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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Agricultura: entre todas la mataron y ella sola se murió

Pedro Sánchez vetó una propuesta del PP de considerar al sector agrícola y ganadero como estratégico y lo vetó porque considera que puede suponer un gasto de 790 millones

El Centro Virtual Cervantes explica, sobre este refrán español, que «en ocasiones se achaca a una sola persona o a una única causa el daño producido por muchas, un daño que ya no se puede remediar».

La agricultura se va a convertir en el muerto de la ecuación, entre otras cosas, por las decisiones tomadas por la presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y aprobadas por el Consejo de la Unión. Las leyes aprobadas por el Parlamento Europeo van a conducir a su extremaunción si no se aplican de forma inmediata medida paliativas que reduzcan los problemas de los agricultores europeos, acudiremos al entierro y funeral de este sector.

Hay muchos culpables en esta ecuación, que son los máximos responsables de lo que está sucediendo. Sin duda Von der Leyen encabeza la lista –por la implantación de su Pacto Verde para la Agricultura–, pero a continuación están todos los primeros espadas de cada país que se pusieron al frente y se han convertido en los adalides de la política de la presidente de la Comisión Europea. Y uno de los más importantes, por la relevancia del país, es Pedro Sánchez, el gran «matador» de la agricultura española.

Acaba de publicar Eurostat el desglose del PIB de los países miembros por los sectores de actividad hasta 2023, por lo que corresponde analizar qué ha pasado en la Unión Europea desde que entró a dirigirla el equipo salido de las últimas elecciones europeas de mayo de 2019. Por lo tanto, era muy importante tener los datos de lo que ha pasado en estos 4 años en que la pandemia apoyó el desarrollo del sector y, gracias a él, la UE aguantó mejor que otros esa época tan terrible. Pero desde entonces ha sido perseguido con saña y malas artes, no solo por Von der Leyen, sino por gente que, por motivos personales, no quiere que este sector crezca y se desarrolle.

Los resultados de estos cuatro años, en su conjunto son terribles para la UE, pues el Valor Agregado en términos reales cae un 2,5 %, con 14 de los 27 países bajando y solo 13 subiendo. Así tenemos que en la Unión Europea el valor de la producción se reduce en casi 5.000 millones, cayendo de 201.898 millones a 196.949. Siendo esto grave, lo es más que la Eurozona, donde están todos los grandes, la caída en valor es todavía mayor con una bajada del 2,7 %.

España, como siempre, en cabeza de los despropósitos, se coloca en el tercer lugar detrás de Estonia y Rumanía, con una bajada en cuatro años del 17,3 % del Valor Agregado.

Italia, una de las grandes en el sector agrícola, también ha puesto la marcha atrás con una bajada en cuatro años del 5,4 %, pero afortunadamente los franceses casi no crecen porque solo lo hacen un 0,2 %, pero los alemanes, al no hacer caso del todo a la alemana que preside Europa, consiguen crecer un 5,5 %.

Irlanda, a pesar de que últimamente anda con problemas, da de nuevo un ejemplo y consigue que su sector primario crezca un 28,3 %.

Con estos datos, está claro que el sector primario en la Unión Europea está tocado. Las huelgas en Francia han surgido efecto y más le vale a Macron ponerse las pilas si no quiere que le vuelvan a tomar París.

En España, Pedro Sánchez vetó una propuesta del PP de considerar al sector agrícola y ganadero como estratégico y lo vetó porque considera que puede suponer un gasto de 790 millones de euros. Se olvida de que, en los últimos cuatro años, el Ministerio de Inclusión Social se ha gastado 1.510 millones de euros en subvenciones de todo tipo, entre los que había 37 para la ONG del padre de Manuel de la Rocha, como contaba Jordi Benítez en su artículo.

Cuando los gobiernos y sus gobernantes quieren, hay soluciones. Cuando no quieren, condenan a la caída irreversible de empresas, instituciones e incluso sectores económicos completos, como es el caso de la agricultura.