El aumento de la presión fiscal de IRPF, Sociedades, IVA e Impuestos Especiales se ha disparado desde 2019
Funcas destaca que este incremento comenzó en 2010, tras el desplome en la recaudación con el fin de la burbuja inmobiliaria
Los incrementos constantes tanto en la amplitud de la base gravada como en los tipos medios aplicados en el IRPF explican en buena parte la tendencia creciente de la presión fiscal, iniciada en 2010, según se desprende de las conclusiones de una publicación de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
A finales de marzo, la Agencia Tributaria publicó información actualizada para 2023 de bases, tipos medios y recaudación de las cuatro principales figuras impositivas: IRPF, Impuesto sobre Sociedades, IVA e Impuestos Especiales (IE).
Estos impuestos, junto a las cotizaciones sociales, son la espina dorsal de los recursos no financieros del Estado. De hecho, en 2022, el peso de esas cuatro grandes figuras impositivas en los citados ingresos no financieros fue del 49 %, y del 31 % en el caso de las cotizaciones sociales.
Según las conclusiones del experto de Funcas Desiderio Romero, el crecimiento en la presión fiscal en esos cuatro impuestos no es un fenómeno reciente. Contrariamente, el autor del estudio indica que es un proceso en curso que arrancó en 2010, tras el desplome en la recaudación con el fin de la burbuja inmobiliaria.
Este proceso se aceleró entre 2019 y 2022 hasta situarse en el 18,2 %, superando el pico del 18 % alcanzado en 2007. Además, esta tendencia incremental en la presión fiscal de esos cuatro impuestos se explica esencialmente por la evolución del IRPF, debido a los incrementos constantes tanto en la amplitud de la base gravada como en los tipos medios aplicados.
De acuerdo con los apuntes del autor, una parte importante de este incremento en los años pospandemia se debe a la no corrección generalizada de la «progresividad en frío».
«La evidencia disponible avala que este aumento en ingresos por IRPF puede favorecer una mejora en la redistribución de la renta; no obstante, también pueden generar costes sobre el crecimiento económico que deberían ser tenidos en cuenta tanto en el debate técnico como político», ha señalado el experto.
Mayor presión entre 2020 y 2022
En 2010 se inició una nueva etapa de crecimiento en la presión fiscal en esos cuatro impuesto con implicaciones sobre la situación actual. Se percibe así una tendencia creciente desde 2010 con un promedio de 0,36 puntos por año, elevándose a 0,61 puntos en los años 2020 a 2022. El crecimiento de la presión de estos impuestos en los años 2019 a 2023 ha sido de 1,4 puntos de PIB.
El IRPF ha sido el impuesto donde más ha crecido la presión fiscal desde 2010 con un incremento de 2 puntos de PIB hasta 2023; el aumento ha sido de 1,3 puntos entre 2019 y 2023. «El viento de cola de la inflación y la ausencia de corrección de la progresividad en frío ayuda a explicar este crecimiento», se explica en la publicación de Funcas.
De hecho, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha estimado para el IRPF un aumento conjunto en la recaudación de 2021 y 2022 de 6.200 millones como consecuencia de la inflación. Debe recordarse que el fenómeno de la inflación en el impuesto no solo afecta a la tarifa, sino también a otros elementos del impuesto como mínimos o deducciones.