La deuda pública crece en Madrid catorce puntos menos que en Cataluña desde la crisis
Las agencias de rating destacan la solvencia de la Comunidad de Madrid, hecho que destacan en todas las notas explicativas sobre la situación de la región que emiten
En la vida, las cosas se pueden hacer bien o mal, la igual que no hay una única política económica, sino, respectivamente, una basada en el liberalismo clásico europeo, ligada al liberal-conservadurismo, de defensa de la libertad de mercado, y otra intervencionista, donde siempre encuentra excusas para tratar de extender su paternalismo estatal.
Pues bien, la Comunidad de Madrid, desde hace más de veinte años, eligió aplicar una política económica liberal-conservadora, basada en la eficiencia en el gasto público limitado, la bajada de impuestos, la estabilidad presupuestaria, las reformas económicas que remueven obstáculos a la actividad y la generación de un clima de confianza y seguridad jurídica, en el margen de sus competencias.
Madrid es la región donde menos ha crecido la deuda pública desde la anterior crisis
Eso ha permitido que Madrid sea la región donde menos ha crecido la deuda pública desde la anterior crisis hasta el último dato conocido (IIITR-2023), menos de la mitad de la media de las CCAA y casi catorce puntos menos que la otra región comparable, Cataluña.
Eso ha sido posible gracias a que Madrid es quien mejor contuvo en ese período, el déficit, teniendo, en media entre 2008 y 2022 (el del año 2023 todavía no se ha publicado), el menor déficit medio, la mitad que la media regional y 2,5 veces menos que Cataluña.
Eso ha llevado a que Madrid tenga un mayor crecimiento, el mayor PIB per cápita y una de las menores tasas de paro, al tiempo que es la que más tasa de actividad -junto a Baleares- tiene y la que más empleo genera en tasa interanual mes tras mes en la afiliación a la Seguridad Social.
Todo ello, tiene una consecuencia: las agencias de rating destacan la solvencia de la Comunidad de Madrid, hecho que destacan en todas las notas explicativas sobre la situación de la región que emiten, la última, esta semana cuando Fitch ha igualado a Madrid con el rating del Estado, al igual que ya habían hecho el resto de agencias de calificación.
Fitch ha igualado a Madrid con el rating del Estado
Esto no es fruto de la casualidad, sino de la política económica antes descrita, iniciada en 2003 y que en 2012 se muestra como una firme defensa frente al intervencionismo y el desajuste presupuestario de otras regiones. Aquella decisión de cumplir siempre con el objetivo de estabilidad, de limitar, así, el endeudamiento, y, sobre todo, de permanecer en el mercado financiándose por ella misma sin necesidad de acudir a los instrumentos extraordinarios de financiación que se impulsaron para quienes, como Cataluña, tenían serios problemas económicos y no podían financiarse en los mercados, ha dado buen resultado.
Al no tener una capacidad competencial tributaria especial y diferenciada, la Comunidad de Madrid (como sí tienen País Vasco y Navarra), las agencias de calificación consideran que Madrid no puede tener un rating superior al del conjunto de España, de ahí que simplemente lo igualen y no lo mejoren, pues el riesgo de la Administración General del Estado influye en el de Madrid, la proceder entre el 70 % y el 80 % de sus ingresos del Sistema de Financiación Autonómica. Ahora bien, no pueden calificarla mejor, pero la sitúan a su nivel e incluso en ocasiones la mejoran respecto al Estado en algunos índices oficiosos de las agencias de calificación, como por ejemplo hacía S&P de manera recurrente entre 2012 y 2015, donde en su índice oficioso ICL situaba a Madrid dos escalones mejor que el rating del Estado, aunque en el oficial, por lo antes descrito, tenga que tener el mismo como máximo.
Estos resultados conseguidos desde hace más de diez años, que ahora vuelven a recuperarse
Estos resultados conseguidos desde hace más de diez años, que ahora vuelven a recuperarse, no es más que el valor de la credibilidad madrileña gracias a su política económica sería ejercida en el margen de sus competencias.