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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Los alimentos machacan el IPC de enero

El conflicto del Mar Rojo está encareciendo de forma inesperada los costes de transporte y flete de la mercancía

Los alimentos machacan al IPC de enero y también las bebidas alcohólicas y el tabaco, y los restaurantes y hoteles y el resto de los subíndices, menos el trasporte y las comunicaciones.

Recuerdo perfectamente la página de El País, ese diario que otrora fuera en papel impreso, el líder en lectura y el símbolo de la transición y que hoy es el Boletín Oficial de la Moncloa, y decía, ilustrando con la foto de Calviño contenta y feliz diciendo: hemos vencido a la inflación. Esa foto hoy ha desaparecido de Google y ya no es posible encontrarla.

El IPC español tocó su punto más bajo con el 1,6 % en junio de 2023 y desde entonces no ha parado de subir hasta llegar al 3,4 % para España y 3,5 % para la Unión Europea.

Y no ha parado de subir porque el dopaje a que fue sometido por la Jefa del INE en 2023, ha desaparecido y ahora vamos a ver la cruda realidad. Ya estamos comparando peras con peras y cuando decimos que el peso de los alimentos es el mismo que el del 2023, es que ya no se puede evitar que si lo precios suben, el índice suba menos, eso ya quedó en la historia de los anales y ahora cuando suban los precios nos daremos un bofetón.

El año pasado bajamos 3 puntos en el peso de los alimentos y un 2,5 % en el energético, en este último, además, cambiamos las fórmulas para calcularlo, pero ahora vienen los momentos en que miramos mismo porcentaje de pesos y misma forma de cálculo.

Claro, si los precios de los alimentos este año en enero se han disparado, porque realmente seguimos sin hacer nada, pues resulta que nos la damos y lo hacemos con total naturalidad y sin preocuparnos por lo que ello implica. Lo que Manzanera no supo transmitir a su jefa fue que lo que estaba haciendo era lo que se llama «pan para hoy y hambre para mañana», pero el marrón le ha caído al Cuerpo, D. Carlos. Y prepárense para la que se nos viene encima.

El conflicto del Mar Rojo está encareciendo de forma inesperada los costes de transporte y flete de la mercancía que ahora tiene que venir cruzando por Sudáfrica y subir toda la costa de África. Tiempo y dinero.

Y si a eso le añadimos el conflicto con los agricultores, tenemos ya la tormenta perfecta para una nueva subida de precios, tanto en los alimentos como en el resto de los componentes para la fabricación, que pronto veremos subir en cadena.

El Gobierno qué hace: campaña en Galicia y negociar la amnistía total con el fugado cagón que cruzó la frontera con Francia escondido en un maletero, lleno de pañales, pero que ahora con 7 diputados nacionales se ha venido arriba y tiene cogido de sus partes más íntimas al «presi».

Al frente de la economía, «Txiqui» Montero, que de esto no sabe nada, y Carlos Cuerpo, que sí que sabe, pero no se lo dejan demostrar, porque ahora no vamos a economía vamos a salvar el puesto de ministro, que es lo que importa, porque con 2 años como ministro tienes otros 2 años de ingresos garantizados.

Así que en la economía no hay nadie y peor, que ni se le espera. Y así va el IPC:

Tenemos un IPC con un crecimiento del 3,41 % sobre enero del 2023, con una subida de los alimentos del 7,45 %, que a estas alturas del partido debería de haberse resuelto, pero por desgracia seguimos con los precios disparados, una huelga en febrero, que va a hacer subir más los precios y un conflicto en el mar Rojo.

Pero las bebidas alcohólicas se disparan también y suben un 4,25 %, con el vestido y el calzado subiendo un 2,51 % en plenas rebajas y a pesar del fracaso de estas, con lo energía subiendo un 1,54 % y la espada de Damocles por el cambio de cálculo.

Con los muebles y artículo de hogar, que en enero estaban también de rebajas, con la Sanidad subiendo un 2,16 % y con dos sectores en contención: Transporte, que cae un 0,11 %, y las Comunicaciones, llenas de ofertas por los operadores en su batalla por captar clientes.

La sorpresa también la dan la enseñanza, con una subida del 2,81 %, los restaurantes y los hoteles que han trasladado todos sus costes a los precios y los otros bienes y servicios que en un año también se han ido a un 3,35 %.

La inflación tiene que bajar y durante varios meses del 2 %, cosa que parece difícil por tener 6 de los 10 subíndices por encima del 2 %, pero con 5 de esos 6 muy por encima del 3 %, para poder decir que ya nos hemos quitado ese problema de encima y para quedarnos tranquilos.

Pero con un Gobierno dedicado a la política y sin nadie interesado realmente en la economía va a ser difícil conseguir resultados.