Fundado en 1910

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no ha logrado lo deseableM. Dylan / Europa Press

La subida del salario mínimo se ensaña con los más vulnerables: 210.000 empleos no creados desde 2018

Yolanda Díaz consigue el objetivo contrario al que tenía: los aumentos por decreto no se traducen en una mejora de la situación de los que menos cobran

El salario mínimo interprofesional (SMI) ha aumentado en más de un 50 % en los últimos cinco años gracias al impulso de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pero con su empeño ha logrado lo contrario de lo que sería deseable. Lejos de obtener una mejora del salario, los más vulnerables se han quedado sin trabajo.

El aumento excesivo del salario mínimo desde 2018 hasta 2023 ha frenado la creación de empleo, con especial repercusión sobre las tareas elementales y evitando la creación de 210.000 puestos de trabajo, según ha reconocido en un estudio el Instituto Juan de Mariana. «El efecto negativo de las subidas reiteradas del SMI se concentra en ocupaciones y sectores de más baja productividad, golpeando de forma desproporcionada a trabajadores más humildes y de menor cualificación. En cambio, en aquellas actividades en las cuales el salario de mercado es claramente superior al salario mínimo, el SMI no influye en las cifras de ocupación», indican desde la entidad.

De 2013 a 2018, el empleo en tareas elementales y no elementales creció prácticamente a la par, con una subida del 13,4 % en la primera categoría y del 14,3 % en la segunda. Desde entonces, la politización del salario mínimo y su aumento inmoderado ha hecho que el empleo en tareas elementales crezca apenas una fracción de lo que lo hacen los puestos de trabajo en tareas no elementales. «Más concretamente, entre el cuarto trimestre de 2018 y el mismo periodo del año 2023, el número de ocupados en tareas elementales creció apenas un 1,4 %, mientras que la cifra de personas que ocupadas en tareas no elementales subió un 9,7 %. Por cada empleo creado en el ámbito de las tareas elementales, se generaron 7 puestos de trabajo en los demás segmentos de actividad laboral. Se genera, pues, una creciente brecha de exclusión laboral que golpea a los trabajadores más vulnerables», apuntan desde el Instituto.

Segundo salario mínimo más caro de la UE

El fuerte aumento del SMI a lo largo de los últimos años ha hecho que España pase a tener el segundo salario mínimo más caro de la UE. Si se compara el salario mínimo (incluyendo las cotizaciones sociales a cargo del empleador) con el PIB por ocupado (la métrica de referencia de la productividad por trabajador), España solamente se ve superada por Francia. «Eso sí: cabe recordar que la tasa de paro del país galo es aproximadamente un 40 % menor que la nuestra, de modo que su error resulta menos costoso en términos de ocupación y bienestar», indican.

En la UE hay cinco países que no tienen un salario mínimo determinado por el gobierno: Suecia (tasa de paro del 8 %), Finlandia (tasa de paro del 7 %), Dinamarca (tasa de paro del 3 %), Italia (tasa de paro del 7 %) y Austria (tasa de paro del 8 %). Por otro lado, hay otros nueve países comunitarios en los que el peso del SMI es, cuando menos, un 30 % menor que en España, entre ellos Irlanda, Luxemburgo, República Checa y Estonia.