Europea: se ha destacado como el principal importador de gas ruso en el bloque, a pesar de las crecientes tensiones geopolíticas y las sanciones impuestas a raíz de la guerra en Ucrania.

Lo que es peor: España ha incluso incrementado sus importaciones de gas natural licuado (GNL) ruso en comparación con el año anterior, situándose en una posición contrastante con los esfuerzos generales de la UE por disminuir su dependencia energética de Rusia.

Según informes del Instituto de Análisis Económico y Financiero de la Energía (IEEFA), con sede en Houston, el gasto de la Unión Europea en gas y GNL procedente de Rusia se ha duplicado en 2022 respecto al año anterior, ascendiendo a 16.100 millones de euros en pagos por GNL. Además, en los primeros nueve meses del año, los países miembros han destinado aproximadamente 12.500 millones de euros a la compra de estos recursos energéticos, pese a las sanciones económicas impuestas debido al conflicto bélico.

La relevancia de España en este contexto no se limita a la mera importación, sino que también se extiende a su papel como un hub de reexportación hacia otros países europeos.

De enero a septiembre de 2023, España reexportó 1.050 millones de metros cúbicos de GNL, destacándose un marcado aumento en las reexportaciones a Italia en comparación con el año anterior. Cifra interesante si se tiene en cuenta que España ocupó la presidencia rotatoria del Consejo Europeo en la segunda mitad de este año, liderando muchos debates y negociaciones sobre el apoyo a Ucrania en la Unión Europea.

Esta situación contrasta con las medidas tomadas por otros países europeos. Los Países Bajos, por ejemplo, han suspendido completamente los servicios de transbordo de GNL ruso, mientras que el Reino Unido ha implementado una prohibición total sobre las importaciones de este combustible desde Rusia.

Vetar el aluminio

En paralelo, la Unión Europea continúa evaluando nuevas sanciones contra Rusia. Dentro de las medidas consideradas, se encuentra la propuesta de sancionar los productos de aluminio ruso, lo cual tendría un impacto indirecto en el sector energético ruso debido a la intensa demanda de electricidad requerida para su producción. Cabe destacar que las rondas previas de sanciones dejaron sin efecto aproximadamente el 85 % de las exportaciones de aluminio ruso a la UE.

Además, la oposición de ciertos estados miembros complica la implementación de sanciones en sectores específicos. Por un lado, Hungría y otros países del este de Europa han mostrado reticencia a sancionar el sector nuclear ruso. Por otro lado, Alemania y otras naciones se han resistido a la idea de sancionar el GNL ruso, a pesar de que Alemania ha logrado reducir su consumo de gas ruso a un 4 %. Sin embargo, otros países han incrementado su consumo.

La posición estratégica de España es crucial en este escenario energético. El país alberga uno de los mayores parques de regasificadoras de la UE, lo que representa un tercio de la capacidad total de regasificación europea. Esta infraestructura convierte a España en un punto clave tanto para la llegada como para la reexportación de GNL hacia otros países europeos.