Qué es el barbecho y por qué era tan importante en la batalla entre los agricultores y Bruselas
Las nuevas decisiones de la Comisión Europa anticipan un cambio en su empeño por la política verde
La mala situación que vive el sector agrícola ha derivado en grandes manifestaciones con tractores que han colapsado las carreteras de varios países de Europa cortando las carreteras. Incluso llegaron a las puertas del Parlamento Europeo, un punto de inflexión en la batalla que mantienen todavía hoy los agricultores con los líderes europeos.
No fue hasta entonces cuando se les tomó en cuenta. El 31 de enero estaba convocada una protesta masiva en Bruselas a la par que se celebraba una reunión de los líderes europeos en el Consejo Europeo. No les quedó más remedio que tratar la situación del sector agrícola y cambió el desarrollo de los acontecimientos.
Los agricultores llevaban mucho tiempo reclamando una legislación más laxa, sin tantas trabas para acceder a las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), pero recibían la negativa de los dirigentes. Sin embargo, la semana pasada, Ursula von der Leyen anunciaba que iba a retirar su plan de reducir un 50 % los pesticidas.
La primera batalla había caído del lado de los agricultores, pero no sería la última, ya que la Comisión Europea daba un paso atrás en su política verde. El lunes anunciaba «cambios» en la legislación sobre el barbecho y no se hicieron esperar, ya que este miércoles entraba en vigor la nueva normativa, que derogaba el barbecho durante todo 2024.
En la situación casi crítica en que viven muchos agricultores, la obligación de mantener un porcentaje de las tierras en barbecho era una traba difícil de soportar. Significaba que debía quedar inoperativa una parte de sus tierras, al tener que mantenerse libres, sin ningún tipo de siembra ni cultivo.
El fin del barbecho era una de las reclamaciones por las que los agricultores se echaron a la calle y se acabaron saliendo con la suya. La nueva normativa que propone la Comisión Europea retira el barbecho durante el año 2024, obligando únicamente a destinar un 4 % de las tierras al cultivo de fijadores de nitrógeno, como lentejas, guisantes o habas, o cultivos intermedios sin productos fitosanitarios.
Se barajó de imponer un 7 %, pero entre Bruselas y los Estados miembros decidieron finalmente reducirlo para ofrecer una «mayor flexibilidad» a los agricultores. De igual forma, en el comunicado en el que la Comisión Europea explicaba la nueva normativa, explicaba también que habría «pronto» nuevas propuestas «para aliviar la situación» del sector.
Esta promesa de Bruselas anticipa un paréntesis en el empeño del Ejecutivo comunitario por la política verde, que asfixiaba en gran medida a los agricultores. Ya son dos las decisiones recientes tomadas en contra de la corriente ecologista que se había impuesto durante los últimos años y se avecina un cambio de deriva en los despachos de la Comisión. Por lo menos hasta la próxima legislatura.