Los salarios públicos llegaron a los 163.000 millones, 8.500 millones más que en 2022
El mundo ha cambiado pero las Administraciones siguen trabajando como hace 50 años
La espiral de gastos que tiene organizado este Gobierno es de tal tamaño y tal calibre que se nos plantea un futuro cada vez más incierto. La adquisición de votos a través de la contratación pública se ha convertido en un sistema que puede llevarnos a una auténtica quiebra de nuestro sistema organizativo: Administración Central, Organismos Autónomos, Seguridad Social, Comunidades Autónomas y sus Organismos Autónomos, Diputaciones y sus Organismos Autónomos, y Ayuntamientos y sus Organismos Autónomos.
Les aseguro que no me he equivocado. No hay político que se precie que no tenga Organismos Autónomos de mayor o menor calibre, pero aquí no se salva nadie. Madrid, una de las más austeras es en este tema, tiene 11 y Cataluña, que es justo el otro lado del péndulo, tiene 509. Entre estas dos comunidades se encuentran el resto.
La Administración Central tiene 129 Organismos, de los cuales unos son muy conocidos y otros menos, pero todos llenos de amigos del Presidente y sus acólitos. La verdad es que, con tanto organismo, se colocan en Presidencia y en Dirección General a muchas familias que terminarán votando al jefe que le ha colocado y a su vez permitido colocar a otros familiares y amigos.
Así, a lo largo del tiempo, esto no ha parado de crecer, hasta llegar a donde estamos hoy y salvo los dos últimos años de Zapatero y todo el período de Rajoy esto ha sido barra libre para el despilfarro.
Vale que hay que tener más profesores, más sanitarios, más fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y más personal en justicia, pero hasta aquí. Estamos en un momento en que la digitalización ha hecho posible mecanizar muchos de los procesos sin valor en el mundo empresarial y, a su vez, esos recursos libres poderlos dedicar a tareas de mucho más valor y con posibilidad de estas sean mejor pagadas.
No se entiende que las Administraciones Públicas españolas, en muchas de ellas para pedir cita, todavía se tenga que llamar por teléfono, que equivale a tenerse que comunicar por tam-tam hace 200 años. Estamos a punto de cerrar el primer cuarto de siglo del XXI y que casi sigamos con el manguito y la plumilla estremece de solo pensarlo.
El mundo ha cambiado pero las Administraciones siguen trabajando como hace 50 años
Los expedientes en papel en la empresas modernas han desaparecido, todo es electrónico, incluso la firma y los expedientes están almacenados en la nube, mientras que en las Administraciones públicas españolas, los expedientes están en papel y se archivan en archivadores físicos, siendo el elemento de control y cuando necesitan de cuatro firmas diferentes, pasan cuatro días para que el expediente sea cerrado, porque lo firmantes están en edificios diferentes y tienen que llevarse a través de mensajería, para que el correspondiente firmante saque su pluma o bolígrafo y extienda su rúbrica.
El mundo ha cambiado, pero las Administraciones Públicas españolas siguen trabajando como hace 50 o más años. Pero veamos cómo han evolucionado los costes salariales en nuestras administraciones.
Cuando González abandona el poder deja un coste salarial global de 50.337 millones de euros, que no para de subir en el mandato de Aznar y llega a 78.768 millones de euros, que supone un incremento en los 8 años de un 56,5 %, cuando en ese período Aznar hace crecer la economía en un 34 %.
La llegada de Zapatero es una auténtica locura ya que, hasta 2009, los salarios totales llegan a 125.383 con una subida acumulada del 59,2 %. Pero la crisis financiera produce que el coste salarial baje hasta los 122.294 millones, lo que demuestra que, si se quiere, se puede hacer bajar esos costes, cerrando su mandato con una subida del 55,3 %.
Rajoy lleva los salarios hasta los 113.630 millones en 2012 y a partir de ahí va recuperando los costes salariales cerrando el 2017 con 123.501 millones y una subida del 1 % en total en sus seis años de mandato.
Pero de nuevo Sánchez se convierte en el rey del mambo y los salarios con él no dejan de crecer hasta llegar a los 163.376 millones, con una subida de coste del 32,3 %, cuando la economía ha crecido menos del 6 % desde que él es presidente del Gobierno.
El gráfico es totalmente esclarecedor de la evolución de los costes salariales de nuestro sistema político administrativo. Así que si queremos hacer algo bien y lo digo pesando en un nuevo gobierno, ojalá entiendan este mensaje y se coloquen en la frente un cartel que diga voy a digitalizar todos los procesos posibles y empleado público que se jubile, no se reemplaza.