Fundado en 1910
Crónica deFernando Rayón

El movimiento de los Escribano para hacerse con Indra

Cuando aumentaron su participación, no solo llamó la atención el montante de la operación, sino también la decisión de no solicitar un puesto en el Consejo de Administración

Los hermanos Ángel y Javier Escribano.Lu Tolstova

Era solo cuestión de tiempo. Cuando en noviembre del año pasado Ángel y Javier Escribano aumentaron hasta el 8 % su participación en Indra y pasaron a ser su segundo accionista, no solo llamó la atención el montante de la operación –unos 118 millones de euros–, sino también la decisión de no solicitar un puesto en el Consejo de Administración. Sobre todo porque anunciaron su intención de llegar a tener un 10 % del capital.

Desde entonces la inversión de los Escribano en Indra se ha revalorizado, solo siendo superados por la Sociedad Española de Participaciones Industriales –siempre la SEPI– que tiene un 28 % del capital (aunque en la CNMV solo figure un 25,16 %). Ya por detrás están Fidelity Management Research, con un 7,88 %; Amber Capital (el fondo británico de Joseph Oughourlian, máximo accionista del grupo PRISA, con un 7,24 %; y la empresa de defensa guipuzcoana Sapa, que con el 5 % ya fue superada como socio industrial más relevante.

Cuando se produjo la entrada de los Escribano, repitieron una y otra vez que se trataba «de una operación de inversión estratégica» y que no entraba en sus cálculos solicitar un puesto en el Consejo de Administración. Incluso José Vicente de los Mozos, consejero delegado, agradeció la confianza y disposición de los nuevos accionistas de referencia «para convertir a la multinacional española de referencia en defensa y tecnología».

El Ministerio de Defensa ya registró en 2023 un incremento histórico de inversión hasta alcanzar 12.827 millones

Pero aquellas buenas palabras han dado paso a un nuevo escenario. Las cosas también han cambiado en el sector en España. El Ministerio de Defensa ya registró en 2023 un incremento histórico de inversión –un 26 % más que en 2022–, hasta alcanzar 12.827 millones. Un 1,3 % del PIB en defensa, que puede aun crecer ya que el compromiso de los países miembros de la OTAN es llegar al 2 %. Un umbral que hoy sólo cumplen siete de los 30 miembros de la Alianza: Grecia, Estados Unidos, Lituania, Polonia, Reino Unido, Estonia y Letonia.

Pero además del incremento de la inversión en Defensa, que se mantendrá al prorrogarse los Presupuestos Generales del Estado, Escribano Mechanical & Engineering –que tiene una excelente relación con el actual Gobierno– no solo ha invertido más de 77 millones de euros en empresas españolas en los últimos tres años, sino que en enero de 2022 recompró al fondo soberano de Omán (SGRF) el 32,18 % de su capital por 34 millones gracias a un crédito sindicado liderado por el Santander. ¡Será por dinero!

Pero las empresas cambian. También de opinión. Y esta semana se han producido un movimiento que ya habíamos anunciado aunque en su momento nos lo negaron de manera tajante: la petición de los Escribano a Indra de un puesto en el consejo de administración. El 8 % que tienen le da derecho a él, pues recordemos que, al contar con 16 miembros, el capital necesario para tener representante se sitúa en el 6,25 %. Pero lo divertido de este cambio son las soluciones que pueden arbitrarse.

Si entra un consejero de los Escribano y otro independiente, pasaría a ser un consejo de 18 en contra

Una posibilidad podría ser un aumento de los vocales. Pero tras la movida de Indra en 2022 en la que se destituyó a los sedicentes consejeros independientes –un decir, claro está– la CNMV presionó para que al menos hubiera un 50 % de consejeros independientes, cosa que hasta ahora se ha cumplido. Si entra un consejero de los Escribano y otro independiente para mantener el estatus, pasaría a ser un consejo de 18 en contra de los 15 como tope que recomienda el código de buen gobierno. Mala solución.

La otra posibilidad, y esta es la más divertida, es que Amber o Sapa cedieran su consejero al nuevo accionista que les supera. En este caso les tocaría perderlo a los Amber. Y no veo de ninguna manera a Joseph Oughourlian, máximo accionista del grupo PRISA, prescindiendo de Pablo Jiménez de Parga, secretario del consejo de Prisa y representante en el de Indra. Ya hemos dicho que Indra es para Amber una de sus fuentes de mayores beneficios en España. Nada que ver con los quebraderos de cabeza que le da el grupo Prisa. Y estar en su consejo le permite además unos contactos estratégicos –que diría María Jesús Montero– fundamentales de cara al futuro.

«El bien no hace ruido y el ruido no hace bien» suele decir Isidro Fainé protagonista estos días al aumentar Criteria su participación en Telefónica. Pero es inevitable que crecer en el accionariado de una empresa genera ajustes y movimientos de futuro. En ambos casos hablamos de proyectos industriales y de consolidar un accionariado hasta ahora estable a pesar de la entrada de los árabes (STC) en Telefónica. Quizá la diferencia entre el movimiento del holding en Telefónica y el de los Escribano en Indra es que la política de inversiones de Criteria no responde a presiones políticas, mientras que Indra incluye en su accionariado socios industriales y también de los otros.

Personalmente pienso que tiene toda la lógica que Escribano Mechanical & Engineering lidere un sector en crecimiento exponencial, a pesar de que la SEPI siga dando vueltas alrededor de las llamadas estratégicas. Mi duda siempre son los compañeros de viaje. STC nunca podrá ser un buen accionista en Telefónica –son competidores– como Prisa tampoco lo será para Indra. Al tiempo.