La semana económica
Técnicas Reunidas: el empresón de José Lladó que resurge tras unos años difíciles
La compañía fundada hace sesenta años por el empresario recientemente fallecido lo pasó mal con la pandemia y la inflación, pero el sector en el que trabaja le otorga unas buenas perspectivas
En 1960, el joven José Lladó tenía 26 años, y se juntó con varios empresarios españoles y la ingeniería norteamericana The Lummus Company para crear Lummus Española, el germen de Técnicas Reunidas. Desde ahí construyeron la primera refinería completa en España en 1963, participaron en el diseño de la mayoría de centrales nucleares de nuestro país en 1971, se extendieron por el mundo siendo en los 80 una de las primeras empresas de ingeniería y construcción que llegó a China, instalaron ciclos combinados por diferentes países en los 90, crecieron en este siglo construyendo distintas plantas en Oriente Próximo y en otras regiones…
Desde aquel arranque en los años 60 en Madrid, la pequeña compañía fue creciendo hasta convertirse en la gran empresa que José Lladó desarrolló con su equipo hasta su muerte el pasado jueves. Técnicas Reunidas ha diseñado y gestionado la construcción de más de 1.000 plantas industriales en más de cincuenta países. Entre sus clientes se encuentran las principales compañías energéticas internacionales. En 2022, último ejercicio completo con cuentas disponibles, facturó 4.233 millones de euros, un 51 % más que en 2021, y obtuvo un beneficio operativo de 8,7 millones de euros. Su cartera de pedidos tiene un valor de 10.470 millones de euros. La compañía cuenta con 6.500 empleados de 71 nacionalidades distintas.
Su alta especialización en un mercado muy complejo le ha llevado a construir más de 1.000 plantas industriales en más de cincuenta países
Técnicas Reunidas va bien y es un auténtico empresón, uno de los líderes mundiales en un segmento muy complejo, en el que hay que estar muy especializado, y en el que por supuesto ha tenido sus problemas. La compañía está saliendo de una travesía del desierto provocada por la pandemia y la inflación. El Covid frenó en seco su trabajo, porque, por ejemplo, para construir una planta en Arabia Saudí, hacía falta que entraran 2.000 personas en el país, y no era el momento. Y en cuanto a la subida de la inflación, ha producido sobrecostes en la empresa, como ha ocurrido en todas las compañías del sector.
Para superar este mal momento, la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) dio a la compañía 175 millones de euros en forma de préstamo participativo. La compañía también sufrió la ruptura de relaciones entre España y Argelia propiciada por Sánchez: la empresa argelina Sonatrach dejó de trabajar con Técnicas Reunidas en junio de 2022. Era un gran cliente.
Pese a estos contratiempos, la compañía va mejor: «Está saliendo de su situación desde el tercer trimestre de 2022. Sus márgenes sobre EBIT (beneficio operativo) se van recuperando progresivamente. Ya están en el 4 %, que era algo que no se veía desde hace mucho tiempo», explica César Sánchez-Grande, analista de Renta 4.
La pandemia y la inflación frenaron su negocio, pero los números se están recuperando y se acerca un superciclo inversor en su sector. Su acción está muy barata y puede revalorizarse
Este analista es muy optimista con el futuro de la compañía: «Se acerca un superciclo inversor brutal en su sector. En los años 2014-2015 apenas hubo inversión en el sector petroquímico. Los problemas en Rusia la redujeron. Pero ahora y en los próximos años habrá una apuesta fuerte por la transición energética. La industria petroquímica es la primera interesada en impulsar e invertir en productos menos contaminantes, y Técnicas Reunidas es líder mundial en la construcción de estas plantas».
Por eso piensa que el valor de su acción se va a disparar. Hoy cotiza a 7,76 euros. Él estima que puede alcanzar los 12,76 euros, en donde fija su precio objetivo.
Para lograrlo, además de aprovechar el superciclo inversor que viene, Técnicas Reunidas está haciendo sus deberes para ser más eficiente. Sigue una estrategia de reducción de riesgos, centrando sus contratos en países y productos donde tiene experiencia (Oriente Próximo es su principal mercado, con más del 50 % de las ventas), y reduce peso de plantilla en las partes más peligrosas. Tiene personal de ingeniería, procurement (compra de equipos) y construcción. Esta última parte es la que más empleados tiene y más problemas le crea. Cada vez más va a los proyectos con un socio para externalizar esta última parte, la de construcción.
Con estas premisas, Técnicas Reunidas va a seguir trabajando para continuar creciendo. Desde hace tres años lo hace con Juan Lladó al frente. El hijo del fundador asumió el timón íntegramente entonces, cuando su padre abandonó el cargo de presidente a la edad de 86 años y lo dejó en sus manos, siendo él ya consejero delegado. Entre los retos que tendrá el hijo se encontrará también recuperar la confianza de los inversores. La empresa valía en Bolsa 1.600 millones de euros en 2014 y hoy vale 600 millones, una caída importante. La presentación de resultados anuales que tendrá lugar el próximo 29 de febrero será una buena oportunidad para crecer en esa confianza. Según se va viendo con la evolución de la compañía, las cifras serán buenas. Sánchez-Grande piensa, desde luego, que el bajo valor actual de su acción la sitúa como una gran oportunidad para los inversores. Estima que el EBIT se situará en torno a los 165 millones de euros, ocho millones por encima de 2014, cuando la capitalización bursátil era 1.000 millones superior. Tiene sentido que el valor en Bolsa vuelva a crecer.
El fundador ya no podrá verlo desde aquí, pero seguramente su filosofía seguirá inspirando a sus seguidores. Como dicen quienes le conocían, José Lladó «era un tipo con un sentido del humor británico que daba una falsa apariencia de tomarse las cosas muy poco en serio, cuando era todo lo contrario», y así su empresa crece como ha crecido.