Puig, Astara y otras seis empresas reactivan las salidas a Bolsa tras una década para el olvido en España
El marco regulatorio sitúa al parqué español como el peor a la hora de captar capital entre las grandes economías
La campana de la Bolsa madrileña volverá a sonar en 2024 tras una década acumulando polvo. Puig, Astara y otras seis compañías prevén lanzar sendas Ofertas Públicas de Venta (OPV) para iniciar su cotización, reactivando la actividad de un mercado que, según los propios datos de Bolsas y Mercados (BME) se ha situado en los últimos años como farolillo rojo entre los países desarrollados a la hora de captar capital.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, avisó durante el reciente Eurogrupo celebrado en Gante que cada año 250.000 millones de euros en financiación, el 1,8 % del PIB, salen del continente. Sobre todo en dirección a Estados Unidos, pero también hacia Asia, en un marco general de contracción. De acuerdo con McKinsey la captación de fondos en los mercados privados en todas las clases de activos a nivel mundial descendió un 22% en 2023, hasta algo más de un billón de dólares, el total más bajo desde 2017.
En la última década España ha registrado la mayor caída de capital obtenido mediante OPV entre los principales mercados: un 80 % entre 2020 y 2022 en comparación con el período 2014 - 2016, según BME. En el mismo lapso, la cuantía se ha incrementado un 112 % en Estados Unidos, un 157 % en Alemania y un 106 % en Suecia.
«El fenómeno no es exclusivo de España, pero sí es más intenso por causas que apuntan principalmente al escaso tamaño medio de su tejido empresarial y, en paralelo, a la complejidad y exigencia de los procesos de salida a Bolsa frente a alternativas de financiación como el Capital Riesgo con muchos menos controles regulatorios», avisaba el gestor de la Bolsa española en un reciente informe.
El año 2023, marcado por la rápida subida de tipos, fue particularmente nefasto. Según Berenberg Bank, fue el peor para las OPV desde 2009, un ejercicio a su vez marcado por la crisis financiera. Este año, no obstante, el banco de inversión cree que será radicalmente diferente. También en España, donde además de Puig y Astara, también Hotelbeds, Volotea, OK Mobility, Cosentino, Cirsa y Calvera Hydrogen planean su salto al parqué.
La firma catalana de perfumería, dueña de marcas como Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier y Paco Rabanne, es la más avanzada y también la de mayor tamaño. Según su consejero delegado, Marc Puig, ha recibido ofertas que valoran la compañía en torno a 8.000 o 10.000 millones. La empresa, que se presenta como una firma de «lujo asequible», facturó 4.000 millones de euros en 2023 y prevé superar este año los 4.500. Le sigue Astara, filial del grupo vasco Bergé, que aspira a una capitalización cercana a los 2.000 millones.
Un serio aviso
El cambio de sede de Ferrovial hacia Países Bajos, con destino final al Nasdaq neoyorquino ha supuesto un serio toque de atención. Para BME «el marco regulatorio específico en España merma la competitividad de sus mercados de capitales, a pesar de contar con una norma común de partida», como figura en su reciente Libro Blanco sobre el impulso de la competitividad de los mercados de capitales españoles, en el que identifica hasta 56 medidas concretas para corregir la situación, fundamentalmente de índole legal y fiscal.
«Solo los países con mercados bursátiles y de capitales más avanzados consiguen «fabricar» empresas más potentes y economías más consolidadas para afianzar internacionalmente su crecimiento, su bienestar y su capacidad de negociación. Por eso favorecer la actividad y el tamaño de los mercados de capitales españoles es una cuestión de Estado que requiere poner en marcha diferentes acciones estratégicas», reclamó en su presentación Javier Hernani, CEO de BME.