Los propios datos del SEPE contradicen los 55.300 fijos discontinuos inactivos que computó Yolanda Díaz
Solo como beneficiarios de prestaciones contributivas, los servicios de empleo registraron 170.000 en enero
Cuando Yolanda Díaz desveló el pasado martes que el número de fijos discontinuos inactivos –que no trabajan y cobran la prestación de desempleo, pero no computan como parados– se limita a 55.300 personas, en el Senado se contagió cierta guasa. La vicepresidenta se remitió a los microdatos de la EPA para justificar esta exigua cifra, cuando los propios informes del SEPE –adscrito al Ministerio– apuntan a que hay muchos más.
El Servicio Público de Empleo es un organismo autónomo, con personalidad jurídica propia y autonomía de gestión, matiz importante a la hora de entender que los datos que recoge no son 'cocinados'. Es además quien controla la gestión y control de las prestaciones por desempleo, por lo que su fiabilidad es clave para el buen funcionamiento del sistema.
Y, por supuesto, el SEPE ofrece estadísticas mensuales sobre los beneficiarios de prestaciones contributiva entre los que se encuentran aquellos «por finalización de la relación de carácter temporal» de fijos discontinuos. Más allá de la ironía por el asunto de la temporalidad, se trata de un buen indicador para conocer cuántos trabajadores de este colectivo pasan a una situación de inactividad cada mes.
Según el último informe, en el mes de enero estaban registrados como beneficiarios de prestación contributiva 169.456 fijos discontinuos, de los cuales 53.929 eran por reanudaciones y 32.467 por altas iniciales; el resto, se trataría de personas que ya estaban recibiendo la prestación el mes anterior.
La prestación contributiva por desempleo solo la pueden recibir aquellos que hayan cotizado un periodo mínimo de 360 días dentro de los seis anteriores a la situación legal de desempleo o al momento en que cesó la obligación de cotizar. Es decir, no todos los fijos discontinuos inactivos tienen derecho a recibir esta ayuda, pero sí es un buen indicador que el dato dado por la ministra se aleja bastante de las propias cifras que maneja el propio SEPE.
Desde la entrada en vigor de la reforma laboral, el número de beneficiarios no ha dejado de crecer, teniendo en cuenta la estacionalidad. De hecho, durante los meses de julio y agosto de 2023 –los más afectados por el pase a inactividad de colectivo como docentes o auxiliares administrativos– se alcanzaron cifras históricas. Respecto a la media anual de beneficiarios de estas prestaciones, en 2023 crecieron un 37 % respecto al año anterior.
Catorce meses de silencio
Tanto la oposición como varios centros de estudios económicos llevan meses alertando que la reforma laboral había provocado una deformación de los datos reales de desempleo por el incremento de fijos discontinuos.
Randstad, USO y Fedea calculan que los trabajadores inactivos de este colectivo están permitiendo a Trabajo justificar el descenso de la temporalidad y la tasa de paro de manera artificial. Así, consideran que el total de fijos discontinuos inactivos se situó en febrero en las 725.000 personas, aumentando el desempleo hasta los 3,5 millones de personas.
Además, si bien la propia Díaz anunció que revelaría la fecha en enero de 2023, durante estos catorce meses Trabajo se ha limitado a esquivar el asunto con datos contradictorios o vaguedades. Hace solo unas semanas, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez, señaló que las comunidades «no depuran en sus fuentes de origen entre fijos discontinuos en actividad e inactividad» por lo que se trataba de un dato que «simple y llanamente, no podemos ofrecer». Al menos en esta ocasión fue sincero.