El discurso triunfalista del Gobierno no se sostiene
La política económica del Gobierno nos empobrece al endeudarnos para sujetar artificialmente la evolución económica
El discurso triunfalista del Gobierno en materia económica no se sostiene, como vengo repitiendo en cada artículo. Los datos económicos les permiten, en parte, lucir una supuesta bonanza, pero no va más allá del barniz de los mismos, pues su contenido, realmente, dibujan una realidad bien distinta, donde el sistema productivo privado está en retroceso ante el incremento, cada vez más notable, del sector público, que alimenta el gasto para tratar de sostener una economía que por sí misma no puede hacerlo, ya que la política económica aplicada la ha dejado muy maltrecha desde el punto de vista estructural.
En este sentido, si analizamos la composición del crecimiento de la economía española podemos observar que el crecimiento tiene un componente insano, que es el gasto público, que es el que impulsa, claramente, el crecimiento. De esa forma, si comparamos el IVTR-2023 con el IVTR-2019, justo antes de las restricciones derivadas de la pandemia, podemos observar que la inversión se ha desplomado un 4,65 %, con el gasto público disparado, creciendo un 12,38 %.
Es decir, se está dando un auténtico efecto expulsión de la inversión. La economía productiva está siendo arrinconada por el gasto público, que no para de crecer y que detrae recursos para la inversión o, al menos, los encarece, provocando que la actividad productiva real, caiga.
Esto es muy preocupante, porque observamos que la economía la mantiene el Gobierno. Ha anulado la capacidad productiva privada y sostiene el crecimiento económico de manera artificial. Ni con la importante modificación estadística que el INE aplicó en 2021, que fue sorprendente, al elevar el PIB en casi un punto en dicha revisión, la inversión ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia. Es más, ha retrocedido casi un 5%, mientras el gasto público sube exponencialmente.
El Gobierno ha anulado la capacidad productiva privada y sostiene el crecimiento económico de manera artificial
De hecho, mientras que el PIB ha crecido desde entonces —gracias a la revisión sorprendente de 2021— un 2,86 %, el consumo de los hogares no crece, sino que se queda casi invariable: realmente, cae un 0,01 %. Por tanto, con la política económica del Gobierno, cae el consumo de los hogares y también cae la inversión, como consecuencia del estrangulamiento de la economía por parte del gasto desmedido intervencionista del Gobierno.
Sólo el gasto público, que expulsa a la inversión y empobrece, vía impuestos y tensión en precios en el corto plazo, a los hogares, sostiene la economía, además del buen comportamiento del sector exterior, que puede acabarse al descender la renta disponible de nuestros socios comerciales y mercados emisores de turismo. De hecho, la exportación de bienes crece por debajo del PIB, siendo los servicios los que impulsan la evolución. En cualquier caso, es el gasto público el que ha sostenido artificialmente a la economía.
Por tanto, la política económica del Gobierno nos empobrece, al endeudarnos para sujetar artificialmente la evolución económica, y perjudica a nuestra estructura económica, al expulsar a la inversión y asfixiar el consumo privado. Ésos son los resultados de la equivocada política económica del Gobierno.
- José María Rotellar es profesor y director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria