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Fernando Rayón

La ‘SEPI digital’ de Escrivá, ruido mediático e improvisación para tapar la cosa de Ábalos y Cerdán

El nuevo ente digital disparará el intervencionismo, y no solo porque el Gobierno utilice créditos de la Unión Europea, sino porque se va a hacer presente —en clara competencia desleal— con empresas españolas estratégicas

Había que hacer ruido. La actualidad política pedía a gritos un salvavidas. Una gran noticia que distrajera de los Koldos, Ábalos, Cerdán y Sánchez. Y la máquina de propaganda monclovita pensó que el Mobile World Congress de Barcelona era una ocasión que ni pintada. Y sacaron a escena a José Luis Escrivá, para anunciar urbi et orbi la creación de la SETT (Sociedad Española para la Transformación Tecnológica) y dotarla con 20.000 millones para que, entre otras cosas, se hiciera cargo del 10 % de Telefónica que la SEPI no sabe cómo pagar. Ya me maliciaba yo que eso de que se sentaran juntos Pedro Sánchez y José María Álvarez-Pallete en la cena de inauguración del Mobile no presagiaba nada bueno. Pues ni en 24 horas.

Pero fue anunciar la creación de la nueva empresa pública, y los terminales monclovitas empezaron a hablar de tecnológicas e inteligencia artificial como si acabaran de descubrirlas. El pasmo de Sicilia. «Nunca –repetían– se había conocido un volumen de inversiones de este calibre en el ámbito digital de España». ¡Qué emoción! Yo pensé que si la tecnología y la digitalización se van a gestionar a partir de ahora desde lo público podemos olvidarnos.

Que el anuncio de la SETT estaba improvisado lo demuestran los mentidos y desmentidos que durante el lunes se sucedieron sobre el destino del 10 % de Telefónica: primero Escrivá dijo que lo compraba la SETT; luego Economía que la Sepi; y ayer que la Sepi traspasaría a la SETT en verano su capital en Telefónica. Una inversión que, no se lo pierdan, aun dicen que puede crecer: «Pequeñas y reiteradas compras». Un lío.

Que el anuncio de la SETT estaba improvisado lo demuestran los mentidos y desmentidos que se sucedieron durante el lunes

El segundo lío era a costa de quien iba a crecer Escrivá y su nueva SETT. Recordemos que su ministerio se dice de Transformación Digital y de la Función Pública. Y que en el anuncio que hizo en el Mobile ya citó a varias empresas –al Perte Chip, al fondo NextTech y otras durmientes– que se incorporarían a lo que ya llaman la Sepi de Escrivá. Algo más supimos ayer. De entrada está lo del ministro de Economía, Carlos zapatillas Cuerpo, famoso por apoyar en el Parlamento Europeo la candidatura de Madrid como sede de la Autoridad Europea de Lucha contra el Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo, para luego votar a Frankfurt en el Consejo de Europa. Pues bien, el ministerio de Cuerpo se queda sin varias de las empresas digitales. A las citadas por Escrivá habría que añadir el fondo del Hub Audiovisual. Pero tampoco es el único ministerio que pierde. Hacienda, nuestra querida María Jesús Montero, se queda de un plumazo sin la Sepi, o por lo menos sin los dineros de la Sepi si es que finalmente es la que entra en Telefónica. Y estos dos son solo el aperitivo, pues varios ministerios más incluyen en sus presupuestos –¿o ya no los incluirán?– partidas e inversiones en el ámbito digital. Si había pocos líos en el Gobierno…

Todo este ruido mediático e improvisación no ha ocultado lo que ya es un clamor: un nuevo e intolerable intervencionismo del Estado en el empresariado español

Pero todo este ruido mediático e improvisación no solo no ha conseguido tapar la cosa de Ábalos y Cerdán, sino que tampoco ha ocultado lo que ya es un clamor: un nuevo e intolerable intervencionismo del Estado en el empresariado español. Tras los fuegos fatuos de los dos primeros días, los empresarios ya han advertido de que «El nuevo ente digital disparará el intervencionismo y alterará el mercado» y no solo porque el Gobierno utilice créditos de la Unión Europea para entrar en las tecnológicas; sino porque además se va a hacer presente –en clara competencia desleal– con empresas españolas estratégicas del sector de la tecnología y la digitalización. Luego se quejan de que las empresas españolas se van fuera.