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Crónica económicaFernando Rayón

Bruselas destapa el agujero de las pensiones de Escrivá mientras Sánchez se dedica a reconstruir el INI

La estrella económica del Gobierno –ante la incomparecencia del resto del resto de las carteras– se ha quedado sin su reforma, lo que deja en el aire el cuarto desembolso de los fondos Next Generation

Pedro Sánchez busca reconstruir el INIPaula Andrade

Repasaba hace unos días el panorama general de las empresas españolas intervenidas por el Gobierno/SEPI. Un ilustre lector de este periódico –cada vez tiene más– me watchapeo (perdón por el palabro) para recordarme las empresas que me había dejado en el repaso: Iberia, BA, Vueling y, sobre todo Air Europa de la que me dijo que, si nos descuidamos, se la coloca el Gobierno a Ryanair. En fin, todo a cuenta de la visita del ministro de Transportes a Irlanda. Un ministro, Óscar Puente, al que no hay que perder nunca de vista.

Pero este fin de semana, el protagonista ha pasado a ser José Luis Escrivá. No hay descanso. La estrella económica del Gobierno, ante la incomparecencia del resto de las carteras -todo hay que decirlo- se ha quedado sin su reforma de las pensiones. El cuarto desembolso de los fondos europeos Next Generation que incluían la última entrega para la reforma que hizo Escrivá cuando éste era ministro de la Seguridad Social, llegó el viernes, acompañada de un comunicado la Comisión Europea que señala que su reforma condena a España a ser el país con más gasto de la Unión Europea. «Las medidas adoptadas en 2021 y 2023 conducen a un aumento del gasto público en pensiones de 3,3 puntos porcentuales del PIB en 2050 y de 5 puntos porcentuales en 2070, hasta alcanzar el 16,7 % del PIB». Pero claro, para entonces este Gobierno y su partido pueden estar ya en la biosfera.

Una reforma imposible

Escrivá ha recibido así una enmienda a la totalidad y a la sostenibilidad de la reforma de un sistema que ahora se demuestra imposible de cumplir. El cuarto desembolso de los fondos Next Generation queda también en el aire. Y la razón no es otra que el gasto público disparado y la manía de indexar las pensiones al IPC. Pero la alerta no es solo de Bruselas. Hace poco más de un año, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya rechazó la reforma de pensiones del entonces ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá porque disparaba el gasto público.

No me extraña que los ministros de Economía Carlos Cuerpo y Elma Saiz (sustituta de Escrivá en Seguridad Social) se hayan puesto a hacer footing en Washington, no se sabe si para dar color a alguna de las campañas electorales en marcha, o para ventilarse con la llamada al orden de Bruselas. O quizá solo es para que Cuerpo pueda seguir en zapatillas sin que el Rey le llame la atención. Nunca se sabe.

Todo este desfile de ministros económicos dedicándose a no se sabe qué, ha dejado vía libre al Presidente del Gobierno y a su oficina económica de Moncloa para dedicarse a esta nueva tarea que parece gustarle a Pedro Sánchez. A saber: reconstruir el INI, que para eso es licenciado en Económicas y Empresariales por el Real Centro Universitario María Cristina de El Escorial y doctor en Economía y Empresa por la Universidad Camilo José Cela.

La SEPI es mala gestora de las empresas en que aterriza. Que se lo digan a AENA

Tiene lógica que después del intento de convertirse en geoestratega en Oriente Medio con su fallido viaje a Jordania, Arabia Saudí y Catar, haya desistido del empeño –la guerra en Oriente Medio va por otro lado– y haya decidido poner orden en las empresas españolas. No voy a repetir lo dicho sobre Naturgy, Talgo, Puig, Telefónica, Indra y tantas otras. Las opas y el nuevo accionariado de esas empresas se aclararán esta próxima semana. Pero sí me interesa razonar cuando digo que la SEPI es mala gestora de las empresas en que aterriza. Y nunca mejor dicho. Que se lo pregunten a Aena.

Y esto me permite volver a mi argumento del viernes pasado. El Gobierno tiene instrumentos para defender a nuestras empresas -sean estratégicas o no-; y no necesita invertir el dinero de los españoles en entidades mal gestionadas o que pasan por dificultades. Porque la conclusión de todo esto se llama autarquía, intervencionismo o desaparición del libre mercado. Es decir, el nuevo INI. Porque luego ¿Qué vendría? ¿ayudar a Iberdrola en sus líos con Villarejo? ¿Pactos con Repsol ahora que Teresa Riberaya lo dijimos– se va a Europa? ¿seguir diciendo a Criteria donde debe invertir nuestro dinero?

Y hablando de Isidro Fainé. Criteria, el holding inversor de La Caixa ya ha fichado a Societé Générale como asesor financiero y a Freshfields como asesor legal para asesorarle en la reordenación accionarial de Naturgy. Pero no se preocupen. Las conversaciones de Criteria con Taqa, el grupo de Abu Dabi que quería lanzar una opa por el 100% de la compañía española van bien. Y aunque hablen solo de un «estadio preliminar» en las conversaciones, sigo pensando que la opa terminará siendo conjunta. Taqa tiene como asesores a Rothschild y Lazard, señal de que la cosa va en serio. Y pensándolo seriamente, es lo mejor que le puede pasar a Naturgy: que entre Criteria. Porque si aparece la SEPI ya sabemos cómo acabará la cosa: en peleas por asientos del Consejo. Y para este viaje…

Si Emiratos entra en Naturgy pasará a controlar más del 50 % del gas en España

Y hablando de viajes, ¿a nadie le sorprende el éxito del viaje a Holanda del Rey? Me hablan de encuentros informales con empresarios e inversores. ¡Qué tiempos aquellos en que los empresarios viajaban con el Jefe del Estado para hacer negocios! Pero cómo ahora quiere hacerlo el presidente… Debería saber Pedro Sánchez que si Emiratos entra en Naturgy pasará a controlar más del 50 % del gas en España. Su fondo soberano ya controla el 63 % de Cepsa. Eso por no hablar de su inversión en los gaseoductos de España-Argelia y el de Marruecos.

Debería saber también Sánchez -creo que ya alguien le habrá puesto al día- que Mohamed bin Zayed, el príncipe de Emiratos que decide todas las cuestiones económicas de su país, es el que pagó el exilio de Juan Carlos I. Es su amigo personal. Lo sabe hasta el último empresario español. ¿Qué no quiere nada con el padre? Pues tiene a su hijo, que para eso es el Rey.