La plataforma 'alternativa' de agricultores se resquebraja entre dimisiones y acusaciones de politización

Esta semana, el portavoz de la Plataforma 6-F comunicaba su renuncia al cargo por la politización de la plataforma, en consonancia con la condición a la que se había comprometido al aceptar el cargo. Se trata de la segunda salida en solo dos semanas en un movimiento que durante unas semanas supo aglutinar las denuncias de los agricultores y que ahora ve cómo se resquebraja.

Más gallego que las vieiras, Xaime da Pena justificaba su salida como «una decisión unilateral por agentes externos a la propia logística interna de la plataforma» fruto de la promesa de renuncia «si se politizaba» el movimiento. «Los medios tuvieron culpa de politizar la plataforma, ya sea por manifestaciones de algunos portavoces o no, pero hay agricultores que no se ven cómodos con este letrado dándoles soporte jurídico como portavoz de la Plataforma 6-F», añadía. Por cierto, confirmó que seguiría dando soporte jurídico.

El uso de subterfugios ha sido un habitual en la breve portavocía de Da Pena. La semana pasada, y en su primera ‘puesta de largo’ ante los medios, el gallego no quiso o no pudo concretar sobre las movilizaciones previstas por los agricultores, ni sobre las personas o grupos que se encuentran detrás de esta Plataforma. Tan solo habló de un «cambio de estrategia» para luego insinuar bajo el amparo del «se dice» que algunos de los antidisturbios que unos días antes habían cargado contra los agricultores no entendían el idioma español. Tal cual.

El abogado aprovechó también para desautorizar a Lola Guzmán, autoproclamada portavoz de la Plataforma que, durante las citadas manifestaciones, deseó que ETA hubiera matado «a más policías». «Es solo una portavoz de la Comunidad Valenciana y, si la prensa la ha puesto de líder, es porque estuvo vinculada con Vox», señaló al respecto.

Desokupa y la lona

Y es que las amistades peligrosas de las pocas caras visibles de la Plataforma han despertado suspicacias y rumores sobre los posibles intereses políticos de la asociación. En el caso de Da Pena, siempre ha negado cualquier vinculación con ningún partido y en alguna entrevista se ha referido como más naranjito –en referencia a Cs– a nivel ideológico.

Hijo de un reputado abogado lucense, Da Pena comenzó a darse a conocer en 2020 al ser uno de los rostros habituales de los reportajes sobre las tarjetas revolving o las estafas piramidales con criptodivisas y por ofrecer servicios gratis. Pero cuando realmente se popularizó fue el pasado verano, en plena campaña electoral, cuando se supo que había pagado los 40.000 euros que había costado la lona que Desokupa colocó en el 75 de la calle Atocha.

«Es puro marketing», señaló en una entrevista para El Progreso por aquel entonces. La gigantesca pancarta mostraba una imagen de Pedro Sánchez junto a la leyenda Tú a Marruecos, Desokupa a Moncloa, en referencia a la empresa que dirige Daniel Esteve, con quien mantiene vínculos personales y profesionales.

Agresor de Óscar Puente

Meses después, el gallego encargaría de la defensa de Lucas Burgueño, el hombre que fue denunciado por increpar al actual ministro de Transporte, Óscar Puente, cuando viajaba en el VE el pasado 29 de septiembre. Es además el abogado de Vito Quiles, el periodista que fue detenido altavoz en mano durante las protestas frente a la sede del PSOE en Ferraz.

En las últimas dos semanas, Da Pena se había convertido en el principal rostro de 6-F. Sin embargo, la desvinculación de muchas asociaciones, y la incapacidad del movimiento para sentar al grupo en la mesa de las negociaciones así como la errática gestión de las movilizaciones han acabado por enterrar a una plataforma que pronto desaparecerá como nació: en la más absoluta e interesada opacidad.