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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Todo sube menos la ropa, los muebles y el ocio

Los precios nunca bajan, salvo en momentos de profundas crisis económicas que se produce la llamada deflación

Cuando veáis a un ministro hablando de economía, lo primero que tenéis que saber es que casi nadie en el Gobierno sabe de esta materia y mucho menos la ministra de Hacienda.

De verdad de economía en el gobierno entienden José Luis Escrivá, que desde que entró en el Gobierno fue abducido por la cultura «sanchista» y ya de economía, diga lo que diga, casi seguro no es lo que piensa de verdad, sino lo que piensa que le va a gustar al jefe, para hacerle la pelota y que no se olvide que quiere ser Gobernador del Banco de España.

El otro que también sabe es Carlos Cuerpo, Técnico Comercial del Estado, que ha llevado el Tesoro Público y que todavía no ha sido abducido totalmente por el jefe, pero que poco a poco, como buen opositor, sabe lo que tiene que decir para agradar al jefe y no caer en desgracia.

Esto como referencia general, pensad que casi seguro, os digan lo que os digan no es correcto.

Pero si entramos en un tema como la inflación, os van a contar la milonga de que los precios están bajando, que es la gran falacia de todos los gobernantes del mundo que obviamente no saben de economía.

Los precios nunca bajan, salvo en momentos de profundas crisis económicas que se produce la llamada deflación, que es una bajada real de los precios.

Los precios siempre suben, más o menos, dependiendo de los momentos económicos en los que nos encontremos y de las medidas que se hayan tomado para controlar los precios.

España ha delegado totalmente en el Banco Central Europeo que, con un año de retraso, tomó la decisión de intervenir y, desde entonces, todo parece indicar que la Unión Europea está camino de resolver la situación. Aunque nosotros también estamos mejorando vamos a ir viendo, mes a mes, como cada vez nos cuesta más controlar los precios.

Y eso nos va a pasar por dos razones. Porque el gasto público sigue desaforado y hemos tenido que pedir 29.000 millones más de deuda, que es dinero que ha entrado en nuestra economía y que viene de fuera la mayor parte y aumenta nuestra liquidez, que lo que provoca es más inflación y, segundo, que el cambio de métricas que hizo el INE en 2023, en el 2024 se le va a volver en contra como vamos a poder comprobar con el índice de la energía.

Así tenemos que los precios en los dos primeros meses del año, que son los meses de las rebajas y de las grandes promociones antes de la primavera, han subido un 0,4%.

Lo ven, han subido no han bajado los precios, los precios han bajado en la ropa, el subíndice de vestido y calzado, que comparativamente con febrero de 2023, han bajado los precios un 12,3% y en los muebles de hogar que han bajado un 0,2% y en el ocio y la cultura que han bajado un 1,1%, pero en el resto de los tipos de productos que componen la cesta de los precios suben.

Así tenemos los alimentos ,que suben un 0,5 %, las bebidas alcohólicas, que lo hacen un 3,9 %, las comunicaciones, que se están disparando hasta el 1,8 % en dos meses y que llevan un ritmo del 10 % anual, el transporte, que ha crecido un 1,7 % y que afecta en sus subidas a una parte importante de la cadena de precios, pero lo más preocupante es la energía, que ya se ha colocado en un 2 % en estos dos meses y que marca la tendencia de darle muchos disgustos este año al Gobierno y a los gobernados.

El año pasado la energía contuvo la subida de precios por un cambio metodológico en la forma de calcularlo que produjo una bajada en el año muy alta, pero este año ese dato se vuelve en contra del Gobierno y, si a eso le añadimos las subidas del IVA, vamos a ver las consecuencias que esto traerá para la economía y para los hogares.

Marzo y abril todavía pueden dar alegrías al gobierno porque las subidas del año pasado fueron un 0,4 % en marzo y un 0,6 % en abril y, por lo tanto, si el IPC de marzo es menor que 0,4 % nos dirán que han vuelto a bajar los precios y si en abril es inferior al 0,6 % nos dirán que la inflación se ha controlado, que fue lo que dijeron en junio del 2023 cuando la inflación se colocó en un 1,6 % y desde entonces volvió a repuntar hasta el 3,4 %.

O sea, que cuando les vuelvan a oír a nuestros ministros que la inflación ha bajado y está controlada, piensen que no saben de lo que hablan.